■ En un año presentó 700 denuncias ante la Fepade por intentos de fraude
Con tecnología dactilar y biométrica el IFE blinda credenciales de elector
De los 55 mil trámites que diariamente procesa el Instituto Federal Electoral (IFE) relacionados con la credencial de elector, al menos 10 mil son revisados municiosamente en el Centro Nacional de Cómputo, por medio de una comparación dactilar y biométrica para despejar dudas sobre irregularidades o mala fe de quienes solicitan ese instrumento de identificación.
El director del Registro Federal de Electores, Alberto Alonso y Coria, dijo que desde hace un año que se aplica este nuevo esquema se han presentado a la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade) de la Procuraduría General de la República, alrededor de 700 casos comprobados de ciudadanos que buscaban obtener credenciales con datos falsos.
De ello, se han derivado 36 consignaciones penales, algunas de las cuales han obtenido penas hasta por 45 años, por la deliberada intención de cometer delitos con la credencial de elector.
Durante un recorrido por las instalaciones del Centro Nacional de Cómputo, ubicado en Pachuca, Hidalgo, el consejero Marco Antonio Baños, presidente de la Comisión del ramo, indicó que para asumir las nuevas responsabildidades en materia del padrón electoral, derivadas de la reforma, se han solicitado 96 millones de pesos. En este centro se albergan 250 millones de documentos relacionados con los trámites de la credencial de elector realizados desde que se originó el padrón electoral, a principios de los años 90. Todos ellos están en proceso de digitalización.
Marco Antonio Baños explicó que se fija la cifra de 96 millones por la obligatoriedad que tiene el IFE de realizar tres avisos al ciudadano para recoger la credencial de elector, de la responsabilidad de poner en las juntas distritales información sobre el estado que guarda el trámite de cada ciudadano y de la digitalización de los documentos que soportan las solicitudes.
Durante la visita, Alonso y Coria explicó que la adquisición del equipo para la confrontación dactilar y biométrica de cada solicitud implicó una inversión de 90 millones de pesos. Esto permite detectar desde los primeros momentos cuando un ciudadano pretende obtener otra credencial, que en muchos casos es de buena fe, por reposición o cambio de domicilio.
No obstante, cuando se detecta mala fe del ciudadano –con la posible intención de cometer actos delictivos– el IFE está alerta para actuar en consecuencia. En dichos casos, cuando se comprueba que una persona busca obtener una credencial con otro nombre, se detiene la solicitud y, en su caso, se puede turnar a la Fepade.
Alonso y Coria dijo que en un principio, el IFE utilizaba este esquema de manera correctiva, sin embargo, a partir de julio pasado se ha instrumentado una fase preventiva.