■ Evangélicos y Testigos de Jehová compran más inmuebles que ninguna otra asociación
Iglesia católica no sólo pierde feligreses, también decae su situación patrimonial
■ La Arquidiócesis de Guadalajara tramita 10 solicitudes para la adquisición de bienes
Ampliar la imagen La Secretaría de Gobernación recibió, entre septiembre de 2007 y abril de este año, 874 solicitudes de asociaciones religiosas para adquirir algún inmueble. En la imagen, la fachada de la iglesia Pare de Sufrir Foto: Cristina Rodríguez
Las iglesias cristianas evangélicas y Testigos de Jehová, entre otras, reportan un avance sobre las católicas, no sólo en lo que a feligreses y ministros de culto se refiere, también en situación patrimonial.
Datos de la Secretaría de Gobernación (SG) revelan que en el periodo entre septiembre de 2007 y abril de este año, esta dependencia emitió 874 declaratorias de procedencia, correspondientes a igual número de inmuebles que pretenden comprar las asociaciones religiosas, que para cerrar sus transacciones mercantiles necesitan autorización del gobierno federal.
De ese número, 290 corresponden a la congregación cristiana de los Testigos de Jehová, mientras que sólo alrededor de 180 (21 por ciento) corresponden a diócesis y congregaciones diversas de la Iglesia Católica Apostólica.
El resto corresponde básicamente a otros grupos cristianos no católicos, evangélicos y asociaciones cristianas bíblicas no evangélicas, fundamentalmente. Por ejemplo la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en México solicitó autorización para 28 inmuebles que pretende comprar, mientras que la Iglesia del Dios Vivo, Columna y Apoyo de la Verdad de la Luz del Mundo, reporta 24 solicitudes.
En la lista oficial de declaratorias de procedencia aparece, con cuatro menciones, la Iglesia Universal del Reino de Dios Oración Fuerte al Espíritu Santo (con número de registro constitutivo 2499.000), mejor conocida como Pare de Sufrir, organización que se expande en diversas regiones de América y compra múltiples espacios en televisión para difundir sus mensajes y atraer a más integrantes a sus templos.
La Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público y su reglamento prevén que las asociaciones podrán tener un patrimonio, constituido por todos los bienes que bajo cualquier título adquieran, posean o administren.
Esta normatividad establece que los bienes patrimoniales serán exclusivamente los “indispensables” para cumplir el fin o fines propuestos en su objeto, es decir, las asociaciones religiosas tienen prohibido perseguir fines de lucro o preponderantemente económicos.
Sin embargo, hasta el momento no se conocen las acciones, personal, vigilancia o métodos de supervisión que, en su caso, utilice la Secretaría de Gobernación para constatar que las asociaciones religiosas no operen con fines de lucro.
Con el fin de tratar este y otros aspectos sobre la relación Estado-iglesias, La Jornada solicitó una entrevista con el titular de la dirección general de Asociaciones Religiosas, Salvador Beltrán del Río, pero en el área de Comunicación Social de la Secretaría de Gobernación no se obtuvo respuesta a este pedido.
En la estadística correspondiente a los últimos años, aparece el registro de 733 bienes inmuebles en el periodo 2001-2002; para el siguiente año, fueron 650; y para el lapso 2003-2004, la cifra se ubicó en 966 nuevas propiedades.
Fue en el periodo 2004-2005 cuando se registró un considerable aumento al ubicarse en mil 252; para 2005-2006, ya eran mil 469 nuevas adquisiciones. En el corte de diciembre 2006-agosto de 2007 este indicador se ubicó en mil 026.
La ley de referencia advierte que las asociaciones sólo pueden tener bienes que por cualquier título adquieran, posean o administren, pero si operan con lucro pueden ser sancionadas e incluso la Secretaría de Gobernación cancelaría su registro.
Tras la reforma de 1992, las asociaciones pueden ser “propietarias” de sus templos, celebrar contratos civiles (compra-venta, permuta, donación, arrendamiento, comodato, etcétera) pero no pueden contraer obligaciones ajenas a su objeto religioso.
Como se ha difundido, la Iglesia católica ha denunciado un rezago respecto a los registros (de asociaciones) de los grupos no católicos, aun cuando el más reciente censo de población (INEGI 2000) señala que el 88 por ciento de la población declaró entonces su preferencia por esa confesión religiosa.
El último corte disponible en la página electrónica de la SG (octubre de 2007), informa que en el país hay 6 mil 806 asociaciones religiosas, y de ellas 3 mil 113 son católicas apostólicas romanas, mientras que las evangélicas suman 3 mil 554.
Para fines estadísticos, el gobierno federal clasifica a las asociaciones en judías, orientales (hinduistas, budistas, krishnas), cristianas, en cuyo amplio apartado la autoridad incluye a ortodoxos (patriarcados y tradicionalistas), católicos apostólicos romanos (nunciatura, Conferencia del Episcopado Mexicano, arquidiócesis, dió-cesis, prelaturas, eparquias y congregaciones) protestantes (luteranos, anglicanos y presbiterianos) y evangélicas (metodistas, bautistas, Ejército de Salvación, pentecostés, adventistas, Iglesia del Dios Vivo Columna y Apoyo de la Verdad de la Luz del Mundo, espiritualistas y científicas cristianas).
En el apartado de Cristianas bíblicas no evangélicas se encuentran los Testigos de Jehová (con dos asociaciones registradas) y la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en México.
Además, en la clasificación de Gobernación están aquellas notificadas como islámicas y “nuevas expresiones”.
En la lista en cuestión, las declaratorias para las congregaciones católicas constituyen una quinta parte del total, aunque dentro de este apartado destaca, con mayor número de inmuebles susceptibles de ser adquiridos en propiedad, varias diócesis y, con diez menciones, la Arquidiócesis de Guadalajara, encabezada por el cardenal Juan Sandoval Íñiguez.
Aparecen, además, con algunas menciones un par de asociaciones hinduistas y budistas.