■ Durante las “votaciones secretas”, militantes entraban con clave de Paz y Prosperidad
La fórmula 28-54 de Begné corrió de mano en mano en la asamblea del PAS
Tomó la boleta de votación y se dirigió de inmediato a la mampara para sufragar. Ya adentro abrió la mano con discreción para verificar la clave para que no hubiera duda ni titubeos: 28-54. Transcribió la fórmula y depositó su voto. 28-54 era la clave de los delegados del grupo de Alberto Begné a elegir, del grupo denominado ayer Paz y Prosperidad durante la reposición de la asamblea capitalina de Alternativa Socialdemócrata (PAS).
Al cierre de esta edición, tras una prolongadísima sesión de votos y cómputo, aún no se prefiguraba un ganador claro, pues a diferencia de las votaciones abiertas –todas ganadas por Begné– la tendencia en el voto secreto apuntaba a una disputa muy cerrada. En la lógica de la elección de Alternativa el grupo que gana obtiene todos los delegados.
Nadie habló ayer expresamente de la anulación de las asambleas capitalina y nacional que hiciera el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, pero todo mundo asumía que estaban ahí expiando las culpas de la violencia de la reunión pasada que motivó la orden de los magistrados. La repetición se hizo bajo otras condiciones, con recelo, pero con mesura, nada más allá de la estridencia verbal.
Nuevo partido y viejos discursos, añejas prácticas a la usanza de la cultura política mexicana se denuncian en la asamblea. Casi en la apertura de la misma, Patricia Mercado lanzó la primera andanada contra la compra y coacción de voto que presumiblemente abría realizado el grupo de Alberto Begné –actual presidente del partido–. Su arenga la hizo en aras del sufragio secreto hasta en la más nimia de las votaciones. “Este partido se reconoce como reivindicatorio de ciudadanos libres, pero sin el voto secreto se vuelve a la vieja cultura política en México de la compra y coacción del voto. Me niego a pensar que aquí haya conciencias amarradas.”
Eran los primeros escarceos, pero las descalificaciones eran abiertas a pesar de que se debatían sólo procedimientos. “Es una trampa que nos quiere colocar el otro lado” reviró Eduardo Pérez para reivindicar el voto nominal abierto y para acusar a Mercado de introducir tácticas dilatorias para reventar la asamblea.
Más allá de los temas a discusión, todos sobre los procedimientos de la asamblea, en el fondo estaba la lucha soterrada de ambas partes por el poder en Alternativa, una disputa cerrada que ayer no se definía en el ámbito capitalino, aunque Begné tiene perfilada la mayoría para la asamblea nacional. Sin embargo muchos de sus principales cuadros, como Luciano Pascoe y Miguel González Compeán, aun no aseguraban su elección para la asamblea nacional y por ende su inclusión en la máxima dirigencia del partido.
En un receso la ex candidata presidencial lanzó la acusación contra los métodos para prefigurar la mayoría que a esa hora se había expresado en su derrota en todas las votaciones sobre los procedimientos de la asamblea. Reiteró las denuncias surgidas durante toda la semana y que se expresó en sospechosos acercamientos para modificar el sentido del voto de al menos 15 delegados, lo que habría decidido el rumbo de los procedimientos de la asamblea y que mantenía en el aire cuál de los grupos saldría victorioso.
“Esos son delitos electorales que no se pueden admitir” dijo. En su momento ya fueron denunciados ante las instancias internas del partido y posteriormente se acudirá al ámbito penal. La visión de la contraparte es distinta. Luciano Pascoe –quien en la anulada asamblea nacional había sido designado como vicepresidente del partido– consideró que son declaraciones falaces, sin fundamento. Y reviró responsabilizando al Gobierno del Distrito Federal y a funcionarios de la subsecretaría de Gobierno de involucrarse en el proceso interno de Alternativa, para favorecer a Mercado. Asimismo, subrayó que parte del discurso del grupo de la ex candidata presidencial relacionado con la cancelación de la representación proporcional obedeció al rechazó de ésta y su grupo a alcanzar un acuerdo de civilidad previo a la asamblea que incluía –según dijo– una representación proporcional de los 27 delegados electos.
Paradójicamente, el notario que dio fe de la legalidad de los hechos fue Luis Eduardo Zuno ex delegado en Álvaro Obregón, que fue procesado por posesión de armas y posteriormente liberado.