Usted está aquí: domingo 22 de junio de 2008 Capital Fueron dos llamados que hizo Alfredo Maya para que se desalojara el Divine

■ Ofreció a los jóvenes entrada gratis la próxima semana, lo que desató el caos

Fueron dos llamados que hizo Alfredo Maya para que se desalojara el Divine

■ La mujer policía que murió era madre de una niña; tenía menos de dos años en la corporación

Josefina Quintero y Agustín Salgado

Ampliar la imagen Fotografía tomada minutos antes de que iniciara el operativo en la discoteca News Divine en la que se observa a una de las bailarinas y a dos niñas Fotografía tomada minutos antes de que iniciara el operativo en la discoteca News Divine en la que se observa a una de las bailarinas y a dos niñas Foto: La Jornada

El News Divine obtuvo su fama entre los adolescentes de la Nueva Atzacoalco por barato; era un antro, según algunos de los asistentes, de “mala muerte”, pero los juegos de luces y las mezclas del “diyéi hacían ambiente, estaba cool”, la música que sonaba era principalmente reguetón y electrónica. El lugar era visitado por estudiantes de secundaria, Conalep, Bachilleres y vecinos de la zona. Los días de más afluencia eran los viernes de tardeadas, según clientes.

Los registros señalan que la discoteca operaba con la licencia de funcionamiento número 1913 como restaurante, autorizada en 2002, con el nombre de La Roca, por el entonces director general de Jurídico y Gobierno en Gustavo A. Madero, Andrés Lozano Lozano, y revalidada en 2005, con el de Bingo’s, la siguiente validación sería en septiembre próximo, pero ahora como News Divine.

La licencia tipo B le permitía trabajar de las 12 horas hasta las 4 del día siguiente, con autorización para vender bebidas alcohólicas. La licencia se otorgó a nombre de Adelina Hernández Islas, quien aparece como interesada. En tanto que Alfredo Maya, el sujeto detenido e identificado como dueño del lugar, aparece como su representante.

El negocio del establecimiento eran las tardeadas, aseguran vecinos. “Dejaban entrar a todos los chamacos”. Sobre el bajo costo, comentó Luis Ángel Hernández, adolescente de 16 años que estuvo en el lugar el pasado viernes, “ni tan barato, te hacían pancho por ser menor de edad, para que les dieras dinero; la entrada era de 30 pesos y pagabas 80. Vendían la cerveza más barata, pero la daban entre 20 y 25, además hicieron su propia bebida: un como tequilita que se conocía como el azul; costaba 18 pesos”.

Los vecinos también refirieron que era común que los jóvenes ingresaran con botes de activo y que se realizaban espectáculos de table dance.

Eduardo, otro adolescente asiduo al News, llegó por la mañana en busca de su mochila y celular que dejó en el guardarropa; manifestó que al salir de la escuela planeó con sus amigos pasar la tarde en la discoteca. Recordó los momentos que vivieron durante el operativo: “todos se empezaron a amontonar, corrían de un lado para otro, querían salir. Se hacía la bolita en la puerta, se escuchaban gritos, hasta sentías que pisabas a los que caían, pero en eso sólo pensabas en ti y salir”.

Los adolescentes revelaron que no fue uno, sino dos los “llamados” que hizo Alfredo Maya desde el sonido; en el primero advirtió del operativo y los jóvenes comenzaron a retirarse en medio de un carrusel formado por los policías que ingresaron al establecimiento.

El intervalo entre el primer y segundo “llamados” fue, según testigos, de aproximadamente tres minutos y medio.

Durante su segunda intervención ofreció a los asistentes la entrada gratis el siguiente fin de semana. La música y los extractores de aire se apagaron. Este segundo aviso provocó gritos, generó el caos y los jóvenes comenzaron a atropellarse unos con otros. En las escaleras que unen la pista de baile con el tapanco se ubicó la mayor aglomeración.

Las puertas del News, que un día antes estaba repleto de adolescentes en busca de diversión, ayer fueron cerradas. Sobre los puntos de contacto se colocaron sellos, para evidenciar que el lugar quedó bajo investigación judicial con el número de averiguación previa FGAM4+3/135/08. De la tardeada del viernes sólo quedaron zapatos, camisas, botellas, latas de refresco, cerveza y un cúmulo de basura en el piso, y a unos pasos, sobre el pavimento, las siluetas pintadas con gis de los jóvenes muertos durante la estampida provocada por el operativo.

Otro escenario se presentaba en el Servicio Médico Forense (Semefo). El primer cadáver que se entregó fue el de la víctima más pequeña: una niña de 13 años. Sus familiares señalaron por igual a las autoridades y propietarios del News Divine como responsables de la muerte.

No eran los únicos deudos: en la explanada del Semefo también estuvieron los padres de Remedios Marín, la mujer policía de 20 años, quien falleció en la acera de Eduardo Molina.

Madre soltera de una niña de nueve meses, Remedios no respondió a las maniobras de reanimación cardiopulmonar que le brindaron los paramédicos de la ambulancia A8-020.

“No sabemos lo que ocurrió. Suponemos que estaba de guardia en la puerta y no se imaginó lo que iba a suceder. Nos avisaron de la policía y la vamos a velar en Ayutla, de ahí somos”, dijo su mamá, Teresa Ruiz.

La búsqueda de Alejandro

Encontrar a Alejandro, de 14 años, fue más complicado. Su padre, Juan Piedras, acudió primero al News Divine, pero el cerco de granaderos lo orilló a desistir. Después se dirigió a la fiscalía desconcentrada de la delegación Gustavo A. Madero, esperó varias horas y, cuando se dio a conocer un listado de los jóvenes remitidos, el nombre de su hijo no apareció: “Jamás salió el nombre de mi hijo y luego vino una persona que nos pidió una identificación para ver si coincidía con los muertos del anfiteatro. Volvimos a esperar y después me llevaron a una oficina. Me mostraron una fotografía en una computadora y ahí fue cuando reconocí el cadáver. ¨La delegación tenía que haber verificado el lugar, tendría que haber garantizado la seguridad de los jóvenes durante el operativo. No lo hizo y ahí están las consecuencias”.

El cadáver de Rafael, de 18, fue reclamado por Leticia Morales, su madre: “Nos están mintiendo. Mi hijo trae golpes en la cabeza. Queremos a los culpables y no se trata únicamente del propietario, sino también de quienes realizaron el operativo”.

Los padres de las víctimas se organizan para promover denuncias en contra de las autoridades que participaron en el despliegue.

 
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