■ A 40 años de la nacionalización usan la vía de acuerdos sobre “reparaciones y soporte técnico”
Trasnacionales petroleras retornan a Irak
Casi cuatro décadas después de que las más grandes petroleras occidentales fueron expulsadas de Irak por Saddam Hussein, éstas negocian su regreso. Para finales de junio, Royal Dutch Shell, BP, Exxon Mobil y Total firmarán acuerdos con el gobierno iraquí, en lo que será el primer pacto entre Irak y estas firmas desde la invasión estadunidense de 2003.
Los acuerdos son sobre “reparaciones y soporte técnico” en algunos de los mantos petrolíferos más grandes del país, informó el Ministerio del Petróleo de Bagdad. El regreso de los “gigantes petroleros” incrementará las sospechas de aquellos en Medio Oriente que afirmaron que el derrocamiento de Hussein en realidad obedecía al deseo de controlar el petróleo iraquí. También provocará temor entre los iraquíes la idea de perder el control de sus vastas reservas de crudo.
Se estima que las reservas iraquíes son las segundas más grandes del mundo después de las de Arabia Saudita, pero su explotación se vio obstaculizada por las sanciones de Naciones Unidas, impuestas después de la invasión de Kuwait, por parte del gobierno de Hussein, en 1990.
Las más grandes petroleras han estado ansiosas de volver a Irak pero temen por su seguridad y cuestionan la estabilidad a largo plazo del país. Los acuerdos, que no fueron sujetos a licitación, son contratos por servicios que incrementarán en medio millón de barriles de crudo al día la actual producción iraquí, que es de 2 millones y medio de barriles.
Las compañías tienen la opción de que se les pague en efectivo o en crudo por los contratos, que se reportó tienen cada uno un valor de 500 millones de dólares. Para Irak, los acuerdos son una forma de tener acceso de inmediato a tecnología de punta, antes de que el Parlamento iraquí apruebe la controversial ley de hidrocarburos.
Pero esto implica que las cuatro petroleras, que originalmente formaron Iraq Petroleum Company para explotar el crudo iraquí desde los años 20 hasta que la industria fue nacionalizada en 1972, estarán en una posición privilegiada en licitaciones para contratos a largo plazo para el desarrollo de campos petroleros, que se extienden desde Kirkuk, en el norte de Rumaila y la frontera con Kuwait. Pese a que también hay petróleo en el norte de Irak, la mayor parte de las reservas están en Basora, muy al sur del país.
Desde la invasión estadunidense, los iraquíes han sido cautos al involucrar a extranjeros en su industria petrolera. Muchos están convencidos de que el verdadero motivo de la ofensiva estadunidense fue apropiarse del crudo, pero el ministro de Petróleo, Hussein Shahristani, afirmó que Irak controlará sus recursos naturales. “Si Irak necesita ayuda de petroleras internacionales, serán invitadas a cooperar con la Compañía Petrolera Nacional Iraquí (INOC, por sus siglas en inglés), en términos y condiciones aceptables, para generar las mayores ganancias para el país”.
La experiencia técnica de INOC se ha deteriorado considerablemente después de los largos años de sanciones. Irak exporta actualmente 2.1 millones de barriles de petróleo diariamente y espera ganancias por 70 mil millones de dólares, pero la administración de su gobierno es tan disfuncional y corrupta que no puede ni siquiera reconstruir los sistemas de distribución de electricidad y agua potable. El Ejecutivo tiene en el Banco Federal de Nueva York 50 mil millones de dólares.
Shahristani ha sido muy crítico del gobierno regional de Kurdistán, por subastar concesiones de campos petroleros en ese territorio sin consultar al ministerio, en Bagdad. En entrevista con The Independent el año pasado, afirmó que INOC jamás haría negocio con alguna petrolera que ya tuviera concesiones con el gobierno kurdo, y también duda que el crudo pudiera ser exportado sin los gasoductos iraquíes. “¿Lo van a trasladar en cubetas?”, preguntó.
Muchas de las pequeñas compañías petroleras que han firmado contratos con Kurdistán esperan que a largo plazo haya un acuerdo entre los kurdos y el gobierno central, que hará que los independentistas terminen por arreglarse con las compañías grandes, a cambio de mayores dividendos.
Los acuerdos de soporte técnico, así como los de servicio, abren la puerta de Irak a las petroleras más grandes. Shahristani ha dicho que pronto someterá a licitación los campos petroleros para proyectos a largo plazo. “Anunciaremos la primera ronda de licitación a finales de este mes o principios del siguiente”, afirmó.
Los elevados precios del petróleo significan que Irak no está bajo presión inmediata para incrementar sus ganancias petroleras. El Parlamento iraquí está atento a cualquier cosa que parezca darle el más mínimo derecho de propiedad del petróleo a compañías extranjeras mediante un acuerdo de reparto de la producción.
La nacionalización del petróleo iraquí es uno de los pocos actos que mantienen su popularidad tras los largos años de Hussein en el poder. Los miembros del Parlamento temen a cualquier cosa que parezca una privatización a puertas cerradas que convenga sobre todo a los extranjeros.
© The Independent
Traducción: Gabriela Fonseca