Astillero
■ Maquillaje democrático
■ Apariencias, no el fondo
■ Lo importante, el petróleo
Ampliar la imagen REFUGIADA. El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, conversa con la estudiante mexicana Lucía Morett y con dos integrantes de las FARC, Doris Torres (derecha) y Martha Pérez, quienes resultaron heridas durante el ataque colombiano en Ecuador Foto: Reuters
Diputados y senadores se esmeran en presentar a la nación reformas e innovaciones que según sus augustos pareceres habrán de vigorizar el funcionamiento de las instituciones, la calidad de la representación política y la esperanza ciudadana de evolución y mejoría. Remiendos por aquí, liposucción por allá y vestimentas normativas a la moda para que el otrora maltrecho cuerpo político se sienta en condiciones de lucimiento y competencia. Adiós a los informes presidenciales con la presencia en vivo de los monarcas sexenales caídos en desgracia escénica plena a partir del Chente al que no dejaron en anterior episodio más que el irónico recurso del “entregas los papeles y te vas”; anulación del secreto bancario en casos electorales que requieran indagar el origen de recursos impugnados (sucedido el Pemexgate y los Amigos de Fox, e instalado actualmente en el banquillo presidencial quien usó ríos de dinero sin justificación, tapen el pozo de los secretos eternos); libertad al precarista de Los Pinos para que salga del país por pocos días sin pasar la aduana rijosa de los permisos del poder legislativo; veto a los vetos pinoleros de bolsillo; iniciativas presidenciales de trato legislativo preferente; e incluso más causales para anular elecciones de presidente de la República que caigan en vicios punibles en las parcelas del futuro y no, desde luego, en las realidades pasadas que ya son cosa juzgada, haigan sido como haigan sido.
Dizque aparatosa remodelación institucional que en realidad no es sino maquillaje de pasada, mejoralito democrático, revoltura secundaria, tentativa de entretenimiento, conversión amañada de temas discutibles, que en su momento serán gozosa materia de la manipulación de siempre, en apariencia de fortalecimiento democrático: vean, mexicanos, cómo trabajan los señores legisladores en adecuar, corregir, precisar, actualizar y otros verbos cuyo simple uso por parte de las autoridades es garantía de que para bien se habrá de transformar la faz de la nación. ¡Oh, sí: que viva el Congreso de la Unción! (impresionado por tanto cambio profundo, el tecleador irreformable ha cometido el desliz de usar el término “unción” como derivado de uncir, verbo que se refiere al sometimiento al yugo de ciertos especímenes zoológicos y no de ungir o untar, como es lo correcto; los lectores sabrán disculpar el evidente yerro bovino: nota de la refacción).
Porque ha de saberse que lo verdaderamente importante es el tema petrolero, que va más allá de las concesiones a lo beltrónico que se están haciendo en materia comicial, y de las que vendrán en cuanto a política social que el PRI pretende sea aplicada por el gobierno panista sin criterios electoreros, como el propio partido de tres colores lo hizo durante décadas. Nada por aquí, nada por acá, y los aliados tetracromáticos (verde, blanco, rojo y azul) pretenden sacar el conejo de la aprobación de reformas privatizadoras de la chistera de mago llamada nuevo periodo extraordinario de sesiones (no el actual, que es una especie de faena preparatoria para ir acostumbrando al respetable público a las funciones especiales y sorpresivas, sino un segundo periodo que se está cocinando entre priístas cazadores de oportunidades y el nuevo panismo legislativo felipense con Gustavo I. Madero, ¡que ya se siente presidenciable, sólo por el peso del apellido!, como nuevo muchacho feroz de la película que quieren rodar los novatos de los Estudios Los Finos.
La intención es que a finales de julio, o principios de agosto, se realice la segunda versión del intento de aprobación aritmética de los planes petroleros del Presidente LegaL. Cerrando el debate senatorial y abriendo el periodo superextraordinario de sesiones, sin más tiempo para consultas, reflexiones o discusiones: a votar en las cámaras (del Congreso, no en las de la televisión) antes de que el tema se “contamine” más y se vuelva inmanejable. Los malvados opositores a ese ejercicio venidero de máxima democracia numérica sin legitimidad habrán de toparse con las evidencias aplastantes de que ese mismo Congreso impugnado habría hecho, semanas antes, tantas tareas de bisutería electoral, que atacarlo o desconocerlo sería casi una traición a la patria.
La amenaza de nuevas tomas de tribunas, huelgas legislativas y reactivación de movilizaciones y protestas callejeras será enfrentada por las coaliciones legislativas privatizadoras y sus jilguerillos electrónicos con la sabida táctica de la descalificación histérica, conmocionados los opinantes de nómina por la irreflexión y testarudez de quienes no aprecian los grandes cambios sucedidos en el país (como los que hoy se cocinan en el Congreso) y se aferran a defender nostálgicos trebejos como la soberanía nacional y la defensa del petróleo como bien público y nacional. Mientras tanto, que la función continúe: malabarismos y teatralidad, nuevos procedimientos y viejos vicios, la falsa vida democrática de un país en espera de resolver lo sustancial, lo petrolero.
Astillas
Hoy, a las seis de la tarde, continuarán en el Club de Periodistas (Filomeno Mata 8) los foros sobre asuntos petroleros, esta vez con la participación del secretario de relaciones exteriores del Gobierno Legítimo de México, Gustavo Iruegas (en respuesta a las ridiculeces represivas del IFE, esta sección se permite citar completo el título político de quien de otra manera simplemente sería descrito como el importante diplomático mexicano que es; la desmemoriada embajada de la República del Astillero cree que nunca antes se había atrevido a mencionar con toda formalidad a algún integrante del llamado gobierno legítimo, pero las pretensiones censoras del IFE Vazurita deben ser combatidas con la mención insistente de lo que los inquisidores patito pretenden acallar), el doctor Miguel García Reyes (presidente del Centro de Estudios Geopolíticos en Energía y Medio Ambiente), y el reconocido jurista Jaime Cárdenas Gracia, todo bajo la moderación de Celeste Sáenz de Miera y José Manuel Orozco Garibay... Y, mientras llegan los dólares de la tal Iniciativa Mérida, en su gran mayoría sin candados en materia de derechos humanos, ¡feliz fin de semana!