■ Incrementa la información de los estudios que actualmente se realizan en blanco y negro
Crean técnica para colorear las imágenes por resonancia magnética
■ El uso de pequeños imanes en lugar de los agentes de contraste convencionales mejorará la calidad, explican los expertos de EU
■ Permitiría rastrear las células y saber su comportamiento
Chicago, 18 de junio. Un grupo de científicos estadunidenses desarrolló una forma de agregar color a los exámenes médicos conocidos como imágenes por resonancia magnética (IRM), lo que aumentaría la información y sensibilidad del material provisto por esta técnica.
Las IRM son una técnica que usa un campo magnético y ondas de radio para obtener imágenes transversales de los órganos y las estructuras internas del cuerpo. Agentes químicos de contraste ayudan a impulsar la calidad de las imágenes, que suelen presentarse sólo en diversas tonalidades de gris.
“Una vez que se colocan las cosas en diferentes colores, se puede obtener mucha información diferente de la que se tiene con las imágenes en blanco y negro”, señaló Gary Zabow, del Instituto Nacional de Calidad y Tecnología de Estados Unidos, cuyo estudio fue publicado en la revista Nature.
“Se podría imaginar una célula normal en azul y una con cáncer en rojo. Se podrían rastrear esas células en el cuerpo y ver cómo se comportan”, agregó Zabow en una entrevista telefónica.
En lugar de usar agentes químicos de contraste convencionales para mejorar la calidad de las IRM, el equipo fabricó imanes diminutos que podrían usar los mismos métodos empleados por los fabricantes de chips de silicona para desarrollar los dispositivos de computadora.
Arco iris por computadora
Al ajustarse la forma física de los imanes, pueden ajustarse las señales de frecuencia de radio que dan origen a la imagen. Las señales de radiofrecuencia podrían ser convertidas en un arco iris de colores por medio de una computadora.
“Podemos crear el color que deseemos cambiando la geometría exacta de las partículas que fabricamos”, explicó Zabow.
Cada microimán consiste en dos discos redondos con un hueco en el centro. A medida que circula agua entre los discos, los protones dentro de los átomos de hidrógeno del líquido generan señales de radiofrecuencia.
Zabow considera que el diseño de los imanes los haría más sencillos de fabricar que los agentes de contraste inyectables de las IRM, los cuales se generan por medio de un proceso de síntesis química.
El equipo creó sus microimanes con níquel, sustancia tóxica para los humanos. Pero Zabow dijo que podrían hacerse fácilmente con hierro u otros materiales magnéticos no tóxicos para las personas.
Zabow indicó que el hallazgo está en un estadio de desarrollo muy temprano y que aún falta mucho para que sea usado en los seres humanos. “Lo que hacemos es demostrar una idea nueva”, concluyó el autor.