■ Rechazar el movimiento de los grupos humanos es ir contra la historia, alertan ONG
Reprochan que las leyes en América violen los derechos de los migrantes
■ Anuncian campaña continental para denunciar los abusos contra los desplazados
La mayoría de las legislaciones de los países de América “contradicen de manera flagrante” las obligaciones que los estados han asumido mediante tratados internacionales y regionales de derechos humanos, en particular contra los migrantes, sostuvieron defensores de las garantías de ese sector.
Al presentar las conclusiones del Seminario Internacional de Respeto a los Derechos Humanos de los Migrantes en las Américas, en el que participaron la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), Sin Fronteras, la Liga Mexicana de Defensa de los Derechos Humanos y la Comisión Mexicana de Defensa y Protección de esas garantías, se aseguró que este fenómeno es imposible de detener, por lo que se debe exigir a las autoridades mundiales emprender medidas “coherentes” con el mismo, pues la exclusión, agresiones e impunidad en el tema son constantes.
“Rechazar la migración es ir contra la historia, porque este fenómeno siempre ha existido”, sostuvo Souhayr Belhassen, presidenta de la FIDH. Por ello, criticó que el Parlamento Europeo aprobara ayer una ley de expulsión de la Unión Europea de inmigrantes indocumentados, que establece detenciones de hasta 18 meses y la prohibición por cinco años de reingresar a ese continente. “Es un desastre, fue una verdadera declaración de guerra contra los migrantes, porque se aprobó la exclusión legalizada”.
Activistas de más de 20 países del continente alertaron que las violaciones a las garantías de los migrantes son “inaceptables”, y entre éstas destacan “la vulneración generalizada al derecho a la vida familiar, a la integridad física, a un debido proceso, al acceso a la justicia y a un recurso efectivo, al derecho a la identidad e inclusive al derecho a la vida”, pues cientos de ellos mueren en su intento por acceder a una mejor condición de desarrollo.
Agregaron que “es preocupante” la explotación laboral que en todo el mundo sufren los trabajadores migrantes, “la cual supone en muchas ocasiones un sistema de esclavitud moderna”, y que algunos estados del continente han adoptado medidas de retorno o readmisión “que ocultan deportaciones contrarias a los derechos elementales”.
Una más de las prácticas en la que incurren muchos de los países de recepción, expulsión y tránsito de migrantes, como México –indicaron– es que en los centros de detención existen acciones que además de “afectar el derecho a la libertad contradiciendo estándares internacionales, revelan graves índices de abusos y maltratos a mujeres, hombres y niños migrantes que son detenidos por infracciones a las normas migratorias”.
En ese sentido, el secretario general de la FIDH, Luis Guillermo Pérez, consideró que el caso de México “es de pena”, ya que un país que por años fue asilo de miles de latinoamericanos, “ahora se ha convertido en el gendarme de Estados Unidos para evitar que los migrantes crucen” a ese país.
Otros dos temas de preocupación para los defensores de derechos humanos son la desigualdad, que “se profundiza” en los países de la región contra los migrantes indocumentados y los altos índices de xenofobia que se presentan, “debido a la falta de políticas públicas dirigidas a prevenirla y sancionarla”.
Ante este panorama, anunciaron que emprenderán una campaña a escala continental para hacer visible la problemática de ese sector. Asimismo, exigieron a los países de la región y del mundo homologar sus legislaciones migratorias con los estándares internacionales; atender las recomendaciones de la ONU y la OEA en el tema; firmar, ratificar y aplicar la Convención de las Naciones Unidas sobre los Trabajadores Migratorios y sus Familias; investigar y sancionar cualquier abuso contra ese sector; prevenir y sancionar la trata de personas, entre otras.