Economist Intelligence Unit

Crisis alimentaria

Haití, en las garras del hambre

Funcionarios que asistieron a la Cumbre sobre Seguridad Alimentaria, este mes en Roma, coincidieron en señalar que Haití es uno de los países que con más urgencia necesitan ayuda. En abril, el país resultó afectado por tumultos relacionados con alimentos que causaron la renuncia del primer ministro. Los altos precios de combustible y alimentos básicos han disparado la inflación. La ayuda internacional es una manera de aliviar la crisis a corto plazo, y de respaldar al presidente René Préval, cuyos esfuerzos por formar otro gobierno no han tenido éxito. Pero los retos a largo plazo serán más difíciles.

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas ha asignado mil 200 millones de dólares adicionales para ayuda a 62 países considerados los más golpeados por la crisis de alimentos. La agencia asevera que envía ayuda “rápida” a Haití para triplicar el número de receptores de ayuda, entre ellos escolares, jóvenes y unas 100 mil madres cabezas de familia. Entre otras iniciativas, el PMA ampliará sus programas escolares de alimentación para incluir las vacaciones de verano.

El aumento global de los precios de la comida ha perjudicado a muchos países y puede atribuirse a muchos factores, como altos precios del petróleo, cambio climático, mayor producción de biocombustibles y especulación con materias primas agrícolas. Pero considerando el alto índice de pobreza de Haití –es el país más pobre del hemisferio occidental, donde tres cuartas partes de la población viven con menos de dos dólares diarios–, su exposición a la crisis ha sido mayor. Los haitianos indigentes tienen pocos mecanismos de defensa ante la crisis y parecen estar en un punto crítico.

La ONU tiene gran interés en mantener la estabilidad y contribuir al desarrollo social y económico de Haití. Durante los cuatro años anteriores (desde que los disturbios sociales ocasionaron la salida del entonces presidente Jean-Bertrand Aristide), ha estado presente en el país la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (Minuestah), una fuerza internacional de paz. Minuestah ha trabajado, antes y después de la elección de Préval, por la estabilidad en este país crónicamente inestable, con instituciones muy débiles.

Pero el aumento de precios, tanto de alimentos como de combustibles, desde mediados de 2007 y en particular durante los meses recientes, ha agravado las ya de por sí inquietantes tensiones sociales, y ha puesto en riesgo los avances obtenidos desde que Préval asumió el cargo.

Crece la inflación

El índice anual de inflación de Haití había aumentando poco a poco desde agosto de 2007, y se elevó a 11% en enero de 2008 y 11.9% en febrero. Desde entonces se disparó para alcanzar 16.3% en marzo y 16.5% en abril. Los precios de alimentos y bebidas han subido de manera aún más dramática que el índice total, a una tasa de 20% en marzo.

El enorme aumento en el costo de la comida es resultado de la dependencia del país de las importaciones de alimentos, en un momento en que suben los precios del mercado internacional, y del alto precio del petróleo. La dependencia de combustible importado y el predominio del transporte carretero para mover mercancías provocan que el precio de la gasolina tenga un impacto directo y significativo en el de las demás mercancías. Aunque ya había aumentado a finales del año pasado, la gasolina volvió a subir a finales de marzo. La gasolina de alto grado aumentó 12%; la de bajo grado, 11%; diesel, 13%, y keroseno (para iluminación doméstica) 14%.

Este año, EIU pronostica poca mejoría en el frente inflacionario, con un índice promedio de casi 15.7% en 2008, antes de disminuir a menos de 10% en 2009.

El juego de la espera

Después de las violentas manifestaciones de abril y luego de que los legisladores destituyeron al primer ministro Jacques Eduoard Alexis, se ha recuperado una mínima estabilidad, pero aún no se aprueba al nuevo primer ministro. El primer candidato de Préval, Ericq Pierre, funcionario de carrera del Banco Interamericano de Desarrollo, fue rechazado por la legislatura. El 25 de mayo el presidente propuso a un cercano consejero, Robert Manuel, pero el nombramiento está pendiente de ratificación.

En tanto no se constituya un nuevo gobierno, la capacidad de Préval para resolver la situación económica y alimentaria estará comprometida. Incluso después de que un nuevo premier asuma el cargo, la situación política de Haití permanecerá frágil, y la efectividad gubernamental será débil.

En este contexto, la ayuda alimentaria a corto plazo y la asistencia humanitaria de emergencia, aunque necesarias, serán insuficientes para atender los crónicos problemas de Haití. El país depende demasiado de la asistencia y donaciones del extranjero, y seguirá necesitándolas durante un largo periodo para mejorar. Sin embargo, de acuerdo con el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, a la fecha los programas de la ONU para Haití casi han agotado sus fondos.

Es necesaria también una estrategia a largo plazo para estimular la producción agrícola nacional y generar empleos en actividades de mano de obra intensiva, así como inversión para construir la infraestructura faltante. Sin esto, el nivel de vida de la mayoría de los haitianos podría seguir deteriorándose, los trastornos sociales continuarán siendo un riesgo constante y la estabilidad de un Estado ya de por sí debilitado podría estar aún más comprometida.

Fuente: EIU

Traducción de texto: Jorge Anaya