■ Inauguraron muestra en la Sala de Arte Público Siqueiros
En el arte coreano, el comentario social está encubierto: Yu Yeon Kim
Ofrecer una mirada lo más amplia y variada posible sobre lo más reciente del arte contemporáneo coreano es el fin de la exposición Los puntos del compás, inaugurada este sábado en la Sala de Arte Público Siqueiros, donde permanecerá hasta el 20 de julio.
De allí que sean varios los artistas participantes (Kang, Hong-Goo, Hey-Yeun Jang, Rho Jae Oon y Lee Sanghyun) y que éstos pertenezcan a diferentes generaciones, además de que está integrada por obras en diferentes plataformas, desde la fotografía y el video hasta la instalación.
“Intenté presentar una aproximación lo más honesta e ilustrativa de lo que se hace en el país; abarcar lo más pluralmente posible a la sociedad coreana y cómo ésta se entiende, expresa y representa en esta era de la información, el papel que desempeña en este mundo globalizado. La exposición está pensada a la manera de epístolas en la que se discute la compleja realidad imperante”, explica la prestigiada curadora Yu Yeon Kim en entrevista.
–¿Hasta dónde prevalecen en el arte contemporáneo coreano elementos propios de su tradición y cultura ancestrales?
–No debemos pasar por alto que es arte contemporáneo y como tal la visión que en él se vierte es fresca, nueva. Ello no significa que se prescindan de valores, rasgos, elementos y símbolos pertenecientes desde épocas ancestrales a nuestra identidad, nuestra cultura. Es decir, aunque son medios contemporáneos, es innegable que sí existen en ellos fragmentos de la cultura tradicional coreana.
–¿Y el compromiso con la sociedad?
–Para mí es esencial que el arte mantenga un pensamiento crítico en relación con los aspectos políticos, sociales y culturales de su comunidad. En gran parte de las obras aquí exhibidas el comentario social está presente, si bien de manera sutil, cuidada y, en algunos casos, encubierta .
“El artista es a veces una especie de exiliado que ve a su sociedad y al mundo desde fuera para comentarlos, a veces de manera directa, otras de forma velada.”
La curadora cita como ejemplo una pieza en video intitulada Corazones malvados, en la que Rho Jae Oon recurré a imágenes tomadas de internet de la residencia donde vivió Hitler, el palacio de un despiadado gobernador coreano y la Estrella de la muerte de la película Star Wars, para aludir de manera simbólica al manejo erróneo del poder y la información.
“El marco donde se expresa todo esto, sin embargo, es hermoso, de una estética sumamente conmovedora”.
–¿De qué manera ha marcado a los artistas la actual realidad política de su país?
–Es algo que depende o está más acentuado según la generación a la que pertenezcan. Muchos de los que nacieron cercanos a la posguerra sí hacen una especie de activismo político. Los más jóvenes, en tanto, están insertos en lo que podría llamarse la generación del Internet, la cual responde a una mirada más universal.
“En lo que sí hay consciencia es que viven en un país que se encuentra dividido y que existe una distancia no sólo geográfica, sino ideológica. Son dos miradas muy distintas; una documental, más directa; y otros trabajan más con la idea de la representación, al recuperar imágenes hechas”.
–Corea se distingue por su impresionante avance tecnológico, ¿cómo ha repercutido esto en el mundo del arte?
–Es imposible entender ya el arte sin ese tipo de recursos, como ocurre en realidad con el resto de las actividades humanas. La tecnología es parte fundamental de la realidad contemporánea y se expresa y está presente en prácticamente todo. El artista se vale de la tecnología, como herramienta y como lenguaje, pues es parte de su realidad. La tecnología es un instrumento, un medio y una plataforma más; el valor humano del arte permanece intacto y así se mantendrá por siempre”.