Debe cambiar el modelo educativo
La Secretaría de Educación Pública (SEP) consideró que la principal causa del rezago en la calidad de la enseñanza en el país es la pobreza, sobre todo la alimentaria, la cual afecta directamente el desarrollo intelectual y educativo de los niños.
El coordinador de asesores de la Unidad de Planeación y Evaluación de Políticas Educativas de la dependencia, Pedro José Zepeda, aseguró que los niños que no tienen una ingesta diaria necesaria de nutrientes (2 mil kilocalorías o 79 proteínas) “sufren ajustes en su metabolismo y en su estructura física que generan repercusiones en su aprendizaje”.
Al participar en el segundo Encuentro Nacional de la Red por la Inclusión y la Calidad de la Educación, con la ponencia Exclusión en México: Situación, Logros y Desafíos, el funcionario señaló que “no estudia bien el niño que está enfermo y el que tiene problemas alimentarios y de nutrición”, pues esto impide su desarrollo en la materia.
Zepeda indicó que en el país existe “el mapa de la exclusión” en el que en primer lugar en pobreza lo ocupa el sureste mexicano: Oaxaca, Chiapas y Guerrero; así como ciertos lugares de la sierra poblana y la zona montañosa de Veracruz. En un segundo plano, planteó, están la sierra tarahumara, que abarca Chihuahua, Zacatecas y Durango; mientras un tercer sitio de pobreza extrema lo ocupan los cinturones de miseria de las grandes ciudades.
Al respecto, aseguró que los grandes retos del sistema educativo en el país son: impulsar la calidad, la equidad, el uso de nuevas tecnologías, realizar una reforma integral en el nivel básico y nuevas formas de gestión que incorporen la participación social.
Para el funcionario además de la pobreza existen otros factores, como la falta de equidad de género y la inequidad, que también afectan el acceso a la educación en el país.
Alertó que en México la existencia de analfabetas funcionales se debe a que en términos generales el nivel de educación es de primero de secundaria.
Asimismo, subrayó que las autoridades deben encontrar soluciones para evitar la numerosa deserción que se presenta en secundaria y bachillerato.
En torno al modelo educativo, Zepeda consideró que es necesario dejar atrás el tradicional, en el que un actor social (sindicato) se relacionaba directamente con el gobierno federal: “Deben estar los dos actores, pero también hay que considerar al nuevo tejido social y a los estados, que deben jugar un papel más fuerte en el diseño y evaluación de políticas del sector”.