Ciudad Perdida
■ En puerta, contraofensiva del PANI herido
■ Manda al diablo al TEPJF
A la luz de uno de los cochupos que mayor vergüenza debería dar al legislativo de todo el país –y que conste que no son pocos– el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación casi reivindicó la imagen y labor del organismo al echar por tierra el acuerdo del PAN y Nueva Izquierda para cortarle la cabeza al presidente del Instituto Electoral del DF.
No es común que una parte del aparato de gobierno decida contradecir los caprichos azules, por más ilegales que sean, así que la decisión de los magistrados colmó de cólera la santa paciencia panista, y alimentó de odio a la gente de Nueva Izquierda, que con la protección del panismo se sentía impune.
Ya en otras entregas hemos hablado de la forma ilegal en la que el bien llamado PANI transgredió la ley para cambiarla, y de las funestas consecuencias que ello traería a la población de la ciudad de México, y es necesario, ahora, mirar de cerca la contraofensiva que pretenden montar los panistas y sus compinches, para dar la vuelta a la decisión del Tribunal Electoral federal.
Por lo pronto anunciaron que les importa muy poco lo que diga el Trife, porque se sienten seguros de que los miembros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, como parece costumbre, los respaldarán en su chuchinero.
Es decir, por más ilegal y sucio que hubiera sido el procedimiento del PANI, la Corte hallará los argumentos para respaldar la ilegalidad que nació de la urgencia de los azules por controlar los órganos que les permitan, desde el escritorio, alcanzar los triunfos que les niega la calle.
Por eso, y por ningún otro motivo, se quiere descabezar al Instituto Electoral del Distrito Federal. Su presidente, Isidro Cisneros, ha sido considerado por el chuchinero como inconfiable, como poco proclive a convertirse en cómplice del PANI, o en el instrumento de su voracidad de poder.
Por eso ahora el panista Jorge Triana desea, fervorosamente, sacar cuando menos de la presidencia del organismo a Cisneros, porque necesita ganar al estilo azul, es decir, sin los votos suficientes, pero con el aparato electoral de respaldo, la delegación de Cuajimalpa, que es su obsesión actual.
Para ello cuenta ahora con la ayuda incondicional de Víctor Hugo Círigo, hermano de René Arce, que a su vez tiene como obsesión competir, con redes de protección, por la jefatura de Gobierno. Como se ve, se trata de otro círculo vicioso en donde la interdependencia cuenta más que la ideología o la vocación de servicio.
Así las cosas, haiga dicho lo que haiga dicho el tribunal, el PANI afila la guillotina para cercenar la cabeza del que no les merece confianza, del que por no admitir complicidades es su enemigo. Y mientras esperan que la Corte dé su veredicto, planean hacer caer la hoja de la guillotina sobre Cisneros. Total, aseguran que frente al hecho consumado –la deposición del cargo–, poco o nada podrá hacerse, y la Corte sólo servirá para dar legalidad a la injusticia.
Pero eso, lo que a una sola voz dice el matrimonio PANI, es otra patraña, porque los fallos del tribunal mencionado son inapelables e inatacables. Para que quede bien claro, la feliz pareja esta vez se quedará, pese a la malsana intención de manipular la información, con un palmo de narices. Ni modo.
De pasadita
Si de algo carece la gente de Nueva Izquierda es miedo al qué dirán, y Mauricio Toledo, que tiene la vista puesta en Coyoacán, menos que nadie. Imagínese que pretende usar dinero del erario para que se construya un monumento a la democracia. Es verdad que esta ciudad, por múltiples razones, es la arena donde se debate con mayor fuerza por hacer política, pero viniendo de un miembro de Nueva Izquierda, más que una broma, parece mentada de madre. Allá ellos.