12 de junio de 2008     Número 9

Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER

Suplemento Informativo de La Jornada

CAFETEANDO

¡El Café Pasa De Moda!

Gabriela Ejea

"Nada hay eterno sobre la Tierra. El café ha venido siendo el néctar de las generaciones contemporáneas, y se ha llegado a convertir en artículo de primera necesidad para todas las clases. Pero parece que le ha llegado su hora. Entre el café y el té ha estallado un pugilato a muerte, y hay indicios para temer que el primero será vencido, más o menos próximamente.”

Este pronóstico publicado en la Gacetilla del Partido Liberal en junio de 1886, y citado por Díaz y de Ovando, no fue del todo preciso: 122 años después, el café es una de las bebidas que más se consumen en el mundo.

Millones de consumidores disfrutamos bebiéndolo y realizamos nuestras actividades cotidianas acompañados de una taza de café, millones de productores realizan sus prácticas comunitarias en torno al cultivo y millones de comerciantes establecen sus actividades económicas y sociales alrededor de la comercialización y torrefacción del aromático.

Dos mil 500 millones de tazas de café. Diariamente consumimos en el mundo 2 mil 500 millones de tazas de café. La Unión Europea es la mayor consumidora con 41 millones de sacos de café verde al año, y es seguida por Estados Unidos, Brasil, Japón y Canadá. Los países nórdicos tienen el mayor consumo per cápita con un promedio de 10 kilogramos . En Latinoamérica Costa Rica tiene un consumo per cápita de 4.77 y República Dominicana 2.36 kilogramos .

La demanda interna en México es apenas de un millón 800 mil sacos. El consumo de cafés de grano tostado y molido ha aumentado considerablemente en nuestro país multiplicándose las cafeterías y expendios, pero sigue predominando el consumo de cafés solubles.

Unas cuantas trasnacionales controlan la comercialización mundial del aromático incrementando las desventajas de millones de pequeños productores que en distintos países obtienen un porcentaje de su ingreso familiar con este producto de agroexportación.

En el escenario mundial actual globalizado los consumidores nos convertimos en actores claves y adquirimos capacidad para incidir en la correlación de fuerzas que se despliega en torno a los procesos sociales, económicos, ambientales y culturales en los que estamos inmersos. Si bien es cierto que el dominio creciente de las trasnacionales dicta las tendencias y gustos, también es cierto que los consumidores podemos construir nuestras propias alternativas de consumo, conforme a nuestros intereses sociales y ambientales. Los consumidores podemos inaugurar formas de consumo y ejercer el poder de compra estableciendo una relación distinta con los productos y, desde luego, con las relaciones humanas que van implícitas.

Un café saludable. El café no sólo contribuye al cuidado de nuestro planeta al conservar los bosques, aguas y suelos, sino que fortalece lazos y relaciones sociales comunitarias y colectivas. Consumir un café saludable es consumir un café orgánico cultivado por pequeños productores y comercializado en un esquema de relaciones más justas, un café de altura y sombra diversificada que protege la biodiversidad y no sólo conserva animales y árboles sino cuida nuestras grandes riquezas: el agua y la tierra.

El café es una bebida antioxidante, tomar café con regularidad puede tener un efecto protector contra la diabetes tipo dos, ayuda contra las enfermedades hepáticas, reduce el desarrollo de la enfermedad de Parkinson y es una bebida energizante. Cultivo, grano, bebida... el café es un espacio donde se tejen relaciones sociales sumemos nuestro esfuerzo para que sean más justas.

Red de Consumidores de Café, AC

Usos varios

Barométrico. Una taza de café es un barómetro. Si al echarle azúcar dejáis que se delíe sin agitar el líquido, el aire contenido en los terrones sale a la superficie envuelto en burbujas; si éstas forman una masa espumosa, conservándose bien en el centro de la taza, buen tiempo ; si la espuma se aparta en forma de anillo, pegándose a los bordes de la taza, lluvia ; si la espuma forma masa, pero no en el centro, variable ; si se dirige hacia un solo punto del borde de la taza, pero sin disgregarse, viento .

Boletín de la Sociedad Agrícola Mexicana, 1897

Preservativo . Dice un diario de medicina que un alemán muy estudioso se dedicó hace años a observar que el café puro tomado en ayunas era el mejor preservativo contra las enfermedades contagiosas. Estas observaciones han sido seguidas en mayor escala por otros facultativos y plenamente confirmadas con datos estadísticos irrecusables…

Boletín de la Sociedad Agrícola Mexicana, 1887

Fertilizante . Un descubrimiento casual en la Escuela de Medicina de la Universidad de Pennsylvania está comenzando a jugar un papel muy importante en la procreación de niños (…) y es el siguiente: la cafeína aumenta la velocidad y movilidad de los espermatozoos, haciéndolos alcanzar con más facilidad los óvulos.

Vanidades de México, 1988

 

Toma café, toma conciencia

Patricia Moguel

Erick Fromm decía que el acto de consumir debe ser una experiencia significativa, humana, productiva y creativa. Sin embargo, un rasgo notable de nuestra sociedad moderna es que hemos transformado esta actividad en un proceso enajenante, en el cual nos deshumanizamos y perdemos el contacto con nosotros y el mundo que nos rodea. Ello ha traído severas consecuencias tanto para la salud humana, como para la social y ambiental. Consumimos un sinfín de productos que son altamente tóxicos para nuestra salud y que ni la naturaleza ni la tecnología construida por el hombre pueden degradar o reciclar. Un porcentaje muy reducido de la población derrocha recursos que son necesarios para la subsistencia de muchos otros y explotamos ilimitadamente la riqueza natural olvidando por completo las generaciones futuras. ¿Podemos hacer de nuestro consumo enajenado un consumo consciente que permita dirigir nuestra energía humana a mejorar la calidad de vida de nuestro entorno social y ambiental?

El primer paso necesario para conseguir este cambio es conocer la naturaleza y el origen de los productos que consumimos y del consumo de los productos. Por ejemplo, el café: planta que hoy es utilizada por casi la mitad de la población en el mundo (2 mil millones de hombres y mujeres), es un grano producido por millones de campesinos e indígenas marginados que contribuyen con su conocimiento y manejo al mantenimiento y preservación de fauna, bosques, suelos, agua y clima. En muchos países, y particularmente en México, su cultivo se da bajo sistemas agrícolas y forestales conocidos como agro-bosques o jardines tropicales de café, los cuales permiten conservar una importante diversidad biológica. La riqueza de árboles que se protege para darle sombra al café, además de otorgarle una mejor calidad, le ofrece beneficios al conjunto de los seres vivos y procesos que lo acompañan tales como alimentos y hábitat a numerosas especies de animales que buscan refugio ante el proceso de deforestación. Otra función importante de los jardines de café es que actúan como reguladores del clima, al almacenar bióxido de carbono, principal gas causante del calentamiento gradual del planeta.

Pero el aromático también es producido en sistemas de plantaciones o monocultivos que deterioran no sólo el medio ambiente y con ello la salud humana, sino que destruyen bajo sus formas de comercialización, las posibilidades de dignificar con un precio justo el trabajo de todas estas familias. ¿Cómo distinguirlos en el momento de elegir una marca de otra?

El café que es producido bajo sistemas agro-forestales, ambientalmente amigable y socialmente justo lo podemos identificar porque su empaque en el mercado tiene dos sellos: a) el orgánico, b) el de Comercio Justo. El primero de ellos es aquel cuyo cultivo no utiliza sustancias producidas por la industria química como plaguicidas y herbicidas, no genera ninguna forma de contaminación ambiental, conserva la sombra e involucra prácticas ligadas a la conservación del suelo, del agua y la biodiversidad. Sin embargo, en nuestra compra, es necesario ir más allá del carácter orgánico de los productos para garantizar una producción que no se limite únicamente a los aspectos de la conservación, sino, además, aplicar un criterio de responsabilidad y compromiso social con los sectores más desfavorecidos de nuestro territorio. La iniciativa solidaria que se desarrolla en el Comercio Justo mejora las condiciones de vida de los pequeños productores mediante la compra directa de su café a un mejor precio, lo cual permite la preservación de sus sistemas productivos, fuente alternativa de recursos alimenticios, energéticos y medicinales, entre otros.

Si logramos dirigir nuestros actos de consumo hacia aquellos productos que no sólo satisfacen de forma sana nuestras necesidades biológicas, el paladar o el gusto estético, sino que benefician a la gran mayoría de la población, para quienes el derroche significa su propia riqueza, estaríamos entonces hablando en verdad de consumir conscientemente. Tú lector que tomas café, ¿habrás de empezar a tomar conciencia de la responsabilidad que tienes ante el mundo?, ¿heredarás a tus hijos, a las generaciones futuras, un mundo más justo, más sano, más libre?

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Nuevo oficio: el barista

Para el público en general, las competencias de baristas, mundial, nacional o regionales, son diversión y espectáculo, pero en esencia representan mucho más. En la nacional, que suma este año siete ediciones, se está generando un “semillero” de gente profesionalizada que también sirven como instructores y que difunden las buenas prácticas para la elaboración del café.

La Asociación Mexicana de Cafés y Cafeterías de Especialidad trabaja ya con el CONOCER en la definición del perfil de barista para que se considere éste un oficio especializado, tal como ocurre en países europeos.

El CONOCER se resistía inicialmente a aceptar y definir este oficio y quería integrarlo en el de barman o en el de mesero, pero reconsideró al ver la proliferación de las barras.

El campeón nacional de baristas de México, Salvador Benítez, que este año participará en la justa mundial, en Copenhague, conoce el café desde sus procesos iniciales pues su padre tiene beneficios húmedo y seco, y tuesta café. Desde hace años abrió una barra de café dentro del mercado de Coyoacán, en la ciudad de México.

Para Arturo Hernández, presidente de la Asociación , es indispensable crear una escuela de baristas, cuya carrera técnica duraría dos años, y durante los cuales las personas se capacitaran directamente en las zonas de producción, que conozcan el trabajo de los beneficios húmedos y secos, que aprendan a tostar y a catar café y que finalmente aprendan a preparar y presentar el café en taza.

En el CONOCER se está caracterizando al barista como la persona que está detrás de la máquina de expresso, pero en los hechos este oficio debe abarcar mucho más. “El barista debe ser muy redondo y conocer todos los procesos desde el campo hasta que el café llegue a sus manos, debe tener relación con los productores, saber cómo son las zonas de producción, saber enseñar a otros; debe dominar todo lo que puede tener en catación un producto: que sepa cuando está fermentado, cuando tiene grano verde; que lo pongas en una barra que no es la suya y que sepa preparar la mejor taza posible que dé la máquina y el café disponible; que sea un profesional en cuanto a servir la bebida”.

La próxima competencia nacional de baristas ocurrirá en el marco de la ExpoCafé 2008, del 4 al 6 de septiembre. Para informes, ver la página web www.competenciamexicanadebaristas.com

Barras y Baristas impulsan consumo y calidad

Lourdes Edith Rudiño

El eslabón del consumo final, y en particular las llamadas barras o cafeterías gourmet o de especialidad, es el de mayor dinamismo en la cadena del aromático. Si bien no existe un censo, hay evidencias claras de que tales establecimientos se multiplican rápidamente y que contribuyen a mejorar las prácticas y procesos del grano desde la huerta, en la cosecha, hasta la máquina del expresso e incluso la cafetera casera.

Arturo Hernández Fujigaki, presidente de la Asociación Mexicana de Cafés y Cafeterías de Especialidad, afirma que, siguiendo una tendencia ya exitosa en Estados Unidos, las barras aparecieron en México hace 14 años, en medio de la crisis financiera de 1994-95. Hubo una especie de boom de gente desempleada que capitalizó sus pensiones o liquidaciones en estos locales, los cuales requieren para su instalación inversiones pequeñas, desde 80 mil hasta 200 mil pesos. Hoy día “si recibo cinco llamadas días de personas que piden asesoría para abrir barras nuevas es poco, y tenemos muchísima demanda de cursos; no nos damos abasto”.

Los consumidores, y en especial los jóvenes, han visto en las barras nuevos espacios propicios para la socialización, para la convivencia con amigos, con un satisfactor –la taza de café– de precio relativo bajo.

Pero, ¿qué es una barra? A diferencia de las cafeterías tradicionales donde la gente puede encontrar almuerzos, comidas, donde incluso el café es gratis en la compra de una torta u otro alimento, la barra ofrece como producto principal el café. Allí lo que predomina es el aroma del café; los demás alimentos son pocos y de preparación rápida y se evita que sus olores contaminen al del café; las personas que manejan la máquina, los denominados baristas, están profesionalizados y deben conocer perfectamente la máquina, así como estar dispuestos a atender cualquier petición del abanico amplio de preparaciones en taza, aun cuando no todas estén en su menú.

El entrevistado, quien es organizador de la Competencia Mexicana de Baristas y funge como juez en la competencia mundial, afirma que con la aparición de las barras “sí ha habido un cambio en la calidad que se ofrece al consumidor final. Estábamos en el país acostumbrados a las clases secundarias o mal llamadas de consumo nacional y la mayor parte del café seleccionado o de calidad excelsa se exportaba. Con las barras hubo un cambio en la preparación de la taza; antes uno iba a un restaurante y el café se estaba recalentando constantemente. En una barra esto no ocurre, se ofrece calidad en el café, en la forma de prepararlo y en el servicio. Fue difícil posicionar el café como producto gourmet después de haber sido un genérico, sobre todo porque el sobreprecio en taza es muy fuerte, pero el consumidor estuvo dispuesto a pagarlo. En Brasil y Colombia –los productores mundiales líderes– esto no se ha logrado muy bien; en Colombia ocurre que la gente siempre ha estado acostumbrada a un consumo de café interno de buena calidad y por eso se rehúsa a pagar más por el concepto gourmet ”.

Las barras –cuya presencia y multiplicación es más notoria en las ciudades de México, Guadalajara, Tijuana y Puebla– han influido de manera definitiva para que el consumo nacional del café crezca (en los siete años recientes pasó de 1.3 a dos millones de sacos de 60 kilos), y es previsible que seguirán influyendo pues hay ciudades y poblaciones con potencial todavía desaprovechado, como son los de estados productores, que en consumo están muy rezagados, y lugares como Monterrey, donde el monopolio de dos empresas de café ha limitado la expansión de barras pero donde las cosas comienzan a cambiar.

El cliente exige . Las barras también han inducido a otros establecimientos a mejorar su calidad en taza. “Antes no ocurría, pero ahora los restauranteros nos están pidiendo asesorías y cursos, y los meseros y barman nos informan que los clientes, ya con un nivel más exigente de degustación, ha memorizado sabores diferentes y rechazan el café cuando no está bien preparado en apariencia ni en sabor”.

En cuanto a la relación de las barras con los cafetaleros, Hernández Fujigaki comenta que hay empresas comercializadoras y procesadoras, como Etrusca Comercial, que él dirige –la cual beneficia y tuesta el aromático para venta a cafeterías– que cuentan desde hace varios años con un pull de proveedores que han sido capacitados en cuanto a sus prácticas de cosecha y en sus beneficios húmedos. Son cafetaleros que reciben un precio mayor que premia calidad y que es superior al que obtendrían si exportaran instalados en alturas de más de 800 metros sobre el nivel del mar, pues sólo allí se obtiene la alta calidad que requiere el café gourmet.

Capuchinos y expressos para el productor. Pero viendo la perspectiva nacional, “hay mucho por hacer. Los precios del café no han ayudado mucho. Si no saca ni para comer, en lo que menos piensa el productor es en calidad (...) La demanda de mayor calidad está viniendo desde el consumidor final, y el productor debe capacitarse. Nuestra asociación tiene tratos con los consejos estatales del café para dar cursos; allí, con los baristas, nos acercamos a los productores para que vean cómo sabe su café en capuchino, expresso y americano, para que sepan lo que está pidiendo el consumidor y sobre esa base ellos sepan lo que tienen que hacer. Nos les explicamos lo que tienen que hacer cuando cortan (el café) en verde o rojo, o cuando sobrefertementan el producto. Hay muchos productores que ya están tostando su café y es importante que conozcan lo que pide el mercado interno para que sepan a qué sabe en taza cada nivel de tueste.

Además está ocurriendo que los compradores de café gourmet de Estados Unidos que buscan café mexicano ya no recurren a los brokers –pues éstos comercializan con granos mezclados– y están creando vínculos directos con productos. Con ello se ha venido revalorando el estatus del café mexicano como producto de calidad, y eso, dice Hernández Fujigaki, hay que cuidarlo mucho, hay que ser muy estrictos y honestos con las garantías de calidad que se ofrecen y preservar mercados. En las competencias mundiales de baristas antes no se mencionaba siquiera el café mexicano, y ahora participa en mezclas para la elaboración de cafés expresso (por lo general Pluma Hidalgo de Oaxaca u orgánicos de Chiapas).

“Un producto aspiracional”

La presencia de Starbucks en México ha conferido a la taza de café la caracterización de “producto de nuevo consumo”, esto es “aspiracional”, “de marca”, lo cual da un plus a la bebida sobre el concepto gourmet. El consumidor está dispuesto a pagar altos precios por la taza de café, ya sea que lo compre en esa barra trasnacional o en cualquiera otra, siempre y cuando se ofrezca un buen lugar, un buen servicio, un buen ambiente y por supuesto café de calidad bien preparado.

El café rompe con las leyes del mercado. Hay barras instaladas en Nezahualtcóyotl que venden más que otras en Polanco, y eso se entiende porque la población de esta última colonia tiene más opciones y recursos económicos para socializar: un día van a una barra y al día siguiente prueban en otro lugar. Los clientes en Neza son más fieles a sus barras de café.

El consumo de café en México va a seguir creciendo y por tanto hay todavía camino por delante para las barras. Quien quiera abrir una debe considerar factores críticos de éxito. El principal es el punto de venta: se debe hacer un pequeño estudio de mercado (observar las cafeterías de alrededor y la población consumidora), pues las barras pueden ofrecer café a un cliente que llega y se sienta, al que pasa y se lo lleva y al que pide para entrega en domicilio. Si no se tiene este espectro, el ingreso se vería mermado.

Además, la renta debe ser apropiada: representar no más de 15 o 16 por ciento de la expectativa de venta. El lugar debe ser agradable, con un ambiente armónico de convivencia entre el personal, con periódicos, música, sillones confortables, pues las barras son lugares donde la gente busca pasar el tiempo libre, sentirse a sus anchas, platicar con los amigos. Además los dueños deben sentir amor y pasión. Amor, porque el trabajo es esclavizante, con horarios de 7:00 AM a 10:00 PM incluidos fines de semana. Y pasión porque el barista requiere una capacitación constante, pues el café, al estar enfocado principalmente a gente joven, sufre cambios frecuentes en sus tendencias de gusto. Cada semestre hay cambios de sabores en los jarabes que complementan al café.

Arturo Hernández Fujigaki. Presidente de la Asociación Mexicana de Cafés y Cafeterías de Especialidad.