■ Regresan a la ciudad de México las peleas por los campeonatos mundiales
Édgar Sosa y Takashi Kunishige ofrecen un entrenamiento en el Zócalo capitalino
Ampliar la imagen Édgar Sosa expondrá ante el japonés Takashi Kunishige su cetro mundial minimosca Foto: José Antonio López
El boxeo regresó a la gente y lo hizo en el más grande escenario del país: el Zócalo de la ciudad de México, en la antesala de lo que será la función Batalla en la capital, a celebrarse el próximo 14 de junio en el Palacio de los Deportes, donde Édgar Sosa defenderá, ante el japónés Takashi Kunishige, su cetro mundial minimosca por quinta vez.
Será el retorno de los combates de título mundial a la capital, motivo de celebración para la gente de los encordados, que festejó lo que considera el “renacimiento” de la disciplina que más satisfacciones y anécdotas ha dado a un país urgido de triunfos deportivos, pero que sufrió un deterioro en el gusto de la afición, como señaló el ex campeón Lupe Pintor durante la ceremonia de prepesaje y entrenamiento públicos de los contendientes en la plancha capitalina.
“Desgraciadamente la televisión (de paga) terminó con esa afición, tanto de la gente que practicaba como de la que asistía a las funciones”, dijo quien fue monarca gallo, y se lamentó porque eso también se reflejó en el fin de los “ídolos” que hacían vibrar a los seguidores de este deporte.
Todavía permanecen en la memoria popular aquellos ídolos del pueblo y para el pueblo, que se hicieron célebres en la victoria y en la desgracia, que heredaron un cúmulo de historias sobre los cuadriláteros: el Toluco López como ídolo trágico por excelencia; el Ratón Macías y sus frases que trascendieron el éxito entre las cuerdas –“todo se lo debo a mi mánager” y “le dedico la pelea a la Virgen de Guadalupe”–; Rubén Púas Olivares, una leyenda por los guantes y por su afición a la bebida, y el mediático Julio César Chávez, quien batió récords de asistencia a sus peleas y fue precursor de la era del pago por evento.
“Los gimnasios se vaciaron de buenos peleadores y se reflejó en la ausencia de los aficionados en la arenas. Así, nuestro deporte maravilloso se fue extinguiendo poco a poco. Hasta la fecha hay algunos eventos donde hay buen boxeo y poca gente, porque todavía falta que lo empujemos y que tengamos un buen campeón en el DF; esto atraerá nuevamente a la afición a los gimnasios y las arenas”, explicó el púgil nacido en Cuajimalpa.
Por eso, el actual monarca minimosca, Édgar Sosa, no oculta su entusiasmo por volver a la capital “por la puerta grande” en el contexto de esta pelea organizada por el Instituto del Deporte del Distrito Federal, en colaboración del Consejo Mundial de Boxeo y Prestige Boxing Promotions.
“Regreso como monarca después de casi dos años de no pelear aquí. Me fui como campeón nacional y regreso como monarca del mundo”, dijo el pugilista salido del establo del entrenador Raúl Ratón González.
Con esta función “habrá un auge del boxeo a escala mundial, cuyo epicentro será el DF”, anticipó Pablo de Antuñano, titular del Instituto del Deporte local, quien recordó que desde hace años no existe una función de esta magnitud en la capital, porque “no hubo interés de las autoridades y los promotores se fueron a invertir a otras plazas de la República”.
La próxima semana será el pesaje oficial en el Ángel de la Independencia antes de la pelea, y el lunes reiniciará la distribución gratuita de boletos en la Alberca Olímpica, por lo que se espera un lleno en el Domo de Cobre.