■ Legisladores estadunidenses exigen rendición de cuentas; no aceptamos condiciones, revira Creel

Sepultan el plan Mérida en la interparlamentaria México-EU

■ El senador Dodd concede que su país es el mayor proveedor de armas de los cárteles de la droga

■ Debemos ponernos las pilas porque el crimen organizado afecta a ambas sociedades: Convergencia

Roberto Garduño (Enviado)

Monterrey, NL, 7 de junio. Las delegaciones de México y Estados Unidos que participan en la 47 Reunión Interparlamentaria coloca- ron una lápida al futuro de la Iniciativa Mérida. Christopher Dodd, presidente del Senado en el país vecino, consideró desafortunado no haber consultado a los congresos respectivos y advirtió que ninguna de las dos naciones firmará cheques en blanco.

Por la delegación mexicana, Santiago Creel, presidente de la mesa directiva del Senado, dijo que México no está de acuerdo con la ayuda asistencialista que ha condicionado el Congreso estadunidense.

En la primera jornada del encuentro binacional, el senador Dodd manifestó condolencias por la pérdida de vidas a manos del crimen organizado, en particular por el homicidio de Édgar Millán Gómez, quien era alto mando de la Policía Federal Preventiva. Y ante el resultado de la ola de violencia, reconoció que el combate al narcotráfico se erige como un reto común.

Al abordar la situación del plan Mérida, recordó su origen y su polémico estado actual: “el presidente Calderón tuvo un gesto muy sincero al acercarse a Estados Unidos pidiendo nuestro apoyo y asistencia para seguir combatiendo el tráfico de drogas, el crimen organizado y la violencia, así como compartir la información y la construcción de instituciones que sean absolutamente críticas para ambos países.

“Pero fue desafortunado, debo agregar, que la propuesta de la Iniciativa Mérida se hiciera sin consultar las legislaturas mexicana y estadunidense. Estoy en desacuerdo en que cualquier dólar solicitado por la administración del presidente Bush no tenga limitación sobre su uso. Pero, de alguna manera, esto envió la señal equivocada. Ni México ni Estados Unidos están, o debieran estar, ante situación de emitir cheques en blanco”, señaló.

Tras justificar el condicionamiento del Congreso de su país, el legislador consideró la Iniciativa Mérida como un mecanismo tendente a resolver en el corto plazo problemas de largo alcance.

El mea culpa se presentó al aceptar que Estados Unidos forma parte de un problema conjunto. “Necesitamos policías bien equipadas y entrenadas para combatir la violencia, pero también necesitamos equipadas y capacitadas a las autoridades civiles que apoyen la aplicación del estado de derecho. Tiene que haber mayor rendición de cuentas”, insistió.

Asimismo, consideró que su país también debe tomar responsabilidad sobre sus condiciones y contribuciones a esos problemas.

“Estados Unidos da un mercado enorme a las drogas ilegales. Somos, por mucho, el más grande proveedor de los cárteles más violentos y les proporcionamos armas. Por tanto, debemos atender seriamente los problemas en ambos lados de la frontera. Creo que el plan Mérida puede implementarse mejor.

“Además de caracterizar estas negociaciones como rechazar el plan Mérida o abandonar a nuestro vecino amigo, México, creo que tenemos una obligación como ciudadanos, tanto mexicanos como estadunidenses, que compartimos con nuestro ramo Ejecutivo”.

Retroceso en la relación bilateral

La réplica de Santiago Creel redundó en la corresponsabilidad de los dos países en el combate a la delincuencia trasnacional.

“La posibilidad de que la aprobación de la Iniciativa Mérida se condicione a medidas unilaterales constituiría un auténtico retroceso en la continua evolución de nuestra relación bilateral –fincada en la confianza y la responsabilidad compartidas. Cualquier condicionamiento, independientemente de su tipo, sería inaceptable para el Senado mexicano.

“Conviene más a nuestros países que la relación entre naciones soberanas se funde en la cooperación recíproca, en la cooperación estrecha, en la responsabilidad de cada una respecto a las medidas a tomar en su propio territorio, de acuerdo con sus leyes e intereses, no en una evaluación o en acciones de carácter unilateral. ¡México no solicita, ni está de acuerdo, con la ayuda asistencialista!”.

Para el coordinador del grupo parlamentario de Convergencia en la Cámara de Diputados, Alejandro Chanona, la Iniciativa Mérida ha perdido fuerza, “se está debilitando tanto que nosotros, como interparlamentaria, tendríamos que darle la visión postmérida porque, finalmente, en el marco legislativo estadunidense surgirá una Iniciativa Mérida reducida.

“Vamos a exhortar para que en el Congreso de Estados Unidos retiren todos los condicionamientos, porque en este juego político se da la incomunicación, que sólo tiene una bondad: alertarnos de que ya nos llegó el agua a los aparejos en ambas sociedades por el crimen organizado y el narcotráfico. O nos ponemos las pilas o nos va a agobiar, y los muertos que ya vemos se pueden potenciar”.

El diputado panista Martín López se sumó también a la crítica emitida por Creel. “Nosotros estamos de acuerdo en que brinden los apoyos y puentes de comunicación, pero no podemos aceptar por ningún motivo estar a expensas del gobierno de Estados Unidos. No aceptaremos condicionamientos de nadie. No vamos a estar a expensas de lo que ellos nos quieran ordenar”.

Incluso, la perredista Ruth Zavaleta, quien preside la reunión, hizo eco al rechazo por condicionar la aplicación del plan Mérida. “Si verdaderamente se quiere combatir el narcotráfico debe construirse una nueva iniciativa que considere el aspecto binacional del problema y que incluya un análisis más profundo de los patrones de consumo en Estados Unidos”.