Usted está aquí: sábado 7 de junio de 2008 Cultura Las personas “deben perder el miedo de acercarse a la música contemporánea”

■ Mañana se efectuará el estreno mundial de Moemi, partitura de Alejandra Odgers

Las personas “deben perder el miedo de acercarse a la música contemporánea”

■ Pese a las condiciones adversas, en México y AL se vive un importante auge de esa vertiente, dice a La Jornada

■ La Sinfónica Nacional clausurará mañana del Foro Manuel Enríquez

Ángel Vargas

Ampliar la imagen La compositora Alejandra Odgers, durante la entrevista con La Jornada La compositora Alejandra Odgers, durante la entrevista con La Jornada Foto: José Antonio López

La música contemporánea ha vuelto a mirar de nueva cuenta al público, sostiene la compositora Alejandra Odgers.

Eso ocurre, subraya, después de que esa vertiente permaneció alejada de los escuchas durante largo tiempo por los afanes de experimentar y las búsquedas más intelectuales que emocionales.

“Regresamos a un tipo de música en la cual ya no se trata de entender, aunque hay quienes optan aún por ese camino. Somos muchos los compositores que escribimos con la idea de acercarnos al público y de que éste se aproxime de nuevo y se interese por la música de su tiempo”, explica.

“Existen muchos prejuicios contra la música contemporánea. La gente debe perder el miedo de acercarse a ella, porque sin duda se sorprenderá de su enorme variedad, en particular todos aquellos que se asustaron por no entenderla.

“Varios compositores jóvenes están regresando a la idea de que la música es para que suene, para escucharla y disfrutarla. ¡Ojalá podamos revivir pronto esos periodos en los que las audiencias esperaban con ansia los estrenos!”

Apertura entre generaciones

Radicada desde hace seis años en Montreal, Canadá, donde cursa un doctorado, Odgers regresó de manera temporal a México para asistir al estreno mundial de su concierto para marimba y orquesta Moemi.

Eso tendrá lugar mañana a las 12:15 horas, como parte del programa con el que la Orquesta Sinfónica Nacional, bajo la dirección huésped de José Luis Castillo, clausurará la versión 30 del Foro Internacional de Música Nueva Manuel Enríquez.

En entrevista, la autora considera que en México y en el resto de América Latina, no obstante las adversas condiciones económicas y la falta de infraestructura, se vive un importante auge en la música de concierto, determinado por la apertura entre las diferentes generaciones de compositores hacia diversas corrientes y escuelas, algo que en algunos países de Europa e incluso Estados Unidos no ocurre.

“En Latinoamérica tenemos una riqueza cultural muy grande, que en la literatura, la pintura y en general las artes visuales está más que reconocida en el mundo, y pienso que en la música vamos ya en ese camino”, indica.

“Comienza a haber figuras con renombre y propuestas propias. Ya no se copia lo que pasa en Europa, sino que realmente hay una preocupación por generar una voz propia.”

Cercanía con la música folclórica

De la situación del arte sonoro en el país, Alejandra Odgers se dice alarmada por la falta de interés del gobierno para emprender propuestas culturales con grandes miras, como llegar a un amplio número de la población o mejorar la educación en cuanto calidad y contenido.

“Es inocultable que la política gubernamental está encaminada a producir sólo técnicos, obreros, mano de obra y no humanistas o personas con formación más completa, con un desarrollo por la creatividad”, sostiene.

Sobre Moemi, Alejandra Odgers comenta que forma parte de un ciclo de tres conciertos para orquesta e instrumento solista cuyo proyecto postuló para obtener su doctorado.

Al igual que el que escribió para clarinete bajo y orquesta, el de marimba parte de su interés por trabajar con instrumentos que no han sido muy comunes como solistas y que, por tanto, tuvieran poco repertorio.

En términos personales, aclara que la marimba es un instrumento por el que profesa gran cariño. En primer lugar, dice, “porque me siento muy cercana a la música folclórica de muchos países, pero en general a la mexicana. Y, dos, porque mi aprendizaje musical, cuando lo comencé, lo hice con instrumentos de percusión, particularmente la marimba”.

Con 20 minutos de duración, la obra consta de cuatro movimientos, aunque entre los dos últimos no existe pausa, se encuentran unidos en un bloque. Sonoramente, es una pieza expresiva y se pueden advertir en ella ciertos rasgos de la música tradicional mexicana, si bien aclara que esto último es de manera inconsciente.

“Siento que es una música muy accesible, aunque no hubiera podido escribirse hace un siglo, porque uso técnicas contemporáneas”, destaca.

 
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