■ Ana María Serrano presenta su libro Competencias e inteligencias, publicado por Trillas
Sembrar confianza y afecto en los niños forjará “una generación con mejor futuro”
■ La experta propone una campaña en los medios para que los pequeños tengan una vida más plena
Formar niños felices no requiere de complicados y costosos proyectos educativos, sólo hace falta voluntad, “no sólo política, sino social; es decir, que se tenga la convición de que se puede sembrar en los corazones y la mente de los pequeños confianza y afecto, para lograr una generación con mejor futuro”, afirma Ana María Serrano, autora del libro Competencias e inteligencias: desde la educación inicial hacia la vida (Trillas).
La especialista explica que “la memoria de los bebés se alberga en su corazón; de ella depende si ese individuo se convertirá en un adulto seguro, perseverante en el trabajo, es decir, la experiencia inicial, que incluso se percibe desde el vientre materno, determina muchas cosas.
“Por eso hay que trabajar, de manera insistente en sembrar experiencias positivas tanto afectivas como de desarrollo cerebral desde el embarazo y durante los primeros años.”
No obstante, agrega en entrevista con La Jornada, en México “nos hacemos líos” porque las instituciones no alcanzan a cubrir estas necesidades, “no hay suficientes guarderías ni centros de salud, pero ésos no son los únicos recursos para brindar una buena educación inicial.
“Bastaría una buena campaña de difusión acerca de las cosas que pueden hacer las madres con sus hijos (abrazos, palabras, juegos, atención, respeto).
“Los medios de comunicación deberían abrir sus espacios, habría que convencerlos para que transmitieran pequeñas recomendaciones, de tal manera que una mamá, en cualquier lugar del país, supiera de qué manera ayudar a sus pequeños a tener una vida más plena, a sentirse queridos, cobijados.”
Creación de un entorno cálido
El libro de Ana María Serrano proporciona las herramientas para saber cómo construir un entorno cálido para los pequeños, “también con disciplina y rutinas, pero siempre respetando la manera de ser y aprender del niño. Los bebés, desde que nacen, nos dan indicios de sus capacidades: está el pequeño musical, el motor, el verbal.
“Sin estereotiparlos ni hacer una clasificacion muy rígida, hay que aprender a tomar de cada quien su fortaleza y a partir de ésta desarrollar sus competencias.
“Incluyo muchos juegos y ejercicios que se pueden hacer con respecto a cada una de las inteligencias del bebé. Son recursos que pueden no sólo ayudar a los papás, sino a las guarderías y programas educativos.
“Los bebés no son un bultito que hay que tener sólo durmiendo todo el día. Esta idea es cómoda, heredable, en muchos niveles sociales se sigue creyendo eso, aunque cada vez menos.
“Los bebés piensan, anticipan, tienen una forma de comunicación desde el principio. Hay que abrirles una ventana de conciencia. Las alternativas para estimular los sentidos del bebé son muy baratas, se pueden hacer en casa. Hay que darles ese alimento para su desarrollo emocional e intelectual.
“Tampoco se trata de la simple estimulación temprana, concepto del que se ha abusado, pues no se trata de acciones mecánicas, de lo contrario no sirven. En muchas guarderías hay mucha técnica en el cuidado de los niños, pero hace falta sensibilización, para que realmente las personas a cargo de los pequeños sepan para qué se hacen las cosas.
“Hay que generar conciencia de que todo lo que pasa en el embarazo, en el bebé y en el niño de uno a tres años no es inútil, sino las bases más importantes de lo que será la vida tanto académica como emocional de la persona.”
La autora es fudadora del Proyecto DEI, institución que desde hace dos décadas fomenta el vínculo familiar mediante información, asesoría y retroalimentación del adulto cuidador. Ha sido asesora de ONG como el Fondo para Niños de México, desde 1966.
El libro Competencias e inteligencias: desde la educación inicial hacia la vida, de Ana María Serrano, se presenta este jueves a las 19:30 horas en el Club France (Francia 75, colonia Francia).