■ Repudian indígenas y campesinos la movilización del agro
Rechazan transportistas de cereales paro de productores rurales en Argentina
Buenos Aires, 4 de junio. El sindicato argentino de camioneros de transporte de cereales bloqueó hoy carreteras en protesta por las pérdidas producidas por los cierres de rutas realizados por los productores rurales, en paro desde hace casi tres meses.
“La situación es insostenible”, advirtió el dirigente Rubén Agugliaro, titular de la Confederación Argentina del Transporte Automotor de Cargas, y subrayó que hace más de 70 días el transporte cerealero “no registra ganancia alguna”.
La falta de diálogo, los bloqueos de las carreteras, sostuvo, los dejan en medio del conflicto creando “situaciones dramáticas para los trabajadores”.
La decisión de los camioneros fue criticada por Eduardo Buzzi, presidente de la Federación Agraria, entidad caracterizada como progresista hasta sus nuevas alianzas con la dura derecha local, para llevar adelante el paro patronal.
Buzzi acusó a los camioneros de cereales de “enrarecer el clima”, y advirtió que podrían causar “desabastecimiento”.
Éstos recordaron al dirigente agrario que en “marzo pasado los cortes de ruta de los productores del campo provocaron desabastecimiento en esta capital y otras ciudades y además millones de litros de leche y toneladas de alimentos fueron tirados a las rutas por su descomposición y otras perdidas”.
Buzzi dijo que las tres entidades del campo, además de la suya –la Sociedad Rural Argentina, Confederación de Asociaciones Rurales y Coninagro–, esperan que el defensor del Pueblo de la Nación, Eduardo Mondino, trabaje con las autoridades gubernamentales, en un intento de mediación para destrabar el largo conflicto.
A su vez, Mondino afirmó que tuvo diálogos con algunas personas del gobierno, después de su reunión ayer con los dirigentes rurales; dijo que esperaba abrir el diálogo y que planteará al gobierno la inquietud sobre las consecuencias del conflicto sobre otros sectores de la sociedad.
“Esto requiere buscar mecanismos que permitan restablecer acuerdos mínimos. Hay que retomar la armonía y encontrar un punto de equilibrio para salir de este callejón casi sin salida en el cuál estamos todos”, indicó.
Además de cuestiones técnicas con respecto a las retenciones, también los analistas estiman que hay que evaluar la consecuencias para el país de que la protesta esté dirigida por la derecha más reaccionaria, los medios masivos de comunicación “dependientes de alianzas externas y del poder económico, los partidos desde la centro a la extrema derecha, y como algo que está siendo común en algunas naciones de la región, sectores minoritarios de izquierda radical”.
Por su parte, agrupaciones de comunidades indígenas y campesinas volvieron a expresar sus diferencias con el paro patronal del campo. “Estamos viviendo el mundo al revés. Los que reclaman por las retenciones de la soya y el girasol son los empresarios del campo, que desde que nuestro país dejó la convertibilidad en 2002 se vienen enriqueciendo y mejorando su situación económica. En muchos casos son los mismos que desalojan cientos de familias campesinas y comunidades indígenas, desmontando y arrasando con total impunidad para sembrar soya”, señalaron.
Añadieron que los productores en paro “sólo hablan de los agronegocios y su símbolo actual es la soya transgénica, que arrasa con todo”.
En un comunicado enviado a este periódico, las Comunidades Aborígenes y Campesinas de la Puna y Quebrada Jujeña, miembros de la Red Puna, señalaron que son los “verdaderos trabajadores del campo” y representan a 70 por ciento de los productores de Argentina. “Colaboramos con la alimentación de nuestros pueblos. Somos parte de la tierra y no la consideramos sólo un medio para hacer negocios. La tierra es parte de nuestra cultura y nuestra identidad. No tenemos nada que ver con la soya ni con los agronegocios”.
Se manifestaron además en favor de las retenciones a las exportaciones, “como medida para frenar el avance del actual modelo agropecuario, de los agronegocios y la soya transgénica”, y a su vez especifican todos los reclamos al gobierno, como la urgente redistribución de la riqueza, detener los desalojos de campesinos y comunidades aborígenes y solicitan que se les entreguen las tierras “que ancestralmente nos pertenecen”.
También se expresan en favor de un modelo de producción agroalimentario que garantice los alimentos, la soberanía alimentaria y precios accesibles para toda la población”, entre otros reclamos.