■ Comenzó a filmar Los abrazos rotos en esa isla volcánica
Lanzarote atrae por su oscuridad llena de matices, dice Almodóvar
Madrid. Pedro Almodóvar, cuya película Volver llevó la agreste belleza de su natal La Mancha a la pantalla de plata, pone ahora la isla volcánica de Lanzarote en el mapa del séptimo arte.
Almodóvar comenzó la semana pasada a filmar escenas en la isla para su nueva película, Los abrazos rotos, con su actriz favorita, Penélope Cruz. Postulada al Óscar por su actuación en Volver, Cruz luce una peluca platinada, al estilo Marylin Monroe, en su papel de aspirante a actriz originaria de un pueblo lejano.
El director español ha dado la espalda a los colores brillantes y acaramelados que lo caracterizaban. Confiesa que la isla de Lanzarote, en las Canarias, lo atrajo por la “oscuridad llena de matices” de sus negras playas de lava y sus desiertos de cactáceas.
“El origen volcánico de la isla convierte el paseo en un viaje interior, emocionante y emocional –escribe en su blog–. La primera vez que visité Lanzarote me encontré de bruces con la impresionante Playa de El Golfo, después de cruzar la Geria y el mar de lava. Paisajes todos ellos que me habían turbado muy profundamente. No había visto nunca en la naturaleza colores tan dramáticos, oscuros y originales. Y yo mismo, tan aficionado a los colores brillantes, cuando no chirriantes, me sorprendía fascinado por la oscuridad llena de matices de aquella tierra. El negro no había formado parte de mi paleta de colores.”
El cineasta filmará escenas en la Playa de El Golfo, cuyo misterio, dice, es “inaccesible a mi imaginación”. Asimismo, en el igualmente perturbador Jardín de Cactos de Guatiza, antigua cantera de roca volcánica, y en los viñedos que se agazapan detrás de las negras terrazas.
La trama de Los abrazos rotos se mantiene típicamente vaga. En su más reciente conferencia de prensa antes de dirigirse a Lanzarote, el mes pasado, Almodóvar prohibió hacer preguntas sobre el argumento de su siguiente película. Todo lo que reconoció es que abarca desde la década de 1950 a la de 1990 y que contendrá una secuencia de una hora basada en el cine noir de Hollywood. “Hay dos o tres escenas en las que (Penélope Cruz) tiene que ser muy mala actriz y dar una actuación muy patética”, dijo riendo.
Luego de un paseo por la Costa Azul
Cruz se unió al nuevo proyecto de Almodóvar días después de celebrar un triunfo en el festival de Cannes con la cinta Vicky Cristina Barcelona, de Woody Allen, en la cual comparte estelares con Scarlett Johnson. Llegó a Cannes luego de vacacionar en la Costa Azul con el astro barcelonés Javier Bardem, quien también participó en la cinta de Allen y ganó el Óscar este año por su escalofriante retrato de un pistolero patológico en Sin lugar para los débiles, además de ser el actual interés romántico de Penélope.
Bardem declinó participar en Nine, de Rob Marshall, y Tetro, de Francis Ford Coppola, para tomarse un año sabático, pues dice que está exhausto.
Cruz mantiene lealtad absoluta al director español. “Cuando Pedro me llama no sólo estoy disponible, sino que es mi prioridad total –aseguró–. Nos cuida muy bien, tuvimos meses de ensayos, que nos dieron gran seguridad.”
Entre los coprotagonistas de Los abrazos rotos figuran José Luis Gómez, quien caracteriza a un magnate fílmico; Blanca Portillo, como una madre soltera militante, y Lluis Homar, como un guionista que queda ciego por un accidente.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya