■ La red en el pueblo de San Pedro Capula, averiada desde 2004
Consumo de aguas negras provoca 17 casos de hepatitis en Hidalgo
■ Ñañús exigen al gobernador atender esa necesidad y la de drenaje
Ampliar la imagen Habitantes de la comunidad de San Pedro Capula, municipio de Ixmiquilpan, Hidalgo, beben agua no apta para consumo humano Foto: Carlos Camacho
Ixmiquilpan, Hgo. 1º de junio. En San Pedro Capula, una de las 127 comunidades de este municipio, corazón del valle del Mezquital y de la etnia ñañú, la falta de servicios como agua potable y drenaje obliga a sus 850 habitantes a beber agua contaminada, lo que ya provocó 17 casos de hepatitis, la mayoría en niños.
Hace 12 años se introdujo la red de agua potable, pero se averió en 2004 y, pese a que demandaron al gobierno repararla, no se ha hecho, por lo que vecinos beben agua de los arroyos, “igual que los borregos”. Bebemos agua como animales”, dijo Claudia Pérez Ángeles, vecina de esta población ubicada a nueve kilómetros de la cabecera de este municipio gobernado por el PRD por primera vez.
Noventa por ciento de los habitantes hablan su lengua materna, se dedican al campo, al pastoreo de borregos, a criar vacas y producir alfalfa y maíz; carecen de agua potable y nunca han tenido drenaje, lo cual les ha causado problemas severos de salud. Es una de las localidades más marginadas del municipio, expulsor de mano de obra a Estados Unidos.
A lo largo del canal denominado El Tecolote, junto con borregos, vacas y perros, algunas personas se abastecen de aguas negras y salitrosas, para realizar sus actividades cotidianas.
Claudio Pérez criticó los programas del gobierno: “Pura palabrería del gobierno estatal; aquí no nos han apoyado. Llevamos más de cuatro años solicitando el agua potable... vea. Tenemos que sacar agua sucia del canal pa’ bañarnos, hacer de comer y pa’ lavar la ropa”. Relata que uno de sus hijos tiene fiebre y lo atribuye al consumo de aguas negras.
Cuatro mujeres extraen agua fangosa del riachuelo. Carmela Cerro Baxcajay, ama de casa y cuidadora de borregos, comentó: “de aquí tenemos que sacar el agua, pos’ en nuestras casas no tenemos este servicio. Estamos sufriendo mucho... tengo que lavar aquí mismo y saco agua pa’ preparar el alimento de mis tres hijos”.
Una joven relató que en los últimos meses se han registrado 17 casos de hepatitis, que afectan particularmente a niños de entre dos y cinco años.
El subdelegado Eulogio Vaquero Cortés aseguró que ha expuesto la situación en incontables ocasiones a diversas instancias como el Consejo Estatal del Agua (CEA) y las secretarías de Salud y de Gobierno: “Pero no nos resuelven nada; nos traen vuelta y vuelta. No sabemos por qué nos niegan estos servicios”.
Dijo que documentaron los casos de hepatitis y desde hace dos meses el doctor asignado a la clínica comunitaria ya no se presentó a laborar. “Ora sí que estamos jodidos. Solicitamos personal que atienda el centro de salud, pues nuestras gentes se pueden enfermar y las tenemos que llevar con un doctor particular o hasta el hospital de Ixmiquilpan, pero ahí tardan mucho en atenderlos.”
Algunas viviendas cuentan con pozos, donde fluye el agua a través de las filtraciones; sin embargo, la calidad del líquido tampoco es la deseada, pues emana un cúmulo de moho y caliche.
“Tragamos agua como animales”
Alejandro Vázquez Capula, tesorero del comisariado ejidal, resume en cuatro palabras lo que pasa: “Tragamos agua como animales”. Responsabiliza al titular del CEA, Juan Carlos Alba Calderón, y al subsecretario de Gobierno, Federico Vera Copca. Señaló que en noviembre el titular del CEA se comprometió a construir “en un par de meses” un tanque elevado de almacenamiento, para surtir agua potable a los pobladores, lo que ha incumplido.
Vázquez Capula dijo que el gobernador Miguel Ángel Osorio Chong debe enterarse “de que vivimos como animales” y le solicitó “que atienda en forma urgente nuestra necesidad de agua potable y drenaje”.