Reporte Económico
El desorden monetario mundial
El desorden económico-monetario que hoy caracteriza a la economía mundial tiene ciertamente origen parcial en algunos desequilibrios que han incrementado sus impactos en años recientes: el enorme déficit externo de Estados Unidos, la realineación de los mercados enegéticos en ruta hacia un recambio en gran escala de los hidrocarburos, la opción por el maíz y otros alimentos para producir biocombustibles, o la explosiva demanda de productos básicos y materias primas que presentan naciones como China e India.
Sin embargo, la causa principal de tal desorden monetario está de nuevo en el cada vez más poderoso circuito frenético de la especulación financiera.
El comportamiento errático de los mercados cambiarios –que aquí analizamos hace poco más de un año (RE 26-mar-2007)– simplemente ha empeorado: el dólar sigue en caída libre devaluándose significativamente frente al euro y en menor medida frente a gran número de monedas… incluyendo el peso mexicano.
El derecho especial de giro (DEG), como se recordará, fue creado en 1969 por el Fondo Monetario Internacional para servir de unidad de cuenta, una moneda virtual y estable de referencia con base en la cual podían girar (obtener) recursos del FMI los países miembros. Si el sistema monetario internacional de Bretton Woods no hubiera sido destruido en los setentas para imponer el sistema corporativo global, hoy el DEG sería probablemente una especie de moneda mundial, base estable de reservas y medio internacional de pagos, esto es, eje de un sistema monetario internacional ordenado en vez de la jungla especulativa, inestable y perniciosa que existe. A pesar de todo, el DEG subsiste y su valor lo fija día a día el FMI con base en los valores ponderados del dólar, el euro, el yen y la libra esterlina.
Tomando así como referencia al DEG, en los últimos dos años (abril 06-abril 08) el dólar se ha devaluado 10.2% y el euro se ha revaluado 11.1, mientras que el yen se ha devaluado 0.5 y la libra 2.5 (Gráfico 1).
En una serie más larga (marzo 99, año en que nació el euro, a marzo 08) se observan datos muy similares: frente al DEG el dólar se devaluó 20.6% y el euro se revaluó 17.5, pero el yen sólo se devaluó 0.7 y la libra se revaluó 1.2% (Gráfico 2).
La fortaleza del euro se manifiesta también en el hecho de que en sus nueve años de existencia, el dólar se ha devaluado 47.7% frente a él, y la libra 19.4% (Gráfico 3).
El peso mexicano
En el mismo periodo de nueve años (marzo 99-marzo 08), el peso se devaluó 11.9% frente al dólar, 64.6% ante al euro, 37.5 frente al yen, 38.0 ante la libra, y 35.4% ante el DEG, poco en función de su poder adquisitivo real (Gráfico 4).
La irrealidad monetaria del peso se manifiesta más claramente comparando sus variaciones cambiarias en los últimos 24 meses con el DEG y las divisas que conforman su canasta. Contra toda lógica, el peso se ha revaluado 5.4% frente al dólar, y se ha devaluado sólo 17.3% ante el euro, 3.9 ante el yen, 3.0 ante la libra, y 4.9% ante el DEG (Gráfico 5). Tener un superpeso sobrevaluado, hemos insistido, abarata todo lo que importamos, pero saca del mercado a los productores nacionales y nos resta competitividad como exportadores.
A nivel mundial, la acumulación concentrada del excedente económico en las megacorporaciones, la especulación financiera en gran escala y la inestabilidad monetaria y de precios son características intrínsecas al modelo de globalización desregulada impuesto al mundo, y sus efectos nocivos serán recurrentes en tanto no logremos como sociedades recuperar el control de nuestras naciones, reordenar nuestras economías e incidir de ahí en la reconfiguración de un sistema internacional avanzado que convierta en futuro cierto lo que hoy es un horizonte de crisis y deterioro.
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