■ La Amazonia también será una zona restringida, informó funcionario agrario
Brasil pondrá límites a la compra de tierras en áreas rurales por extranjeros
■ Es un asunto de soberanía nacional y no se trata de xenofobia, aclara Rolf Hackbart
Brasilia, 29 de mayo. El gobierno brasileño quiere poner límite a la compra de tierras por extranjeros en áreas rurales y la Amazonia, que atraen millonarias inversiones internacionales, afirmó el jueves en una entrevista el presidente del Instituto de Reforma Agraria (Incra), Rolf Hackbart.
“Es necesario establecer reglas urgentes porque hay una disputa mundial por las tierras brasileñas”, dijo Hackbart en entrevista al diario Folha de Sao Paulo.
Indicó que en la Amazonía donde se concentra 55 por ciento de las propiedades brasileñas registradas a nombre de extranjeros: 3.1 millones de hectáreas.
Hackbart ya había adelantado esa intención del gobierno en setiembre pasado, cuando adelantó en entrevista a la Afp que “el gobierno brasileño establecerá límites (a la adquisición de tierras por parte de extranjeros), como existe límite para empresa estranjera autorizada a actuar en Brasil”.
“Para el gobierno brasileño es una cuestión de soberanía nacional. No es xenofobia”, añadió entonces.
En ambas ocasiones el INCRA ha indicado que la medida es inmediata. El problema que ha enfrentado es la formulación legal de esa limitación.
La medida coincide con una polémica desatada después de que la prensa indicara esta semana que el servicio de inteligencia de Brasil estaría investigando a un empresario sueco, bajo sospecha de promover la compra de tierras en la Amazonia.
Esa propuesta ha sido hecha en otras ocasiones por organizaciones medioambientales, como una opción de conservación de la mayor selva tropical del mundo. La amazonía tiene dueño y es el pueblo brasileño, respondió inmediatamente el presidente, Luiz Inacio Lula da Silva.
En los últimos años las tierras brasileñas despertaron un gran interés de inversores internacionales, atraídos no solo por el manto amazónico, sino también por la soja, la plantación de grandes bosques de eucalipto y pino para fábricas de celulosa, y de caña de azúcar, para la producción del etanol.
Esa masiva compra extranjera “tiende a perjudicar a los inversores nacionales que no consiguen competir, y la reforma agraria, porque las peores tierras son las que sobrarán para la reforma agraria”, dijo Hackbart en la fecha.