■ Pide que la apoye ante el Consejo de Seguridad de la ONU
Recurre la República Saharaui a México para solucionar conflicto con Marruecos
Ampliar la imagen Niños saharauis en el campamento de refugiados de Dajla, en la República Saharaui Foto: Jesús Villaseca
La República Saharaui (ex Sahara español), reconocida como nación por el gobierno mexicano desde 1979, realiza un intenso cabildeo en América Latina para conseguir el respaldo de la región a su posición sobre la solución pacífica al conflicto con Marruecos, ante la proximidad de las sesiones del Consejo de Seguridad de la ONU.
“Esta solución pasa, necesariamente, por refrendar los principios de la autodeterminación de los pueblos y la estabilidad de las fronteras; dos principios enraizados en México desde el legado juarista”, afirmó ayer Bujari Ahmed, embajador ante las Naciones Unidas y jefe de la delegación saharaui en el proceso de negociación.
Bujari, miembro de la dirección política del Frente Polisario y uno de los cuadros diplomáticos más relevantes de esa nación con parte de su territorio ocupado por Marruecos, informó en rueda de prensa que su gobierno eligió al Senado de México como foro para hacer pública por primera vez su intención de solicitar su admisión como país observador en la Conferencia Iberoamericana, con el mismo estatuto que actualmente detenta Andorra. El trámite tendrá que ser gestionado ante la cancillería mexicana y ante la secretaría de la Cumbre Iberoamericana.
Bujari expuso esta petición el martes 27 ante el pleno del Senado. Ante los legisladores argumentó que la aspiración saharahui parte de su identidad como única nación árabe hispanoparlante, “por entender que nuestro futuro está estrechamente ligado” con este continente y por su aspiración de convertirse en el referente más importante de Latinoamérica en África.
Admitió que el interés saharaui de consolidar su relación bilateral con México, después de 30 años de apertura de embajadas, tiene además otro motivo: la participación de México como miembro no permanente del Consejo de Seguridad para el periodo 2009-2010. La negociación de este conflicto se realiza por mandato de este órgano. “Esperamos que México juegue un papel positivo para destrabar el proceso estancado y alcanzar una solución justa para todos”.
Las recientes cuatro rondas de negociaciones en Manhasset, Nueva York, se estancaron. Marruecos insiste en un proyecto de autonomía que excluye la autodeterminación. La República Saharaui insiste en el referendo, la autodeterminación y ofrece a Rabat la prioridad en todos los convenios de explotación de recursos naturales, principalmente fosfatos y pesca, actualmente bajo ocupación del reino alauí. Estados Unidos, España y Francia apoyan la postura marroquí.
Bujari refirió que Rabat “logró vender a muchos países un argumento sorprendente y falso: que el abandono del territorio saharaui abriría el espacio al terrorismo. Es indispensable, para poder destrabar el proceso de paz, que Washington abandone esta premisa falsa.”
Ante este nuevo estancamiento, en el pasado congreso del Frente Polisario, realizado en territorios liberados de Tifariti, se acordó poner al ejército polisario nuevamente en alerta militar. Se supo además que en territorio marroquí, la aviación del Rey Mohamed VI hizo preparativos de ataque. “Este estancamiento está empujando a la toma de decisiones unilaterales no pacíficas. Sería una vergüenza para la ONU el fracaso de esta oportunidad de paz”, opinó el diplomático quien ve una disyuntiva: “O se deriva en el Magreb a un escenario como el de Palestina o Kosovo o se asegura el éxito del proceso de paz”.
De ahí la importancia del rol de México en el Consejo de Seguridad. “Nuestro acercamiento hacia Latinoamérica –dijo el embajador– es una cuestión de principio, consistente con nuestra visión del mundo; para Marruecos, que hace todo lo posible por perturbar nuestras relaciones, es una necesidad táctica”.
Bujari Ahmed explicó la apertura latinoamericana hacia su pueblo por la tradición histórica. “Dos principios de las relaciones internacionales modernas, el respeto a la autodeterminación de los pueblos y la intangibilidad de las fronteras, son un legado de América Latina al mundo”