■ Civiles, 98 por ciento de las víctimas de las bombas de racimo, revela un estudio
Acuerdan en Dublín anteproyecto para prohibir las armas de fragmentación
■ EU, China, Rusia, India, Pakistán e Israel, los principales productores, no asisten a la conferencia
Dublín, 28 de mayo. Los 109 países participantes en una conferencia en Dublín se pusieron de acuerdo este miércoles en un histórico documento que prohíbe las bombas de racimo y la munición fragmentaria explosiva, anunció una vocera del ministerio de Relaciones Exteriores irlandés.
Estados Unidos, China, Rusia, India, Pakistán e Israel –que se oponen a la prohibición pues alegan que son legítimas porque están cubiertas por la legislación internacional– no participaron en esta conferencia inaugurada el 19 de mayo.
Estos países son los principales productores y usuarios de este tipo de armamento.
El texto que prohíbe las armas de fragmentación, culpables de la muerte y mutilación de millares de civiles, “fue adoptado por todos los delegados” asistentes a la conferencia, dijo la vocera a Afp.
De acuerdo con una versión del anteproyecto que circulaba este miércoles por la noche, la convención sobre las bombas con submuniciones prevé que cada Estado firmante “se comprometa a no emplear estas armas bajo ninguna circunstancia”.
El anteproyecto establece que los 109 países se comprometieron también a jamás “diseñar, producir, adquirir de cualquier otra manera, almacenar, conservar o transferir a quienquiera que sea, directa o indirectamente, armas con submuniciones”.
El acuerdo fue alcanzado luego que el primer ministro británico, Gordon Brown, anunció que su país eliminará su arsenal de bombas de racimo.
“Hemos decidido poner fuera de servicio todas nuestras bombas de racimo. Creo que es un gran paso para hacer del mundo un lugar más seguro”, afirmó Brown, que alentó a los demás países a hacer lo mismo.
Un informe de Handicap Internacional indica que 98 por ciento de las víctimas causadas por las bombas de racimo –que han sido utilizadas también en la guerra de Irak– son civiles.
La prohibición “se aplica a las pequeñas bombas explosivas concebidas especialmente para ser dispersadas o liberadas desde un lanzador conectado a una aeronave”. No se aplica a las minas, según el citado texto.
El tratado exige la destrucción de estos artefactos en los próximos ocho años.
Estados Unidos y Rusia tienen grandes cantidades de estas armas, que disparan cientos de pequeñas bombas con aspecto de latas de refrescos, y que pueden quedar activas sin estallar durante años.
El borrador de el texto negociado en Dublín fue redactado en reuniones en Lima, Viena y Wellington. El documento final será sometido a la firma de todos los estados el 2 y 3 de diciembre próximos en Oslo.