Usted está aquí: lunes 26 de mayo de 2008 Cultura La escritura me permite sobrevivir gozosamente: Aline Pettersson

■ Rinden homenaje a la autora por el 70 aniversario de su natalicio

La escritura me permite sobrevivir gozosamente: Aline Pettersson

Fabiola Palapa Quijas

Ampliar la imagen Aline Pettersson (al centro), acompañada por Marisol Schulz, Luz Aurora Pimentel, Rodrigo Moya, Alberto Chimal y Mónica Lavín Aline Pettersson (al centro), acompañada por Marisol Schulz, Luz Aurora Pimentel, Rodrigo Moya, Alberto Chimal y Mónica Lavín Foto: María Luisa Severiano

Considerada fabuladora de mundos interiores, la escritora Aline Pettersson recibió este domingo un homenaje con motivo del 70 aniversario de su natalicio, en el Palacio de Bellas Artes. La novelista, poeta y autora de literatura infantil manifestó que su vida está dedicada a la escritura, ya que le permite sobrevivir “gozosamente”.

“Me parece inaudito estar celebrando este cumpleaños, pero me siento tan contenta de haber sido acogida con el cariño de tanta gente, que se me olvida que uno sigue adelante. La vida es hasta donde es y tengo los mismos deseos, esperanza, curiosidad y entusiasmo. En la escritura me siento bien y allí yo nado, en esas aguas de la escritura, para sobrevivir gozosamente; me siento muy fascinada en esta exploración de la palabra, en dejarla en la hoja en blanco.”

Ante decenas de personas que se congregaron en la sala Manuel M. Ponce, la escritora Luz Aurora Pimentel se refirió a Pettersson como una fabuladora de mundos interiores que se apropia de la voz del otro para entretejer historias, y aseguró que varias son las preocupaciones que de manera recurrente explora la novelista en su ficción: la muerte, los encuentros y desencuentros amorosos, la soledad, la incomunicación y el progresivo deterioro de la vida, así como las diversas maneras en que se orquestan las voces interiores en el tiempo.

“Maestra de la voz del silencio, Aline multiplica los recursos narrativos que le dan forma a esa vida interior, la vida de la conciencia que retrata la realidad y la modifica para construirse su propio mundo; que la incorpora en voces de otros para hacerla suya. Ella misma, en una suerte de confesión autobiográfica, describe este rasgo tan característico de toda su obra”, agregó Pimentel.

En su intervención, Mónica Lavín, quien conoció a Aline Pettersson en 1986, cuando iniciaba su travesía literaria con un libro de cuentos, destacó la importancia que tienen las palabras de la autora de Círculos en la formación de los nuevos escritores.

“Aline me regala su mirada, esa mirada que sabe escarbar en lo pequeño y silencioso, en lo cotidiano y aparentemente inofensivo para darle voz. Esa mirada está en su manera de conversar el mundo, de cuestionarlo e intentar apresarlo en palabras.

“En Aline, la honestidad de su mirada literaria es muy semejante a la tersura directa de su manera de relacionarse con las personas. De sus novelas Círculos, La noche de las hormigas y Las muertes de Natalia Bauer, disfruto de su perspectiva, de esas revelaciones de los desastres internos, de los gozos de la rutina y del paso del tiempo.”

En el recinto de mármol, Alberto Chimal destacó la faceta académica de Pettersson en la Sociedad General de Escritores de México (Sogem). “Muchos hemos aprendido con Aline la profundidad y conocimiento del lenguaje, así como la multiplicidad de la experiencia humana.”

Pettersson (Ciudad de México 1938) es una de las más prolíficas escritoras mexicanas, que fue galardonada en 1998 con el Premio Latinoamericano y del Caribe Gabriela Mistral, que otorgan la Editorial Cote Femmes de París y la Feria Internacional del Libro de Bogotá.

 
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