■ Rayados conseguía el marcador que liquidaba a los Guerreros, pero Arce marcó al 93
En el descuento, el Santos arrebata al Monterrey el boleto a la final
■ Orozco, de héroe a villano
■ Avanza gracias a su mejor posición en la tabla general, pues el global quedó 3-3
■ El jueves enfrenta al Cruz Azul en el DF y el domingo lo recibe en el Corona
Ampliar la imagen Los Guerreros desean borrar la decepción que les dejó quedar eliminados el torneo pasado, cuando fueron superlíderes Foto: Ap
Torreón, Coah., 25 de mayo. El portero Jonathan Orozco había sido el héroe del Monterrey, al detener varios remates que la tribuna cantaba como gol, hasta que cometió un error al minuto 93, lo que fue aprovechado por Fernando Arce para lograr un agónico empate 2-2, con lo que el Santos avanzó a la final ante el Cruz Azul con global de 3-3, debido a su mejor posición en la tabla general.
Santos (segundo clasificado) se repuso de una desventaja de 2-0 ante un Monterrey (octavo) que estaba obligado a ganar para seguir con vida.
Así quedó definida la final del torneo Clausura 2008, que se jugará el jueves en el estadio Azul y el domingo en el Corona.
Con el marcador de 1-1 logrado el jueves en el estadio Tecnológico, el equipo de Ricardo La Volpe necesitaba la victoria y estuvo a dos minutos de conseguirla, con anotaciones de sus goleadores Jared Borgetti y Humberto Suazo, pero los Guerreros hicieron honor a su apodo y en dramático final igualaron con anotaciones de Matías Vuoso y Arce.
El duelo se inició a 44 grados centígrados y, aunque le bastaba el empate para avanzar, el equipo de Daniel Guzmán se lanzó al frente y estuvo cerca del gol en los minutos iniciales por conducto de Fernando Ortiz y Vuoso.
El panorama se complicó para la visita, ya que el líder en su defensa, el panameño Felipe Baloy, salió lesionado apenas al minuto 13, con lo que los Rayados tuvieron muchos problemas para despejar los constantes centros de los verdiblancos.
El local logró muchas aproximaciones, las más claras fueron otro cabezazo de Ortiz y un tiro de Walter Jiménez, pero entonces empezó a surgir la figura de un inspirado Orozco.
Los Rayados se repusieron un poco en los minutos finales y lograron arribos por conducto de William Paredes que no preocuparon mucho a Oswaldo Sánchez. En tiempo de compensación Orozco volvió a lucirse al detener potentes disparos de Christian Benítez y Daniel Ludueña.
Para el complemento La Volpe ingresó a José Joel González, quien dio salida a su equipo por la banda derecha, pero el que siguió destacando fue Orozco, al realizar una oportuna salida en llegada peligrosa de Vuoso.
El Monterrey se adelantó en el marcador al minuto 52. El Chícharo González mandó centro al área, donde Borgetti lanzó un disparo que fue tapado por los defensas, pero el balón le cayó otra vez y contrarremató con un tiro de pierna izquierda que Oswaldo alcanzó a tocar, pero no pudo detener. Jared, quien había sido abucheado cada que tocaba el esférico, no festejó el gol anotado a su ex equipo.
Guerreros mantuvo la tendencia ofensiva y logró remates peligrosos de Benítez y Ludueña, pero Orozco siguió muy atento y los detuvo con vistosos lances.
El que también se mantuvo incisivo fue el Chícharo González, quien al minuto 63 realizó un desborde y mandó centro retrasado a Suazo. El chileno logró el 2-0 con tiro rasante y cruzado para dejar sin opción a Sánchez.
Los verdiblancos controlaban el balón, pero sus centros no representaban mayor peligro hasta que Orozco tuvo su primer parpadeo, al 76. El guardameta realizó una mala salida y no pudo cortar un centro que fue rematado por Francisco Torres. El defensa Diego Ordaz despejó con una chilena sobre la línea de gol y el balón llegó a Vuoso, quien definió con un cabezazo.
Con un solitario Borgetti al frente, los Rayados ya sólo atinaban a despejar el balón y el guardameta regio se mantuvo inspirado al detener con la rodilla derecha, sobre la línea de gol, un cabezazo de Ludueña, al 91.
Cuando parecía que Monterrey se llevaba la victoria y el boleto a la final, Orozco pasó de héroe a villano al despejar mal un enésimo centro y dejó el balón en su área, lo que fue aprovechado por Arce para anotar el empate con un testarazo, lo que desbordó la pasión en tribunas. Correcto arbitraje de Mauricio Morales.