■ Tirofijo sufrió un infarto; sobrevivió a 12 gobernantes que prometieron “darlo de baja”
Confirman las FARC la muerte de su líder Manuel Marulanda
■ Probable que este deceso provoque una cohesión interna en esa guerrilla: investigador
■ Pasó 44 años en el monte
■ En 1964 fundó Bloque Sur con 40 campesinos que huían de la violencia oficial
Ampliar la imagen El histórico líder de las FARC Manuel Marulanda Tirofijo (a la izquierda), cuya muerte ocurrida el 26 de marzo pasado fue confirmada ayer por este grupo guerrillero; en la imagen lo acompaña el también comandante insurgente Jorge Briceño Mono Jojoy, el 29 de abril de 2000 en Villa Colombia, cerca de San Vicente del Caguán, provincia de Caquetá, Colombia Foto: Ap
Bogotá, 25 de mayo. Después de sobrevivir a 12 gobernantes que prometieron “darlo de baja”, Manuel Marulanda Velez murió de muerte natural en uno de sus campamentos, rodeado de algunos de sus guerreros más cercanos y de Sandra, su compañera de los últimos años.
Según Timoleón Jiménez, uno de los siete miembros de la cúpula de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), el deceso de Marulanda ocurrió el pasado 26 de marzo en algún lugar de las selvas del sur del país.
La muerte del veterano jefe guerrillero, que pasó 44 años en el monte y tal vez nunca conoció el mar, ni entró jamás a una sala de cine, abre numerosos interrogantes sobre el destino de la poderosa guerrilla que le dejó como herencia a Colombia y que, según expertos en temas militares, está golpeada pero no agonizante, como aseveran altos funcionarios gubernamentales.
Al confirmar la noticia de la muerte de Marulanda, Jiménez anunció el nombre del sucesor de quien era considerado el guerrillero más antiguo del mundo: Alfonso Cano, un intelectual bogotano de 59 años que estudió antropología en la Universidad Nacional y se enlistó en las filas insurgentes a finales de los años 70.
La elección de Cano fue “acordada unánimemente por los miembros del Secretariado”, aseguró Timoleón Jiménez, también conocido como Timochenko. El jefe guerrillero hizo el anuncio en un encendido discurso grabado en las montañas de Colombia y difundido por la cadena Telesur, que emite desde Venezuela.
Timochenko también reveló que como nuevo miembro del Secretariado fue elegido Pablo Catatumbo, experimentado jefe militar del llamado Bloque Occidental y muy cercano a Alfonso Cano.
Nacido en Génova, un pequeño pueblo cafetero de la cordillera de los Andes, Marulanda fue guerrillero liberal antes de fundar, en 1964, un frente guerrillero que denominó Bloque Sur y que sería el germen de las FARC. En su atrevida empresa lo acompañaron otros 40 campesinos que –como él– huían de la violencia oficial de los gobiernos conservadores.
Al morir, 44 años más tarde, comandaba un ejército de decenas de miles de hombres y mujeres que actúa en los cuatro puntos cardinales de la geografía colombiana, fuertemente armado, dueño de vastos territorios y con una sólida estructura organizativa y financiera.
Según la mayoría de los analistas locales, el legendario comandante guerrillero, también conocido como Tirofijo, era la suprema e indiscutida autoridad en las FARC. “Él tenía la última palabra a la hora de tomar las decisiones, que –sin embargo– consultaba siempre con sus colegas del Secretariado (máxima instancia de dirección)”, comentó a La Jornada el dirigente de izquierda Carlos Lozano, quien lo conoció ampliamente en desarrollo de sus funciones como facilitador del fracasado proceso de paz entre las FARC y el presidente Andrés Pastrana, que duró desde finales de1998 hasta comienzos de 2002.
Las primeras noticias sobre la muerte de Marulanda salieron a flote el pasado viernes, en una entrevista que concedió el ministro de Defensa Juan Manuel Santos a la revista Semana, en la cual aseguró que “Tirofijo está en los infiernos”. La versión cobró fuerza el sábado, cuando el propio presidente se refirió al tema y de paso reprendió a su ministro por la forma en que había anunciado el deceso del máximo comandante de las FARC.
La confirmación de la muerte, este domingo, causó gran revuelo político en esta nación sudamericana, donde la guerra ocupa diariamente el primer lugar de la agenda noticiosa y es el principal tema de preocupación y conversación de sus habitantes.
Voceros de los partidos que apoyan al presidente Álvaro Uribe aseguraron en tono efusivo que la muerte del veterano jefe guerrillero “es un golpe mortal para la guerrilla, cuya moral está por el piso”. El ministro Santos aseguró que “las FARC están en su peor momento”, al tiempo que su colega del Interior, Carlos Holguín, dijo que “con la muerte de Marulanda el país descansa”.
En tanto, expertos en el conflicto armado interno descartaron que con la muerte de Marulanda las FARC vayan a sufrir una debacle interna. “Por el contrario, es muy probable que el deceso de Marulanda provoque una gran cohesión interna”, opinó Pablo Serna, investigador e historiador de la Universidad Nacional.
Más allá de las especulaciones sobre si lo que se impondrá internamente en las FARC es una corriente más política y menos militarista, lo cierto que se ha producido un relevo generacional. A la cabeza de este relevo estará un hombre que se formó políticamente en la ciudad y que ha tenido a su cargo, durante los últimos cinco años el llamado Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia, considerado el brazo político de la guerrilla que actúa en la clandestinidad.
El otro tema que concentra la atención nacional tras la muerte de Tirofijo es el del intercambio humanitario mediante el cual las FARC aspiran a canjear más de 500 guerrilleros presos por casi 40 dirigentes políticos y oficiales del ejército que tienen en su poder desde hace más de un lustro.
Dirigentes políticos como Carlos Lozano consideran que sin Marulanda tal vez las cosas se compliquen, pues él tenía todo el poder decisorio en este caso y ahora las decisiones van a ser más colectivas con el agravante de que las comunicaciones entre los miembros del Secretariado son difíciles.
Sin embargo, la senadora Piedad Córdoba, quien fue pieza fundamental en las siete liberaciones de rehenes ocurridas en enero y febrero pasados, anunció que seguirá haciendo gestiones en favor del intercambio humanitario.
Sobre la muerte de Marulanda dijo que el guerrillero “se salió con la suya muriendo de muerte natural”.
Después de más de cien anuncios falsos a lo largo de más de cuatro décadas, la noticia del deceso de Marulanda fue finalmente cierta cuando el corazón del legendario comandante guerrillero dejó de latir a los 78 años de una vida que dejó huellas indelebles en la historia reciente de Colombia, para algunos huellas de dolor y destrucción, para otros de heroísmo y de entrega a los ideales revolucionarios.