■ El gol de Zeballos dio tranquilidad a La Máquina y el triunfo 2-1 en el marcador global
Cruz Azul regresa a una final tras nueve años de ausencia
■ En un error de Yosgart Gutiérrez los Gladiadores anotaron primero y metieron presión al local
■ Raúl Arias sorprendió al no mandar de inicio a la peligrosa dupla de Alfredo y Tressor Moreno
Ampliar la imagen En su debut en la liguilla, el portero Yosgart Gutiérrez, quien ha dejado en la banca al Conejo Pérez desde el torneo regular, llega hasta la final Foto: Alfredo Domínguez
Tuvieron que pasar 17 torneos para que el Cruz Azul volviera a soñar con el cetro. En Invierno de 1999 jugó su última final y la perdió ante el Pachuca; hoy, tras empatar con mil apuros 1-1 ante el San Luis (global 2-1), vuelve a soñar: está en la gran final a la espera de Santos o Monterrey.
Ayer por la tarde el estadio Azul era todo tensión, nervios, angustia y silencio hasta el minuto 73. Los Gladiadores ganaban con anotación de Eduardo Coudet al 30 de acción.
Entonces apareció Nicolás Vigneri con arribo por la izquierda, centró para Pablo Zeballos, quien clavó el esférico a la izquierda del engarrotado Adrián Martínez y sentenció la serie.
El coso se convirtió en un manicomio. La catarsis tomó forma de gritos, ondear de banderas, lanzamiento de serpentinas y cojines, y el agitar de playeras ya no cesó hasta el final, que acompañó al cántico de “oeeee, oeeee, oe, oe, oe, azul, azul. Oeee...”
Lo cierto es que el San Luis de Raúl Arias sorprendió a los Cementeros con un esquema desconcertante, pues dejó en el banquillo a su dupla de lujo: Alfredo Moreno y Tressor Moreno. En la banca local no atinaban a descifrar las intenciones del enemigo, cuando comenzaron a recibir la artillería.
Marcelo Guerrero, Víctor Píriz, el Jagger Martínez y Braulio Luna poco a poco pusieron en evidencia el grave nerviosismo del portero Yosgart Gutiérrez.
Al minuto 29 Carlos Bonet fauleó a Guerrero. Coudet cobró la falta con inteligencia, aprovechando el salto de los hombres de la barrera y por abajo mandó un potente tiro; Yosgart atacó mal el esférico, reaccionó tarde, se le doblaron los dedos y la diminuta porra sanluisina festejó quitándose las playeras.
Al 44 de acción los Gladiadores perdonaron el segundo tanto, pues en plena confusión en el área, Guerrero remató pegándole al travesaño.
Gran relevo celeste
Para el complemento, el estratega local, Sergio Markarián, ingresó a Zeballos y a Édgar Andrade; sin embargo, todavía pasó sustos, como cuando Braulio Luna en vez de disparar estando sin marca, decidió recentrar, y un nuevo remate de Guerrero fue desviado por Yosgart Gutiérrez.
El pecado de Raúl Arias fue justo permitir la reacción de los de casa, pues hasta al minuto 67 ingresó a Alfredo Moreno y ya con el gol en contra (80) a Tressor; peor aún, al 82 sufrió la expulsión de Ignacio Torres y finalmente del defensa Adrián García para acabar con nueve jugadores.
Markarián declaró: “Primero darle gracias a Dios por permitir a mis jugadores hacer el esfuerzo que hicieron y, sobre todo, superar el primer tiempo, pues estuvimos muy nerviosos”.
Aunque dijo que la misión quedó cumplida desde que cerró el torneo regular con 31 puntos, admitió que la gente espera más: el título.
Comentó que al medio tiempo decidió ir en busca del gol en vez de encerrarse, y confesó: “Me gustaría más (en la final) Monterrey, para cerrar en casa”.
Raúl Arias, estratega visitante, no quiso hablar. Braulio Luna señaló que todo se definió en el juego de ida; “hoy teníamos todo en contra: un gol, la tabla de posiciones, el reloj, pero creo que sometimos al Cruz Azul, aunque no nos aplicamos tanto a la hora de defender y nos costó un tanto”, indicó.