■ La Agencia de Noticias Nueva Colombia, cercana a la guerrilla, se burla del “rumor” oficial
Falleció Manuel Marulanda, según versión del Ministerio de Defensa
■ Asegura Bogotá que las FARC designaron a Alfonso Cano nuevo líder máximo de los insurgentes
■ Pereció de un paro cardiaco o a consecuencia de un bombardeo, afirman servicios de inteligencia
Ampliar la imagen Imagen de Manuel Marulanda Vélez, Tirofijo, el 29 de abril de 2000 en Villa Colombia, un campamento cercano a San Vicente del Caguán Foto: Reuters
Bogotá, 24 de mayo. Manuel Marulanda, Tirofijo, líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), habría muerto el 26 de marzo pasado en circunstancias aún imprecisas –de un paro cardiaco o en un bombardeo–, según versión difundida hoy por el Ministerio de Defensa, basado en información de sus servicios de inteligencia, respecto de la cual la insurgencia guardó silencio.
Desde 1964 –año de la fundación de las FARC–, Bogotá ha anunciado más de una docena de veces la muerte del dirigente guerrillero, de 78 años, de quien se dice que ha padecido cáncer desde principios de 2004. Según la policía colombiana, interceptó correos electrónicos de Marulanda fechados a finales de 2007.
Los primeros datos sobre el fallecimiento de Marulanda, cuyo verdadero nombre es Pedro Antonio Marín, fue difundida al mediodía de este sábado en el sitio de Internet de la revista Semana de Bogotá, que este domingo pondrá en circulación su edición impresa con el texto completo de una entrevista realizada al ministro de Defensa, Juan Manuel Santos.
Al ser cuestionado acerca de si el Ministerio de Defensa dispone de información respecto de dónde se encuentra Marulanda, Santos afirmó que “debe estar en el infierno”, porque “la información que tenemos es que ya se fue”, según “nos ha dicho una fuente que nunca nos ha fallado”.
De acuerdo con el texto que por adelantado comenzó a circular en sitios en Internet de la prensa colombiana, la reportera María Isabel Rueda, de Semana –dirigida por Alejandro Santos Rubino, familiar del ministro y del vicepresidente Francisco Santos Calderón, así como del copropietario del diario El Tiempo de Bogotá, Luis Fernando Santos–, preguntó al titular de la Defensa si “puedo titular esta entrevista: ‘Tirofijo está muerto’”, a lo que el funcionario respondió que “el riesgo es suyo”.
Según la información de inteligencia, Marulanda murió 25 días después del bombardeo que mató a otro líder de las FARC, Raúl Reyes, quien se encontraba en un campamento temporal de la guerrilla a unos 800 metros al sur de la frontera colombiana, en territorio ecuatoriano, donde murieron otras 22 personas.
Santos dijo no saber con precisión cómo murió y explicó que “en esas fechas hubo tres bombardeos fuertes en donde se pensaba que estaba Tirofijo. La guerrilla dice que de paro cardiaco. No tenemos prueba ni de uno ni de otro”.
Por la tarde, el Ministerio de Defensa precisó que el fallecimiento ocurrió “a las 6:30 horas de la tarde” del 26 de marzo, pero insistió en que las causas “están todavía por confirmar”.
“En los días en que se presentó la muerte de Tirofijo, la fuerza pública realizó una serie de operaciones y bombardeos en diferentes áreas de La Uribe, en el departamento del Meta. La primera en el cerro El Purgatorio, la segunda en la laguna Los Osos y la tercera en la cabecera del río Papaneme. La información que teníamos era que Marulanda se hallaba allí. Sin embargo, ninguna de las operaciones se realizó en la fecha en la que se reporta la muerte de Marulanda”.
En un comunicado, el ministerio dijo que “sabemos que entre las FARC la versión que se maneja es que murió por causas naturales, específicamente de un paro cardiaco y que designaron como su sucesor a Alfonso Cano”, de quien recientemente se dijo que era acosado por el ejército en el departamento de Tolima, versión que fue rechazada por Santos en la entrevista realizada por Semana.
Aunque las FARC mantuvieron silencio sobre la versión gubernamental, la Agencia de Noticias Nueva Colombia (Anncol), cercana al movimiento guerrillero, se burló del “rumor” en un despacho y dijo que sólo las FARC constituyen una fuente autorizada para informar sobre el caso.
Pese a la confirmación oficial, medios internacionales como la televisora CNN mantuvieron prudencia sobre la información, y se refirió a la versión como “la presunta muerte” de Marulanda.
Carlos Gaviria, dirigente del partido de izquierda Polo Democrático, consideró un “rumor” la muerte de Marulanda, pero dijo que esperará la confirmación.
Sobre la información de que Cano está herido, el presidente Álvaro Uribe evitó responder preguntas al respecto en una conferencia de prensa celebrada por la noche en una localidad del occidente del país, donde dijo que la policía está detrás del jefe guerrillero conocido como Mono Jojoy.
Uribe –quien estuvo hoy cerca de la zona donde se registró un temblor de 5.5 grados en la escala de Richter, que no causó más que susto entre la población– no amplió los datos sobre el caso de la supuesta muerte de Marulanda, pero reiteró su optimismo acerca del avance de las fuerzas militares en la lucha contrainsurgente.
El mandatario dijo no estar de acuerdo con la forma en que se difundió la versión de la muerte de Marulanda, pues el comunicado al respecto se entregó a un sólo medio, la revista Semana, y reiteró su oferta de recompensas a los guerrilleros que entreguen.
El domingo pasado, una emblemática combatiente de las FARC, apodada Karina y cuyo verdadero nombre es Nelly Ávila Moreno, se entregó a la policía y aseguró que la guerrilla está “diezmada” y “resquebrajada”. En su mensaje pidió a Marulanda entablar un diálogo con el gobierno para acabar con la guerra.
Esta deserción se sumó a la muerte de Reyes y de Iván Ríos, quien según el gobierno fue asesinado por sus guardaespaldas a cambio de una recompensa. Uribe dijo hoy que su administración dispone de un fondo de 100 millones de dólares para apoyar más deserciones de combatientes.
Según el Ministerio de Defensa colombiano, unos 9 mil combatientes de las FARC se han entregado a las autoridades desde 2002, lo que representa la más alta cifra de deserciones en los 44 años de existencia de esa organización rebelde, fundada por Marulanda y otros líderes ya fallecidos.