■ Se realizó en el MAM simposio por el centenario de la pintora
El último dibujo de Varo nos alerta sobre “el final de la vida en el planeta”
El último dibujo de Remedios Varo, Música del bosque (1963), fue el tema que abordó el poeta Alberto Blanco en la primera sesión del Simposio Internacional Remedios Varo: visiones y revelaciones. Nuevas perspectivas a 100 años de su nacimiento, efectuado en el Museo de Arte Moderno (MAM), el jueves y el viernes, con motivo de la apertura de la exposición Remedios Varo: cinco llaves.
El dibujo forma parte del acervo de 39 obras de la pintora surrealista que Walter Gruen y Alexandra Varsoviano donaron al Instituto Nacional de Bellas Artes para su resguardo en el MAM.
En el dibujo hecho a lápiz sobre papel mantequilla se puede ver “un personaje de pelo largo, tocado con un sombrerito y sentado en un tocón”. Absorto en sus pensamientos, más que mirar, escucha la música que proviene de un tocadiscos accionado por unas aspas que giran con el viento del bosque, y está montada sobre otros dos tocones de menor tamaño.
La última obra de Varo (1908-1963), no puede menos que hacernos pensar en una suma de toda su historia personal, apuntó Blanco. Pero “debemos reconocer también que se trata de una obra de arte que nos enfrenta a otro abismo –un abismo mayor– y con una advertencia de fuertes tintes ecologistas que tiene que ver con el final de otra historia: el final de la vida misma en el planeta”.
Blanco anotó que existe un dibujo homónimo del mismo año hecho en lápiz sobre papel, preparatorio del dibujo en cuestión, que a su vez es preparatorio de lo que “sin duda” habría de ser un óleo.
Amparo pendiente de resolver
La crítica de arte Raquel Tibol, presente entre el público, señaló que detrás del personaje de Música del bosque aparece una figura de mujer, con manto, como si fuera a cobijarla, y la aguja está sostenida por algo que no alcanza a verse, que sale de esa masa nebulosa, culminada por una cabeza. La diferencia esencial entre las dos versiones del personaje, es que en una está acompañado y en la siguiente totalmente solo y la actitud de levitación es más profunda.
Janet Kaplan, biógrafa de Varo, después de recordar cómo su primera exposición individual de 1955 la lanzó a la luz pública, prefirió remontarse a 1935 cuando la pintora aún vivía en España y en particular el verano que pasó con un grupo de artistas haciendo un trabajo en conjunto.
Al hablar del exilio “surrealista”, la investigadora e historiadora del arte Teresa del Conde dijo que debería ser tratado no sólo en relación con España, porque hubo un exilio argentino que principalmente en los campos de sicoanálisis y filosofía, pero también en el arte “nos benefició mucho”. Y más tarde hubo un exilio chileno. Aseguró que es imposible deslindar a Varo y Leonora Carrington del contexto del exilio, aunque la segunda llegó aquí procedente de Nueva York, casada con Renato Leduc. En cambio, Remedios sí sufrió destierro con Benjamín Peret, a quien conoció en 1936.
En los actos relacionados con la exposición destacó la presencia de representantes de la Procuraduría General de la República, dependencia que representa al gobierno mexicano en el litigio por los cuadros de Remedios Varo.
Al respecto, Gerardo Mejilla Ávila, agente del Ministerio Público de la Federación, recordó que, a la fecha, de las tres instancias, se han ganado dos, y sólo queda un amparo en trámite.