■ Triunfa la visión más conservadora; el acuerdo debe ser aprobado por el Europarlamento
Aprueba la Unión Europea proyecto de ley para la expulsión de los indocumentados
■ Los extranjeros “sin papeles” pueden ser detenidos hasta por 18 meses y se prohibirá su regreso
Madrid, 22 de mayo. La Unión Europea aprobó hoy un proyecto de ley con reglas comunes para la expulsión de indocumentados, con el que pretende afrontar en el futuro el fenómeno de la migración y que establece, entre otras cosas, que los extranjeros “sin papeles” puedan ser detenidos hasta por 18 meses y se les pueda prohibir volver a entrar al bloque comunitario por un plazo de cinco años, decisión que fue critica por movimientos de defensa de los derechos humanos.
Si bien España rechazó la última medida aprobada la víspera en Italia por el primer ministro Silvio Berlusconi, al convertir mediante decreto la inmigración “ilegal” en delito, durante los debates de hoy en el seno del bloque europeo triunfó la visión más conservadora, que permite que los migrantes “sin papeles” puedan ser recluidos por 18 meses hasta que se formalice su expulsión, si bien no obliga a modificar las normas nacionales de la mayoría de las naciones de la Unión Europea.
Además, dispone el veto de entrada a la comunidad en los próximos cinco años y, según cada país, podría ser obligado a pagar fuertes multas de carácter económico. El acuerdo, que aún debe ser aprobado por el Parlamento Europeo, establece que el inmigrante recibirá asistencia judicial gratuita de acuerdo con las normas de cada Estado nacional.
En la Unión Europea viven alrededor 460 millones de personas, de las cuales 10 por ciento, es decir unos 45 millones, son extranjeros provenientes de África, Asia y América Latina.
Aunque no hay cifras confiables respecto del número de migrantes “sin papeles”, organizaciones no gubernamentales calculan que sería de 10 por ciento del total de extranjeros, o sea, más de 5 millones de personas.
Sobre este álgido tema, el intelectual y sociólogo francés Alain Touraine declaró a La Jornada que el fenómeno de la migración es “quizá el mayor reto de la Unión Europea” y que su éxito dependerá de cómo se afronte.
“Si lo asumimos como lo que somos y hemos sido siempre, es decir un pueblo que ha viajado y emigrado a lo largo de la historia, sabremos cómo integrar y convivir con la migración que ahora recibimos; pero si, por el contrario, adoptamos medidas como las de Berlusconi en Italia y (el presidente Nicolas) Sarkozy en Francia, estaremos sembrando una semilla de odio y de rencor en las futuras generaciones”.
Añadió que si “se mueven por el mundo la literatura, las imágenes, la gastronomía, también lo seguirán haciendo masas de población y los emigrantes deben tener esa posibilidad de cambiar de lugar y de actividad”.
Touraine reconoció que una cuestión fundamental para asumir la llegada de extranjeros es “la apertura de la sociedad a la creación de nuevos empleos con igualdad de posibilidades y no con la idea de que el inmigrante sea el que llegue a tomar el trabajo de las personas locales peor pagadas”.
El sociólogo fue muy enfático en una cuestión: “Por el bien de la integración, la sociedad europea no debería permitir la creación de guetos que dan lugar a subculturas, porque eso solamente genera conflictos” sociales.