■ Un pequeño comerciante paga tres pesos por cada uno de financiamiento adquirido
Altos réditos triplican deudas de las familias de menores ingresos
■ Por un bien de 5 mil pesos terminan por pagar 14 mil después de un año de abonos semanales
Por una lavadora con valor de 5 mil pesos, una familia debe pagar hasta 14 mil pesos si la compra a plazos en una cadena comercial. Si un pequeño comerciante acude a una microfinanciera para obtener financiamiento tendrá que devolver tres pesos por cada uno recibido de crédito. Son datos recabados por el Banco de México, divulgados este martes, que muestran que las personas y familias de menores ingresos se han convertido en un filón para compañías otorgantes de crédito.
En los pasados tres años, tanto los bancos comerciales como empresas vendedoras de bienes de consumo duradero han buscado ampliar su base de clientes en los estratos de menor ingreso. Miles de familias han recibido por primera vez un crédito, aunque los datos ofrecidos por el banco central muestran el costo que debe pagar quien menos poder adquisitivo tiene.
Una familia que adquiere a crédito una lavadora con valor promedio de 5 mil pesos, en pagos fijos semanales a plazos entre 48 y 52 semanas, deberá pagar en Famsa una tasa de interés total –incluidos comisiones y gastos de gestión, lo que se denomina el costo anual total o CAT– de 100 por ciento sobre el valor original de la pieza; esa tasa de interés, para la misma lavadora, sube a 170 por ciento en Elektra y roza 180 por ciento en Bodega Aurrerá, subsidiaria de Wal-Mart. En este último caso, por el bien con valor de 5 mil pesos el comprador termina pagando 14 mil, de acuerdo con los datos divulgados por el banco central.
La institución cita también los costos que pagan los usuarios de “microcréditos”, generalmente pequeños comerciantes, incluso vendedores callejeros de alimentos, o artesanos.
Costo anual total de 300 por ciento en microfinancieras
En este caso, una persona que obtenga de una microfinanciera un crédito de 7 mil pesos, liquidable en pagos semanales a plazos entre 16 y 78 semanas, pagará una tasa de interés total o CAT de 50 por ciento en la microfinanciera Bajío; de 150 por ciento anual en Compartamos; de 200 por ciento en Banco Azteca –al igual que Elektra, propiedad de Ricardo Salinas Pliego, dueño también de Tv Azteca– o de 300 por ciento en Pronegocio.
Son tasas de interés similares a las de las empresas dedicadas a los créditos prendarios. Para un crédito de 7 mil pesos, el Monte de Piedad cobra un CAT de 80 por ciento; Monte Pío Luz Aviñón, 180 por ciento; Prenda Mex, 220 por ciento, y El Diamante, 320 por ciento. Así, en este último caso, una deuda de 7 mil pesos se convierte, al término de un año, en un pasivo de 29 mil 400 pesos, según los datos divulgados por el banco central.
Aunque menor, el CAT por el financiamiento con tarjetas de crédito bancarias no deja de ser varias veces superior a la inflación, que hoy es en México de 4.5 por ciento anual.
El costo anual total para el usuario de tarjetas de crédito es de 42 por ciento en el caso de los plásticos emitidos por Inbursa, 44 por ciento en Santander, 51 por ciento en Scotiabank, 60 por ciento en BBVA Bancomer y 62 por ciento en Banamex, en todos los casos en términos anuales, de acuerdo con el banco central que, para estos ejemplos, toma de referencia un crédito revolvente de 10 mil pesos con pago mensual a tres años.
En las tiendas departamentales, el CAT más bajo es el de Coppel, de 40 por ciento anual; luego está El Palacio de Hierro, que cobra 52 por ciento anual; Sears y Mixup, 54 por ciento en cada caso; Liverpool, 61 por ciento y C&A Modas, con un costo anual total de 81 por ciento. Para estas referencias, el Banco de México usó como base de cálculo una línea de crédito revolvente de 10 mil pesos, con pago mensual a tres años.