■ Testigos relatan terribles escenas en el centro de Johannesburgo
Ola de ataques xenóbos en Sudáfrica desplaza a más de 6 mil personas
Johannesburgo, 19 de mayo. Al menos 22 muertos y cerca de 6 mil desplazados ha dejado la violencia xenófoba que estalló el pasado 11 de mayo en los barrios pobres de esta ciudad de Sudáfrica, mientras el presidente Thabo Mbeki, hizo un enérgico llamado a detener los ataques contra los extranjeros.
Mbeki caracterizó la situación como una anarquía inaceptable e hizo énfasis: “ciudadanos de otros países del continente africano y de otros continentes son ante todo personas como nosotros y merecen ser tratados por nosotros con respeto y dignidad”, se indicó en un comunicado.
El presidente del gobernante Congreso Nacional Africano (CNA), Jacob Zuma, destacó en referencia al apoyo que su agrupación recibió del exterior en épocas del Apartheid: “No podemos permitir que Sudáfrica sea conocida como xenófoba”.
El Premio Nobel de la paz en 1993 y ex presidente, Nelson Mandela, dijo que estaba triste por el creciente odio hacia los extranjeros. En tanto, el vocero de la policía, Govindsamy Mariemuthoo declaró que “ascienden a 22 las personas muertas desde el comienzo de la violencia, y 217 fueron arrestadas”, por varios crímenes como asesinatos, violación y robo.
Testigos dieron cuenta de escenas terribles en el centro de Johannesburgo la noche pasada. Bandas armadas ubicaron edificios de varias plantas en busca de extranjeros y arrojaron a mujeres por las ventanas.
Alexandra, la génesis
Los ataques xenófobos comenzaron el pasado 11 de mayo en el barrio de Alexandra y se extendieron hacia otras áreas de Johannesburgo, incluyendo el distrito financiero, donde vive un gran número de inmigrantes.
Armados con navajas, palos y bidones de gasolina, los exaltados atacan principalmente a los ciudadanos provenientes de Zimbabue, Mozambique y Nigeria, que son acusados por los pobres de arrebatarles sus trabajos y aumentar la criminalidad.
El jefe interino de la Cruz Roja sudafricana, David Stephens, expresó sus temores de que la ola de violencia se extienda hacia otras regiones del país y el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados acusó al gobierno sudafricano de no haber tratado debidamente la cuestión de la xenofobia.