Localizan a secuestrados por las FARC
Bogotá, 16 de mayo. El ejército colombiano localizó un presunto campamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en una zona selvática de los departamentos de Guaviare y Vaupés, donde estarían uno de los tres estadunidenses y varios militares y policías cautivos, informó este viernes la prensa local.
Las tropas realizan una “localización humanitaria” de los rehenes luego que el presidente Álvaro Uribe autorizó a los militares aumentar esas acciones, en que participan unos 15 mil efectivos en aquella región sureña del país.
“Hace dos semanas un trabajo de inteligencia basado en información entregada por gente cercana a las FARC dio nuevas pistas sobre el rastro de los secuestrados que la guerrilla pretende incluir en el canje” de unos 49 cautivos por unos 500 guerrilleros presos, sostuvo el diario bogotano El Tiempo.
Según el reporte, el avance de las tropas por la selva se ha visto afectado por la espesura y porque los insurgentes de tres frentes están frenando el acceso de los uniformados al campamento donde están los rehenes.
Fuentes cercanas al gobierno manejan la versión de la posible ubicación del campamento, y según el Ejecutivo una vez localizado “el gobierno llamará a los organismos humanitarios nacionales e internacionales para que ingresen al sitio y obtengan el rescate humanitario de los secuestrados”.
Al mismo tiempo, Uribe llamó a los insurgentes a liberar a la franco-colombiana Ingrid Betancourt y demás cautivos con motivo de la quinta cumbre de jefes de Estado y de gobierno de América Latina, el Caribe y la Unión Europea, que se efectúa en Lima.
El director del semanario comunista Voz, Carlos Lozano, pidió al gobierno suspender las “localizaciones humanitarias”, pues ponen en peligro la vida de los secuestrados, al sumarse al clamor de los familiares y porque afecta a quienes buscan contactos con las FARC, entre los que se incluyó.
Mientras, Colombia protestó ante Nicaragua tras conocer que el gobierno de ese país pidió permiso para un sobrevuelo militar en que fueron llevadas de Quito dos presuntas guerrilleras de las FARC a Managua en calidad de asiladas políticas y que Bogotá calificó de “personas allegadas a grupos terroristas”.
La cancillería se declaró “profundamente preocupada” por el abuso de un “acto inamistoso”, en referencia al traslado sobre el espacio aéreo colombiano de Martha Pérez Gutiérrez y Doris Bohórquez Torres, sobrevivientes junto con la mexicana Lucía Morett a la masacre colombiana del primero de marzo en Ecuador, en que murieron el líder rebelde Raúl Reyes y 20 personas más.