■ Mejora la fijación de prótesis a los huesos y permite que crezcan: Eduardo Mendizábal
Desarrollan en la UdeG cementos óseos de materiales bioactivos
■ La innovación, premiada por la Academia de Ciencias de Cuba, tendrá mayor impacto entre los jóvenes que han sufrido alguna fractura
■ Acelera el proceso de recuperación y causa menos dolor
Con la participación de investigadores de Cuba y España, la Universidad de Guadalajara (UdeG) desarrolla cementos óseos acrílicos bioactivos con materiales que pueden estimular el crecimiento óseo, a modo de mejorar la fijación de la prótesis al hueso y correr menor riesgo de efectos secundarios y rechazo del implante.
Eduardo Mendizábal Mijares, jefe del departamento de química del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías de esa casa de estudios, destacó que con el desarrollo de nuevos biomateriales poliméricos “logramos una formulación de cementos óseos que permite no sólo que el hueso crezca y se una al implante, sino que lo hace más resistente y duradero”.
Agregó que en el mundo, cada año, cerca de 10 millones de adultos mayores sufren una fractura de cadera, a lo que se suma un creciente número de jóvenes que tienen accidentes de tránsito o practican deportes extremos.
El incremento en el número de fracturas, agregó, alentó el desarrollo de nuevas técnicas y materiales, pero hasta la fecha “no existe nada parecido, ya que la nueva formulación permite mejor fijación de la prótesis, con menor daño a los tejidos, además de acelerar el proceso de recuperación y ser menos doloroso”.
De acuerdo con información de la Fundación Internacional de la Osteoporosis se estima que para 2050 el número de fracturas de cadera se duplicará en el mundo. Una de cada cuatro lesiones ocurrirá en América Latina y Asia, por lo que se prevé que se presenten más de 650 mil casos en países latinoamericanos.
Mendizábal Mijares afirmó que desde hace siete años trabajan en la creación de una nueva fórmula para elaborar cementos óseos acrílicos bioactivos, con materiales que pueden estimular el crecimiento del hueso, “por lo que podemos generar que el hueso crezca y se una con el implante para hacerlo más resistente y duradero”.
El objetivo del grupo interdisciplinario es desarrollar, con nuevos materiales, una alternativa para la fijación de prótesis con una vida estimada de 25 a 30 años, pues actualmente el promedio es de 12 a 15 años.
El mayor impacto podría ser en la población joven, agregó, “ya que si sufre una fractura de cadera a los 20 años, puede garantizar que el implante no afectará su desarrollo personal y laboral en las siguientes décadas”.
Colaboración institucional y multidisciplinaria
Destacó que en el proyecto participan, de forma conjunta, investigadores del Centro de Biomateriales de la Universidad de La Habana, el Instituto de Ciencia y Tecnología de Polímeros, adscrito al Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España, y la Universidad Politécnica de Cataluña, quienes tras siete años de trabajo “hemos logrado desarrollar nuevas formulaciones y materiales bioactivos, como la hidroxipatita y partículas del esqueleto del molusco llamado jibia (Sepia officinalis)”.
El investigador de la UdeG, señaló que la Academia de Ciencias de Cuba premió los resultados de esta investigación como una de las innovaciones más destacadas de ese país, por su aportación al desarrollo de biomateriales poliméricos que pueden aplicarse en ortopedia para mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Uno de los retos más importantes en un implante ortopédico, afirmó, es “precisamente el proceso de fijación de la prótesis, y la idea central es desarrollar mejores materiales que permitan un proceso de reconstrucción de cadera menos doloroso y más rápido”.
Sin embargo, agregó que aún deberán realizarse experimentos en animales para garantizar su aplicación en un humanos, por lo que consideró que podría estar disponible en el mercado en un plazo de cinco años.