Ejidatarios piden ayuda para detener a saqueadores de tierra
Matamoros, Tamps., 11 de mayo. A fin de detener el saqueo de tierras de cultivo que desde hace un mes realizan clandestinamente fraccionadores en los principales ejidos de Matamoros, el decimotercer Comité Campesino solicitó apoyo del municipio para castigar a quienes realizan excavaciones sin importar el daño ecológico que causan a comunidades rurales.
El comité, que agrupa a 120 ejidos de Matamoros, denunció que los fraccionadores se llevan su tierra a zonas bajas para utilizarla como relleno y constrruir departamentos del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit).
Se calcula que sólo en tres ejidos han hecho excavaciones en unas 120 hectáreas.
Jorge Camorlinga Guerra, líder de los campesinos, señaló: “En los ejidos Las Rusias, Guadalupe y El Sabido (cercanos a la carretera Matamoros-Reynosa) hemos visto ese tipo de anomalías, así como en comunidades cercanas a la carretera hacia la playa. Al llevarse la tierra, los fraccionadores provocan daños en los caminos y en el ecosistema, y crean peligrosos barrancos”.
Señaló que debido a este problema se solicitó ayuda a la dirección de control ambiental del gobierno municipal para que proceda contra los empresarios que saquean la tierra de las comunidades para venderla a inmobiliarias que la usan de relleno en conjuntos habitacionales.
“No son los compañeros de los ejidos, sino de gentes que no están actuando de manera adecuada, contratistas que hacen excavaciones para vender la tierra sin pensar en la comunidad a la que están afectando.”
Aseguró que el daño que la extracción de tierra causa a los ejidos de Matamoros es grave, “principalmente en los ejidos que colindan con las tierras que se están explotando. Ahí se reportan afectaciones por el paso de la maquinaria, daños en los caminos en el revestimiento que los gobiernos nos mandan y que quedan inservibles. Además, excavan hasta formar barrancos que son muy peligrosos”.
El dirigente asegura estar consciente de que son cientos las hectáreas que los excavadores expplotan para vender la tierra de relleno. No obstante, insistió en la necesidad de poner un alto a este comercio a través de control ambiental. “Hay que cumplir con ciertos requisitos”, insistió.