■ Vecinos de barrios de lujo exigen su expulsión por temor a que sus propiedades se deprecien
Indígenas guaraníes levantan chozas en reserva ecológica cerca de Río de Janeiro
■ La intención es repoblar la zona de los lagos y preservar nuestra memoria, afirman los indios
Ampliar la imagen Chozas de guaraníes se alzan entre la playa de Gamboinhas y la laguna de Itaipú, en uno de los barrios más caros de la ciudad de Niteroi, a unos kilómetros del centro de Río de Janeiro, Brasil Foto: Ap
Niteroi, Brasil, 11 de mayo. Chozas de paja se alzan en una reserva ecológica de Niteroi, a tan sólo unos kilómetros del centro de Río de Janeiro: esta presencia insólita es de indios guaraníes que reivindican la tierra de sus ancestros, en detrimento de los ricos habitantes de la zona.
“Son los espíritus los que nos condujeron hasta aquí. Hay cinco sambaqui (cementerios indios) aquí y es nuestra memoria lo que queremos preservar”, declaró a Afp José Guajajara, de 47 años, vocero de la cincuentena de indios que construyeron tres malocas (chozas colectivas) entre la playa de Camboinhas y la laguna de Itaipú, uno de los barrios más caros de la ciudad de Niteroi.
Estos guaraníes llegaron a la región de Paraty, 250 kilómetros al sur de Río, el 19 de abril pasado, para la conmemoración del Día Nacional del Indio. La intención anunciada por los guaraníes es repoblar toda la región de los lagos, en el norte del estado de Río, donde se encuentran numerosos sambaquis. En el nuevo poblado, las mujeres venden su artesanía, principalmente collares, mientras los hombres pescan o se ocupan del huerto.
“Los indios quieren preservar sus sitios arqueológicos y resolver sus problemas de habitación. En el estado de Río hay unos 600 indios confinados en cinco reservas sobrepobladas y lejos de los centros urbanos”, explica el abogado Aron da Providencia, de 45 años, un guajajara (rama de la etnia guaraní) que ayuda a los indios instalados en Camboinhas.
Según este representante de la Comisión de Derechos Humanos de la Orden de Abogados de Brasil, los guaraníes quieren frenar la especulación inmobiliaria y preservar el parque ecológico cubierto en parte por la selva Atlántica, un ecosistema en vías de extinción.
“La tierra de una de las dunas de la laguna de Itaipú ya sirvió para aplanar el terreno y construir en él cientos de casas y edificios, pero hemos logrado que la justicia suspenda el proyecto inmobiliario”, añadió el abogado.
La instalación de guaraníes cerca de este lujoso barrio de Niteroi provoca reacciones encendidas entre los habitantes que temen una desvalorización de sus casas.
“Es una reserva ecológica, no una reserva indígena. Debe ser preservada de la especulación inmobiliaria así como de los indios”, afirmó Walter Dominguez, ingeniero que vive en Camboinhas desde hace 20 años.
La misma postura se tiene en la sede de la Asociación del barrio de Camboinhas: “Esto no es una reserva indígena y no hay sambaquis”, afirma Adriana Alves da Cunha e Souza, abogada de la asociación.
“No tenemos miedo de la presencia de los indios, sino de la destrucción del entorno que ya han iniciado con sus chozas”, añade antes de concluir: “Y como dicen que van a llegar dos mil, estamos aterrorizados”.
La asociación ya presentó una demanda ante la justicia para obtener la expulsión de famillas guaraníes que reivindican su permanencia en el lugar sagrado de sus ancestros.
De tres a cinco millones de indios, según los historiadores, vivían en Brasil cuando en 1500 llegaron los portugueses. Desde entonces su número disminuyó drásticamente: hoy, entre 190 millones de habitantes sólo quedan 734 mil indígenas de 241 etnias, lo que supone menos de 0.4 por ciento de la población.