■ Legisladores panistas apoyan estrategia de Calderón; quizá deba replantearse: priístas

Condena generalizada por el asesinato e inquietud ante creciente ola de violencia

■ El embajador Antonio Garza lamenta la muerte de Édgar Millán y promete buscar más ayuda

De la Redacción

El gabinete de seguridad nacional condenó enérgicamente “el asesinato del ejemplar” funcionario Édgar Eusebio Millán Gómez, y manifestó sus condolencias por tan sentida pérdida.

Mientras, el embajador de Estados Unidos en México, Antonio Garza, expresó su indignación por el homicidio de quien fue coordinador de Seguridad Regional de la Policía Federal Preventiva (PFP), ya que era ejemplo de las normas más alta de profesionalismo por su “amplia dedicación” en el servicio público.

Por su parte, legisladores deAcción Nacional consideraron que el asesinato de efectivos de la policía federal es un resultado “natural” de la guerra frontal en contra del crimen organizado, en la cual el gobierno “no puede aflojar”.

Para los priístas, la muerte de Millán Gómez es una muestra más de que Felipe Calderón debe revisar su estrategia de seguridad pública, ya que en los últimos meses el país se ha convertido en un sitio más inseguro “para los mexicanos de a pie”; sólo basta ver, dijeron, el número de muertos de este fin de semana.

El jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubon, sostuvo que las autoridades capitalinas apoyarán en la investigación del atentado que provocó la muerte del funcionario de la PFP.

En una inusitada declaración, los titulares de la Defensa Nacional, Marina, Seguridad Pública federal, Procuraduría General de la República (PGR) y Gobernación expresaron en un comunicado a la familia del funcionario asesinado y compañeros de trabajo “su solidaridad en estos momentos de duelo, y refrendan su compromiso de trabajar en esta lucha frontal contra la delincuencia y el crimen organizado, como lo realizó en vida Édgar Eusebio Millán”.

El embajador Garza, por su parte, manifestó: “México ha perdido a otro héroe. Se ha perdido otra vida y esto provoca indignación a todos los que admiramos y respetamos a los miles de oficiales que sin egoísmo dedican sus vidas a mejorar su país. Se ha perdido otra vida, lo que con seguridad inspirará un compromiso más profundo de parte de los valientes hombres y mujeres que, en ambos lados de la frontera, continúan haciendo frente a los cárteles del crimen”.

El diplomático añadió que en los últimos cuatro días estuvo en Washington y dialogó con dirigentes de los dos partidos políticos estadunidenses sobre las “innumerables” muestras de valentía de los oficiales mexicanos en su lucha contra el crimen organizado.

Sumado a ello, pidió a los legisladores que aprueben la Iniciativa Mérida, a la que consideró un elemento crucial para ampliar “nuestra lucha conjunta contra esos criminales”.

El senador panista Alejandro Zapata Perogordo recordó que al tomarse la decisión de encarar al crimen organizado “sabíamos que esto iba a suceder. La delincuencia se encuentra sumergida en un pleito por el territorio, por el poder y por el dinero, que se refleja en la respuesta violenta a a la intervención directa de las fuerzas armadas y de la policía contra este cáncer”. Insistió en que el gobierno federal no puede dar marcha atrás en la determinación que asumió desde el inicio de su gestión de combatir al hampa.

Samuel Aguilar, diputado priísta, advirtió que Felipe Calderón debe replantearse la estrategia de combate al crimen organizado y realizar, a la luz de los acontecimientos de los últimos meses, si esto ha funcionado o no, “ya que todos los días hay cuando menos un incidente de violencia que coloca en riesgo al ciudadano común: ahí están las 50 muertes del fin de semana pasado, ¡sólo en un fin de semana!; esa cifra debe preocupar a cualquiera”, apuntó.

Subrayó que los números no hablan bien del esquema que aplica en este momento el presidente Calderón, por lo que llamó a que, en conjunto con el gabinete de seguridad pública, se revisen los alcances de la estrategia planteada, se corrijan las desviaciones o, de plano, se busquen nuevos caminos para frenar esta ola de violencia.

Por su lado, la arquidióce- sis de México condenó el asesinato de Millán Gómez y externó su profunda preocupación por la ola de crímenes contra funcionarios y agentes del área de seguridad pública perpetrados en las últimas semanas.

Por ello, lanzó un “enérgico llamado” a frenar este deplorable embate de violencia que “pone en grave riesgo la paz” de México y deja en evidencia la descomposición del tejido social, desgarrado, en gran medida, por las fuerzas de la corrupción y del narcotráfico.

Y aunque dijo estar consciente de los esfuerzos del Estado mexicano por combatir al crimen organizado, estimó que ésta será una batalla perdida si los diferentes actores sociales y políticos no hacen lo propio y se suman a esa lucha.