Comunidades indígenas, migrantes y jóvenes de zonas urbanas de corte popular son sectores sociales para los cuales no es ajena la temática del VIH/sida. Sin embargo la atención a estos sectores es casi nula.

Iniciativa para el Desarrollo Tankelem, AC decidió realizar trabajo de prevención en comunidades o lugares donde la ayuda y la información sobre el tema es escasa. Dormitorios estudiantiles en Morelia, un asentamiento de migrantes otomíes en Ecatapec y un grupo de jóvenes en Tlatelolco fueron los sitios donde se desarrolló el programa Estrategia de prevención VIH/SIDA, infecciones de transmisión sexual con enfoque GED en población indígena, migrante y hombre–gay, apoyado por Fundación Pfizer en el marco de ayuda a programas sociales en el año 2007.

En Michoacán se creó una red de distribución de condones entre estudiantes que se alojan en distintas casas estudiantiles del lugar. A su vez se realizaron pláticas para fomentar el uso del condón debido a que la mayoría de estos jóvenes proviene de comunidades aledañas donde la información es escasa. En las pláticas se explicaba la importancia del uso del preservativo y las consecuencias que acarrea no utilizarlo, así como la necesidad de replicar esta información entre compañeros y conocidos.

En la colonia Abel Quezada, de Ecatepec, vive un grupo de otomíes, originarios de Querétaro, con altos índices de migración a Estados Unidos. Cada vez que los migrantes regresan a la comunidad se dan casos de infección de VIH/sida en mujeres. Aquí Tankelem desarrolló talleres para las mujeres que se quedan en la comunidad, con el fin de incentivar el uso del condón con sus esposos; la estrategia es integrar juegos eróticos para vencer las resistencias de los hombres.

En los multifamiliares Tlatelolco, enclavados en una zona urbano popular, existe la necesidad de realizar tareas de prevención con jóvenes, especialmente gays. Tankelem ofreció consejería grupal en materia de diversidad sexual y uso del condón, para asumir una sexualidad libre de culpas y riesgos. Se realizaron talleres para explicar la situación de riesgo que se producía al tener encuentros casuales sin protección, así como las consecuencias fatales de una sexualidad sin responsabilidad.

Iván Molina, coordinador del proyecto, explica que aún queda mucho trabajo por hacer en la materia, sobre todo en los sectores con los que trabaja Tankelem, donde el VIH existe, mas permanece oculto. “Podemos concientizar a pequeños grupos pero aún faltan muchas personas”, concluyó.
(Leonardo Bastida Aguilar)