■ El viento lleva las cenizas del volcán Chaitén a provincias sureñas de Argentina
Riesgo de que miles de hectáreas ricas en bosques y fauna en Chile queden convertidas en un páramo
Santiago, 7 de mayo. El volcán Chaitén mantenía hoy su actividad con la expulsión de cenizas que, empujadas por los vientos del noreste, atravesaron Chile hasta la ciudad turística argentina de Bariloche y mar del Plata, y habría alcanzado el sur de la provincia de Buenos Aires, en la costa atlántica.
El gobierno chileno reconoció que la fumarola de toneladas de gases y material volcánico puede derrumbarse, y convertir en un páramo miles de hectáreas ricas en bosques, fauna endémica y agua.
El Chaitén cuenta aún con magma suficiente para alimentar nuevas erupciones, dijo el vulcanólogo del Servicio Nacional de Geología y Minería, Luis Lara. “Esto no va a terminar rápido”, apuntó.
Los cerca de ocho mil evacuados de las ciudades vecinas, cercanas al volcán, la mayoría de localidades de Chaitén y Futaleufú, se han convertido en la principal preocupación del gobierno de la presidenta Michelle Bachelet. “Estamos trabajando para enfrentar una emergencia gravísima e inédita en la historia de Chile”, dijo el ministro de Defensa, José Goñi, encargado de supervisar la ayuda a los desplazados y la situación en la zona.
Pero un cambio en la orientación del viento hizo que la columna de ceniza volcánica cubriera las sureñas provincias argentinas de Chubut, Río Negro y Neuquén, donde impera una alerta. Las ciudades más afectadas son Esquel, Corcovado y Trevelin, pero las autoridades locales desecharon una evacuación masiva.
No obstante, las principales aerolíneas de Argentina cancelaron los vuelos desde la capital federal hacia la Patagonia.