Usted está aquí: jueves 8 de mayo de 2008 Economía México es dependiente de importaciones de maíz, trigo y arroz, advierten especialistas

México es dependiente de importaciones de maíz, trigo y arroz, advierten especialistas

■ Llegó al límite la superficie para cultivo agrícola: BBVA

Roberto González Amador

La escalada en el precio de los alimentos llegó para quedarse. El aumento de la demanda, tanto por mayor consumo en países asiáticos, como por la utilización de granos para elaborar combustibles, reveló la crisis del modelo agrícola y también la vulnerabilidad de un país como México, que depende en gran medida de las importaciones para satisfacer las necesidades de abasto de maíz, trigo y arroz, los tres productos que componen la base de la pirámide alimenticia.

“La producción de alimentos está estancada desde los años 70 del siglo pasado”, comentó este miércoles Joaquín Vial, economista en jefe de la Unidad de Tendencias Globales del grupo financiero español BBVA. Los inventarios han disminuido sensiblemente en los últimos años y es claro “que el mundo ha alcanzado un límite en la superficie disponible para el cultivo agrícola”.

México, país que fue autosuficiente en el consumo de alimentos hasta hace unas décadas, ahora muestra una dependencia en tres de los granos que soportan la pirámide alimenticia.

Datos recabados por la Unidad de Tendencias Globales del BBVA, que forma parte del servicio de estudios del grupo financiero, muestran que México importa 50.2 de cada 100 kilogramos de trigo que consume al año; compra en el exterior 23.6 de cada 100 kilogramos de maíz que necesita y también importa 75 de cada 100 kilogramos de arroz. Datos contundentes de dependencia en un país de 105 millones de habitantes, 76 por ciento de ellos viviendo en ciudades, es decir, sin producir alimentos.

“México es importador importante de granos y depende para su abasto del comercio internacional, pero no corre riesgos de abasto porque en la región hay grandes productores de granos”, consideró Vial.

Aunque la disponibilidad de alimentos es también una variable inestable. Maíz, arroz y trigo son la clave de la pirámide alimenticia humana. A finales de 2001, el inventario mundial de maíz era suficiente para atender 30 por ciento del consumo mundial del grano, nivel que cayó a 12 por ciento a finales del año pasado, según datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés).

Casos similares son los del arroz y el trigo. En el primero, también de acuerdo con el USDA, el inventario en 2001 era equivalente a 34 por ciento del consumo mundial, y ahora es suficiente apenas para satisfacer a 15 por ciento; en lo que toca al trigo, los porcentajes, para el periodo mencionado disminuyeron de 35 a 17 por ciento.

A la caída de los inventarios se suma el menor rendimiento de las tierras cultivadas y el estancamiento en la superficie cultivada.

Información del USDA indica que entre 1970, después de la llamada revolución verde, y hasta 1990 el rendimiento de las tierras cultivadas en el mundo creció a un ritmo de 2 por ciento en promedio anual.

En el periodo de 1990 a 2007, el rendimiento cayó a prácticamente la mitad, con un repunte en promedio anual de 1.1 por ciento. El USDA calcula que entre 2008 y 2017 el rendimiento de la superficie agrícola en el mundo crecerá a uno por ciento anual.

“Entre 1970 y 2007 la superficie cultivada en el mundo apenas creció 0.15 por ciento, durante todo el periodo; eso es un estancamiento en la tierra disponible para ser cultivada”, comentó Vial.

El consumo se acelera

El especialista de BBVA dijo que el aumento del consumo de carne y alimentos en países de rápido crecimiento es uno de los factores que explican el alza en el precio de la comida.

En China, por ejemplo, con mil 600 millones de habitantes, se consume hoy 30 por ciento de la carne que se produce en el mundo. Un ciudadano chino promedio consume 35 kilogramos de carne al año, nivel similar al de México, aunque el ingreso allá es una tercera parte, también en promedio, del de México.

“Se espera que los aumentos en la productividad puedan quitar algo de presión a los precios de los alimentos, pero lo que se debe esperar es que en promedio esos precios sean más altos en los siguientes años de lo que lo fueron hasta ahora”, dijo Vial.

 
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