■ Ganadería y agricultura de la localidad austral, en la ruina
Desalojan poblado del sur de Chile por expulsión de ceniza del volcán Chaitén
Santiago, 5 de mayo. La inusitada fuerza del volcán Chaitén, que desde hace cuatro días expulsa cenizas, obligó a la evacuación del sureño pueblo de Futaleufú, cuyas calles se encuentran cubiertas por unos 30 centímetros de ceniza, y hacia donde se dirigió este día la presidenta chilena Michelle Bachelet para coordinar la emergencia volcánica.
La presidenta se reunió con el comité de emergencia del pueblo, tras lo cual señaló que lo primero que se hará es prestar todas las facilidades a las personas de mayor riesgo, adultos mayores, niños, embarazadas y enfermos crónicos para evacuar el poblado dados los altos niveles de contaminación.
Este lunes quedaban 400 habitantes del poblado de un total de mil 500, cuya mayoría fue trasladada a la ciudad de Osorno, ubicada 250 kilómetros al norte de Futaleufú.
Bachelet destacó que atender los daños a la salud en la población que aún no es desalojada de Futaleufú es prioritario, por lo que ya reciben tratamiento en hospitales de manera continua y eficiente.
Asimismo, dijo, se aplicarán instrumentos en el corto plazo para ayudar a los ganaderos. Al menos unas 10 mil cabezas de ganado se han perdido, la agricultura quedó arruinada, el agua está contaminada, mientras escasean los alimentos en todo el extremo austral de Chile, región donde habitan unas 10 mil personas.
Ya el fin de semana se evacuó en su totalidad el pueblo de Chaitén –unos mil 300 kilómetros al sur de Santiago y que alberga el volcán del mismo nombre, de unos mil 200 metros de altura–, y sólo queda un centenar de personas, básicamente policías y militares, que están obligados a usar mascarillas y a abastecerse de agua potable de camiones aljibes.
La actividad volcánica también ha afectado territorio argentino, donde distintas ciudades cordilleranas, especialmente de la provincia de Chubut, amanecieron nuevamente cubiertas de cenizas, mientras que las clases y los vuelos aéreos en la zona siguen suspendidos.
La población acataba en su mayoría la recomendación oficial de permanecer en sus hogares ante la lluvia de cenizas que cubría autos, casas y calles. El gobernador chubutense, Mario das Neves, dijo que continuarán suspendidas las clases para que los niños tengan “el menor contacto posible con el exterior”.
El futuro sobre la actividad del volcán es incierto. “Esta es una erupción con más escenarios complicados, con un potencial de generar algunos procesos que pueden ser mucho más devastadores”, dijo Luis Lara, del Servicio Nacional de Geología y Minería.