■ Calculan que hay 4 mil desaparecidos; urgen víveres, agua y combustible en el sur del país
Diez mil muertos en Myanmar tras el paso del ciclón Nargis
■ El gobierno militar, cuestionado por no prevenir la tragedia
■ Aceptará la ayuda internacional
■ “¿Dónde están los soldados que tan rápido reprimieron el año pasado?”, pregunta un residente
Ampliar la imagen El ciclón que azotó varias provincias de Myanmar devastó árboles, carreteras y viviendas; la imagen en Rangún Foto: Ap
Rangún, 5 de mayo. Por lo menos 10 mil personas murieron y cuatro mil están desaparecidas tras el paso del ciclón Nargis que el fin de semana azotó la zona sur de Myanmar, informó hoy el ministro del Exterior, Nyan Win, quien anunció que el gobierno militar está dispuesto a aceptar la ayuda ofrecida por la comunidad internacional.
“Según las últimas informaciones, más de 10 mil personas han muerto y 4 mil han desaparecido”, aseguró Nyan Win, quien advirtió que “aún se está recabando información, por lo que podría haber más víctimas”.
El funcionario agregó que Myanmar está dispuesta a aceptar la ayuda internacional ante la dimensión del desastre, en una concesión inusual de un gobierno que se rehusó a recibir apoyo tras el tsunami que azotó el sureste de Asia en diciembre de 2004.
“Agradeceremos ayuda de otros países, porque nuestro pueblo está en dificultades”, señaló Win.
El ciclón destruyó miles de casas, arrancó de raíz centenares de árboles y numerosas carreteras quedaron arrasadas, lo que dificultó la llegada de los equipos de socorro.
Las tareas de rescate comenzaron a organizarse este lunes. “Distribuimos material a las personas que se quedaron sin vivienda, lonas para cubrir los tejados dañados, pastillas para purificar el agua, así como 5 mil litros de agua potable, hornillos, mosquiteros, mantas y ropa para los más necesitados”, explicó el vocero de la Cruz Roja, Michael Annear.
Miles de viviendas destruidas
La zona más afectada es el sur del país, donde miles de viviendas quedaron destruidas. Los fuertes vientos del meteoro, de 190 a 240 kilómetros por hora, causaron la interrupción del suministro eléctrico y telefónico en todas las poblaciones del delta del río Irrawaddy. El gobierno declaró la víspera el estado de emergencia en Rangún, Ayeyawaddy, Bago y los estados de Mon y Karen.
En Rangún los precios de los alimentos y del combustible se incrementaron. El agua potable escasea. La mayoría de los negocios se quedaron sin velas ni pilas y no trascendió cuándo se restablecerá la electricidad.
En las pocas estaciones de servicio abiertas se formaron largas filas. El precio del galón de combustible se duplicó en el mercado negro, mientras el precio del huevo se triplicó desde el sábado.
“Nunca había visto algo igual en toda mi vida”, aseguró un anciano de 70 años en la antigua capital.
“¿Dónde están los soldados y la policía? Fueron muy rápidos y agresivos cuando hubo protestas callejeras el año pasado”, declaró un empleado jubilado del gobierno, al recordar que a finales de 2007, los monjes budistas del país se convirtieron en el centro de multitudinarias manifestaciones, que se saldaron con unos 10 mil detenidos.
En Nueva York, el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, declaró que el organismo “hará todo lo que pueda para llevar asistencia”. El organismo también enviará un equipo de cinco expertos en catástrofes.
Asimismo, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) desplegó cinco misiones de evaluación y el Programa Mundial de Alimentos almacenó 500 toneladas de víveres en Rangún, y generadores en Camboya.
El Departamento de Estado de Estados Unidos anunció el envío inmediato de 250 mil dólares en ayuda al gobierno de Myanmar y aseguró que estudiará ampliar el monto.
La Comisión Europea donará ayuda por 2 millones de euros. Noruega prometió 1.3 millones de euros, Holanda otro millón, Alemania 500 mil euros y Suecia prometió ayuda logística y purificadores de agua.
Francia anunció una primera ayuda de 200 mil euros y la República Checa otra de 100 mil.
El ejército tailandés fue el primero en ofrecer asistencia (medicamentos y comida) a sus vecinos, e India envió dos barcos cargados con víveres, tiendas de campaña, mantas, medicamentos y ropa.
La junta militar que gobierna lo que era Birmania ha sido duramente criticada porque no hizo nada para prevenir la tragedia. No emitió mensajes de advertencia y en los periódicos oficiales se prefirió exhortar a la población a que votara por el sí en el referédum del próximo 10 de mayo para promulgar una nueva constitución.
De hecho, la consulta no fue pospuesta, no obstante la tragedia causada por el ciclón, informó este lunes el diario oficialista New Light of Myanmar.
La junta afirma que el proceso que comienza con el referéndum del sábado desembocará en elecciones democráticas en 2010, pero sus críticos afirman que sólo servirá para reforzar el poder de los generales.
Desde 1962 Myanmar está gobernada por una junta militar que ha recibido la condena internacional.
En 1990 se realizaron elecciones en las que ganó el partido de la activista Aung San Suu Kyi, pero la junta militar invalidó los resultados de los comicios.
Estimaciones del Banco Mundial, un tercio de la población vive por debajo del umbral de la pobreza. Según los datos disponibles más recientes, de 1996, casi 60 por ciento de la población vive de la agricultura.
Asimismo, se desconoce aún cómo afectó el paso del ciclón a las plantaciones de arroz, lo que podría agravar la crisis alimentaria en la región, ya que Myanmar exporta este producto a países como Sri Lanka.