■ Reconocimientos a Cárdenas y López Obrador, en acto donde la comida no alcanzó
Arremete NI contra la “derecha reaccionaria” de Felipe Calderón
■ “No podemos destruirnos nosotros mismos”, postula Jesús Ortega en el Monumento a la Revolución
■ Críticas a la corriente de Alejandro Encinas por buscar “sabotear” el consejo
Ampliar la imagen Dos festejos y un solo aniversario para el sol azteca: la primera imagen muestra a Guadalupe Acosta Naranjo, Jesús Ortega Martínez y Carlos Navarrete Ruiz, en el encuentro de Nueva Izquierda realizado en Plaza de la República. En la siguiente fotografía, Dolores Padierna Luna, Leonel Cota Montaño, Alejandro Encinas Rodríguez y Hortensia Aragón celebran con pastel y globos los 19 años de vida del Partido de la Revolución Democrática Foto: Marco Peláez y Cristina Rodríguez
El bloque de la corriente perredista Nueva Izquierda (NI) “festejó” ayer el 19 aniversario del Partido de la Revolución Democrática (PRD) con mensajes de unidad y reconocimiento a las principales figuras del partido, como Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador; inclusive, Jesús Ortega, candidato a la dirigencia nacional, aseguró que “si el PRI, el salinismo y la derecha reaccionaria de Felipe Calderón no destruyeron a la principal fuerza de izquierda, no la podemos destruir nosotros mismos”.
En los tres discursos que se pronunciaron en el Monumento a la Revolución, sin embargo, se cuestionó el papel de la corriente Izquierda Unida (IU) para no celebrar el domingo la sesión del Consejo Nacional.
Asimismo, miles de personas asistieron a esa plaza atraídas más por el programa, en el que se incluían grupos musicales como la Sonora Santanera, Qué Payasos, una función de lucha libre, bailes regionales y la comida, que consistió en tacos al pastor y tortas ahogadas estilo Jalisco, que fueron insuficientes y prácticamente arrebatadas en Vallarta y Plaza de la República.
La convocatoria al Monumento a la Revolución fue hecha por Nueva Izquierda, que dirige Jesús Ortega, como “el festejo institucional” del PRD, a partir de que se presentó en el lugar el presidente del Consejo Nacional, Camilo Valenzuela, lo que, según ese bloque, daba carácter oficial al encuentro, porque dicha instancia es el máximo órgano de dirección del sol azteca.
Sin embargo, Valenzuela dio en su presentación un carácter de crítica a la corriente que postuló a Alejandro Encinas como candidato a la dirigencia nacional perredista. En este contexto responsabilizó a Izquierda Unida de “pretender sabotear el consejo y evitar que la máxima institución del partido funcionara en estos momentos críticos”, y dijo que sus consejeros optaron por retirarse para evitar que se reuniera el quórum respectivo.
También justificó el carácter de la sesión del domingo y aseguró que los acuerdos asumidos por una mayoría de Izquierda Unida y Alternativa Democrática Nacional (ADN) “no son definitivos y estuvieron orientados a llenar el vacío político y jurídico de refrendar el mandato del consejo, del Comité Ejecutivo Nacional, de los órganos estatales y designar una presidencia y una secretaría general sustitutas”.
También, a pesar de las críticas que se hicieron desde ambas expresiones perredistas, Valenzuela reconoció el efecto de la toma de la tribuna del Congreso y la movilización en las calles para evitar que se aprobaran fast track las iniciativas de Felipe Calderón para permitir la apertura de Petróleos Mexicanos a la iniciativa privada. “Son las primeras escaramuzas de una lucha que se dará contra la privatización de Pemex”, aseguró.
Por su parte, el designado “presidente” sustituto del PRD, Guadalupe Acosta Naranjo, aseguró que una crisis poselectoral de dos meses en el sol azteca no puede “borrar la tradición, la lucha, los aportes de la izquierda mexicana” en la historia moderna del país.
Consideró que el partido saldrá unido de su crisis y convocó a mantener la defensa del petróleo para que “los empresarios se queden con las ganas de hacer negocio” con la industria energética nacional.
Por ello, también solicitó un reconocimiento a los legisladores perredistas que, junto con los de Partido del Trabajo y Convergencia, tomaron las tribunas del Senado y de la Cámara de Diputados. Asimismo, recordó a todos los grandes líderes “de la izquierda que han luchado por hacer un mejor país, como Valentín Campa, Heberto Castillo, Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador”, aunque el domingo Acosta Naranjo criticó el papel de este último en el proceso interno perredista.
Convocatoria a zafarse de “prácticas anacrónicas”
Al final, Jesús Ortega llamó a una renovación del Partido de la Revolución Democrática que, aseguró, pasa por “zafarse del terrible fardo de las prácticas anacrónicas y desprenderse de sus viejas costumbres; dejar atrás a la izquierda con vocación de marginalidad y pasar a otra con vocación de gobierno”. Él mismo pidió a la gente transportada en decenas de autobuses, en su mayoría de municipios del estado de México, quedarse para presenciar el espectáculo de música preparado para la ocasión. Después, frente al edificio de la Confederación de Trabajadores de México, comenzó a servirse una comida que, al ser insuficiente, provocó un conato de disputa entre los simpatizantes de Nueva Izquierda.