Usted está aquí: viernes 2 de mayo de 2008 Cultura Montan reflexión escénica sobre el odio como enfermedad en el mundo

■ La propuesta de Israel Cortés se presenta en el teatro Helénico

Montan reflexión escénica sobre el odio como enfermedad en el mundo

Carlos Paul

El odio como una enfermedad, una epidemia que afecta a millones de personas en el mundo. Odiamos y somos odiados. Una reflexión escénica al respecto es lo que propone Israel Cortés, con el proyecto Clínica del odio.

A diferencia de otros montajes con la compañía Circo Raus, los cuales han tenido sus orígenes en lo onírico, con temas más conceptuales o filosóficos, Clínica del Odio surgió motivada por la polarización política y social que se generó tras la elección presidencial de 2006, comentó Cortés.

“En una de las columnas escritas en aquellos momentos por el periodista Jaime Avilés, en la que exponía la situación del país, al final de su texto decía que habría que ver entonces a quién se le ocurre ‘una clínica del odio.”

De ahí la idea de crear una obra, en principio, emergente. Sin embargo, conforme los creadores se adentraban en el tema, éste se ampliaba.

Para ello se invitó a un grupo de dramaturgos: Elva Mendoza escribió Química general, “una obra quizás un poco conceptual, pues en ella aparecen dos niñas mantarrayas, pero en realidad son dos pequeñas de Medio Oriente que construyen muñecas-bombas. Un juguete que sirve para la diversión y la vida es utilizado como medio de destrucción”.

Luis Mario Moncada, autor de Otra declaratoria de odio, “habla con humor de un hombrebomba, que hace detonar un explosivo en las Torres City Santa Fe, en la ciudad de México. Una reportera y una terrorista son las protagonistas de la historia”.

Kulsy Lamko, autor de origen sudafricano, escribió Crema de cerezas sobre el pastel, “en la que se aborda la mutilación del clítoris”.

Dichas obras se tejieron con textos breves escritos por Cortés, “que apuntan más a lo que podría ser una especie de dramaturgia visual o teatro de las acciones”.

Aquí, el personaje del doctor Nepomuceno “presenta una anatomía del odio, analizando distintos casos de personas que están infectadas con ese virus”.

El montaje comienza con Las niñas del pozo, de Israel Cortés, “que gira en torno a dos pequeñas sobrevivientes de la matanza de Acteal, quienes se esconden en un pozo durante un día y una noche. Al intentar salir, una cae. La que lo consigue vive en un orfanato, junto al fantasma de su hermana.

Clínica del odio se escenifica los martes a las 20:30 horas en el teatro Helénico (avenida Revolución 1500, colonia Guadalupe Inn).

 
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