Usted está aquí: miércoles 30 de abril de 2008 Ciencias Terapia genética y un “ojo biónico” ayudan a ciegos a ver

■ Científicos británicos, en el hospital Moorfields, los primeros en el mundo en aplicarlos

Terapia genética y un “ojo biónico” ayudan a ciegos a ver

■ En el primer caso, el tratamiento consiste en una sola inyección en la retina

■ El implante de un dispositivo forma parte de una prueba internacional en cinco países, entre ellos México

Jeremy Laurance (The Independent)

Ampliar la imagen Steven Howarth, de 18 años, fue sometido exitosamente a un tratamiento genético en Gran Bretaña que mejoró su capacidad óptica Steven Howarth, de 18 años, fue sometido exitosamente a un tratamiento genético en Gran Bretaña que mejoró su capacidad óptica Foto: Ap

Una novedosa terapia genética de prueba ha ayudado a un ciego a ver, en un avance que lleva esperanza a millones de personas afectadas por enfermedades de los ojos. Científicos británicos han logrado la primera aplicación en el mundo de este tratamiento, que consiste en una sola inyección en la retina. También en Gran Bretaña, se ha implantado un “ojo biónico” a dos pacientes ciegos para permitirles ver.

Steven Howarth, de 18 años, quien padece un mal hereditario que le ha causado una visión muy deficiente y total incapacidad de ver de noche, mejoró lo suficiente después del tratamiento para poder navegar en un “laberinto” en condiciones similares a las de la iluminación nocturna.

La inyección se aplicó a la parte posterior del ojo más afectado de Howarth. Un video de antes del tratamiento, en el que aparece con su ojo “bueno” cubierto, muestra cómo trata de abrirse paso en un laberinto con tres puertas y tropieza y se desorienta en repetidas ocasiones. Otro video, tomado seis meses después de recibir la inyección, muestra una asombrosa recuperación. Se le ve sortear un laberinto similar con luz baja en unos segundos y sin fallas.

Proceso

Howarth es uno de los primeros tres pacientes tratados con esta terapia por especialistas del Colegio Universitario de Londres (UCL, por sus siglas en inglés) y del Hospital Oftalmológico Moorfields. Los otros dos, de 17 y 23 años de edad, no sufrieron efectos perjudiciales, pero tampoco reportan mayor mejoría. Los resultados se publicaron en el New England Journal of Medicine.

Robin Ali, professor de genética molecular humana en el Instituto de Oftalmología del UCL, quien dirigió el estudio británico, comentó: “Por precaución comenzamos con los casos más difíciles, en la etapa más avanzada, usando una dosis baja en el ojo más afectado. Conforme tratemos a pacientes más jóvenes con una dosis mayor, esperamos mejores resultados”.

Desorden degenerativo

Howarth y los otros dos pacientes nacieron con amaurosis congénita de Leber, desorden degenerativo que conduce a la pérdida progresiva de la vista por un defecto de un solo gen, RPE65. La operación, practicada por James Bainbridge, del hospital Moorfields, implica inyectar versiones normales del gen defectuoso en la parte posterior del ojo, debajo de la retina.

Se requiere extremada precisión quirúrgica para inyectar la solución que contiene los genes normales, pues hay que levantar la retina con cuidado para causar una separación temporal. Un resbalón podría ocasionar un desprendimiento y destruir lo que quedaba de vista al paciente.

Es sólo la segunda vez que la terapia genética tiene éxito en humanos, luego de que en pruebas se mostró que era muy efectiva para un raro mal hereditario llamado SICD (siglas en inglés de deficiencia inmune combinada severa), que deja a los bebés sin un sistema inmune funcional, así que tienen que vivir en una burbuja que los proteja de la infección. Este avance podría abrir el camino al tratamiento de padecimientos de la sangre o del sistema inmune, señaló Ali.

En el mismo hospital Moorfields, dos pacientes ciegos fueron sometidos a una cirugía revolucionaria en la que se les implantó un ojo biónico para ayudarlos a ver. Esta cirugía experimental forma parte de una prueba internacional de esta nueva técnica, que se aplica a 15 pacientes en cinco países, entre ellos México.

El objetivo es restaurar un nivel básico de visión para que los ciegos puedan percibir manchones de luz y distinguir entre figuras claras y oscuras. Si funciona, los cirujanos esperan que pueda ofrecer nuevas esperanzas a personas ciegas en la misma forma en que los implantes cocleares que se incrustan en el cráneo de los sordos han ayudado a miles a oír.

Los dos pacientes operados en Moorfields, a quienes no se ha identificado, recibieron lentes dotados de una cámara minúscula y un transmisor, el cual envía una señal a un receptor ultradelgado insertado en la parte posterior del ojo, adosado a la retina. Las imágenes recogidas por la cámara y transmitidas al receptor estimulan los nervios saludables que quedan en la retina para enviar una señal al cerebro a través del nervio óptico. Las pautas de puntos claros y oscuros que percibe el cerebro dependen de qué electrodos en la retina se estimulan.

Dispositivo a prueba

Lyndon da Cruz, cirujano oftalmólogo que realizó la operación, señaló que los pacientes se recuperan, pero aún no se somete a prueba el dispositivo. Advirtió que podrían pasar meses antes que se den a conocer los resultados. Los dos pacientes tienen retinitis pigmentosa, condición hereditaria que destruye la retina y que afecta a 20 mil personas, sólo en Gran Bretaña.

Si funciona, podría ayudar a personas que padecen limitaciones graves de la vista por cualquier causa, siempre y cuando su nervio óptico funcione, indicó. La operación fue supervisada por los médicos estadunidenses que perfeccionaron la tecnología, llamada Argus II, en la compañía Second Sight. Operaciones similares se han practicado en Los Ángeles, Ginebra, París y en la ciudad de México, como parte del acuerdo internacional.

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya

 
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