¿La fiesta en paz?
■ Resonancias poblanas
En un tono que mal disimula su contrariedad, el aficionado José Enrique Adame envía a este espacio su opinión sobre el festejo celebrado el sábado en Puebla, con motivo de su feria y de la despedida del maestro regiomontano Eloy Cavazos. Como la información que se difunde sobre corridas y novilladas en los estados es tan escasa, en atención al lector transcribo algunos párrafos:
“No alcanzó a llenarse la plaza El Relicario en la primera corrida de feria, donde a Eloy Cavazos le premiaron en exceso sus faenas a dos toros terciados de Reyes Huerta, con dos orejas y dos orejas respectivamente. Estoy de acuerdo con que se trataba de su despedida de esta plaza, pero convertirla en una de trancas me pareció exagerado.”
“Para colmo, Eloy permitió que a su segundo Miguel Ángel González lo picara como si se tratase de un pablorromero, por lo que el joven varilarguero recibió un oportuno baño de cerveza. Con la ayuda de Las golondrinas, las segundas dos orejas fueron menos protestadas, pero pudiendo haberse despedido como el figurón que fue, Cavazos prefirió, con el juez Alberto Vázquez, abaratar su adiós.
“Es evidente el poco sitio que trae Jerónimo, que además pechó con el peor lote, y la cantidad de recursos y rodaje que ha acumulado el fino diestro francés Sebastián Castella, quien hasta el rabo de su primero se llevó por una sólida faena luego de la generosidad del juez con Eloy”, termina don José Enrique.
Como en muchas otras ciudades del país, en la tan aglomerada como bella capital poblana existe una tradición taurina que rebasa la oferta de espectáculo que hace años recibe. Para muestra Horacio Reiba Alcalino, el prestigiado crítico taurino de La Jornada de Oriente en su columna Tauromaquia, que aparece los lunes, desde el pasado 21 empezó a publicar la historia de 20 años de toros en Puebla, lapso que la plaza El Relicario está a punto de completar. Dicha investigación, que saldrá cada lunes, concluirá en la semana del aniversario, en noviembre próximo.
Altamente recomendable por el nivel profesional, literario, investigativo y taurino de Alcalino, se trata de un testimonio trabajado a conciencia, con datos fidedignos, seriedad absoluta y pluma finísima. Enhorabuena, maestro (Alcalino, claro).