■ Los ajuares de las adolescentes mostraron la pluralidad de la juventud capitalina
Con vals y hip hop, 282 quinceañeras celebraron en la plancha del Zócalo
■ Pese al desaire de los chambelanes y la amenaza de lluvia, el festejo cubrió expectativas
Ampliar la imagen Momento en que las celebrantes se tomaron la foto del recuerdo en el Ángel de la Independencia Foto: Yazmín Ortega Cortés
Ampliar la imagen Las jóvenes que celebraron sus 15 años en el Zócalo se ayudaron para estar listas en el festejo. Las ideologías se borraron al final Foto: Yazmín Ortega Cortés
En la plancha del Zócalo capitalino hay espacio para todo. Se imponen marcas que se superan al año siguiente y si ocho millones de personas visitaron la exposición de Gregory Colbert, ayer 282 quinceañeras bailaron el Danubio azul de frente al Antiguo Palacio del Ayuntamiento.
Algo hizo falta, pues sólo 30 chambelanes acudieron al llamado. Vestidos de traje, chaleco y corbata, los jóvenes se agruparon en la esquina de 16 de Septiembre y Circuito de la Constitución.
Con anticipación caminaron hacia el templete. Seguros de sí mismos, se dejaron querer. Apenas había finalizado el concierto con motivo del Día del Niño y decenas de adolescentes les coquetearon abiertamente: “Quien fuera quinceañera, para estar contigo, papacito”.
El chambelán aludido aparentó no haber escuchado el piropo, pero sus pares se encargaron de responder el requiebro.
Tras el paseíllo de los chambelanes, una decena de adolescentes que celebraron sus 15 años en 2007 se apoderaron del escenario. Ya sin crinolina, pero sí ataviadas para la ocasión, las jóvenes, que vieron roto el récord que impusieron hace 12 meses, portaban bandas alusivas a los derechos de las y los adolescentes.
Cinco turibuses transportaron a las quinceañeras del Ángel de la Independencia. Las 282 jovencitas subieron al escenario, los cadetes mostraron sus armas y los chambelanes se dijeron listos para la coreografía.
Todo comenzó en orden, pero el templete fue insuficiente. Las cámaras pudieron más que los pasos de baile aprendidos y las adolescentes se dedicaron a posar a todo aquel que quisiera tomarles una placa.
La idea era que permanecieran sentadas, que se convirtieran en el primer plano de la coreografía, pero la tentación del flash y las cámaras de video e imagen fija, las obligó a mantenerse de pie.
Los ajuares de las quinceañeras reflejó la pluralidad que actualmente existe en la ciudad de México y si ya son legales las sociedades de convivencia y la interrupción del embarazo antes de las 12 semanas de gestación, en la fiesta de anoche los vestidos no se limitaron a los tonos pastel.
La primera que llamó la atención fue Amapola. Proveniente de Iztacalco, vistió un traje negro con vivos en morado. Portaba un sombrero de copa y fue una de las que más posó para la foto.
Jessica, de Tlalpan, vistió un conjunto negro con rojo. Su piercing en el labio lo portó con dignidad.
Conforme pasaron los minutos la amenaza de lluvia desapareció. Algunas quinceañeras votaron los tacones y al igual que el año pasado, el jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, no bailó.
Tres festejadas hicieron uso del micrófono. La segunda en hacerlo contó su experiencia como madre de una niña de un año y ocho meses.
Al final se tocó el hip hop de las Ritmas Femeninas y en la Plaza de la Constitución permanecían los visitantes de Ashes and Snow.
Hoy domingo el templete no estará en el costado norte, sino en el oriente. No habrá valses de por medio pero sí una asamblea informativa en defensa del petróleo.