■ “Detener el derramamiento de sangre”, demanda Moqtada Sadr
Niños iraquíes son reclutados por rebeldes para realizar ataques suicidas, acusa ONU
Ammán, 25 de abril. Niños iraquíes son reclutados como atacantes suicidas por varias milicias y grupos de insurgentes, denunció hoy en esta capital la representante especial para los Niños y Conflictos Armados de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Radhika Coomaraswamy, quien señaló que los menores son las “víctimas silenciosas de la continua violencia”.
Mientras tanto, el clérigo radical chiíta Moqtada Sadr llamó a sus milicianos y a las fuerzas de seguridad iraquíes a “detener el derramamiento de sangre”, una semana después de haber amenazado con una “guerra abierta”.
Coomaraswamy, quien terminó una visita de cinco días al país ocupado por Estados Unidos, dijo que en algunos casos se les paga a los niños “para llevar a cabo los ataques o colocar bombas”.
La funcionaria de la ONU indicó que desde 2004, se ha incrementado el número de niños que han sido reclutados por milicias y grupos insurgentes y varios de ellos han servido como atacantes suicidas, mientras se tiene conocimiento que mil 500 se encuentran en campos de detención.
Las declaraciones de Coomaraswamy se presentan tres meses después de que el ejército estadunidense mostró videos que fueron decomisados en un presunto escondite de Al Qaeda donde aparecen menores que eran entrenados.
Coomaraswamy calificó esta práctica de “intolerable” y afirmó que “muchos de ellos ya no asisten a la escuela, varios son reclutados para actividades violentas o se encuentran detenidos, carecen de los servicios más básicos y manifiestan diversos problemas sicológicos ante la violencia que viven día a día”, declaró.
Por otro lado, el clérigo radical Moqtada Sadr se alejó hoy de la confrontación con el gobierno iraquí al pedirle a sus seguidores que continúen observando un débil cese del fuego y que no luchen contra las tropas iraquíes.
Sadr, cuyo pedido de calma se leyó en una importante mezquita de Bagdad, dijo que su reciente amenaza de “guerra abierta” estaba dirigida sólo a las fuerzas estadunidenses, no al gobierno iraquí.
Sus comentarios podrían aliviar parte de la tensión que ha estado en ebullición en Irak desde que hace un mes el primer ministro Nuri Maliki emprendió una campaña contra la milicia de Sadr, el Ejército del Mehdi, y amenazó prohibir a su movimiento participar las elecciones provinciales.
En tanto, el ejército estadunidense informó que durante la noche del jueves al viernes abatió a 10 combatientes chiítas en el barrio bagdadí de Ciudad Sadr durante ataques con misiles desde helicópteros o incursiones terrestres al este de la capital.
A todo esto, el jefe del Estado Mayor Conjunto estadunidense, almirante Michael Mullen, acusó a Irán de una creciente intromisión militar en Irak al apoyar a los extremistas chiítas.
Agregó que unidades iraníes de elite siguen suministrando armas a extremistas en Irak y forman a combatientes iraquíes en Irán. Por eso Estados Unidos seguirá presionando diplomática y económicamente a Teherán, dijo.
Frente a la pregunta de posibles opciones militares ante estos hechos, Mullen opinó: “No espero que tengamos un conflicto con Irán en el futuro cercano”.