■ Los medicamentos son elaborados con sustancias químicas de ranas, osos o pinos
En riesgo, fármacos de origen natural por el cambio climático
■ El libro Sustaining Life, editado por Harvard, menciona antibióticos y tratamientos contra el cáncer o el Alzheimer
■ Alerta sobre la pérdida de hábitat y mutaciones en las especies
Singapur, 23 de abril. Una nueva generación de fármacos creados a partir de productos naturales, que incluye desde antibióticos hasta tratamientos para el cáncer, podría desaparecer a menos que el mundo actúe para detener la pérdida de la biodiversidad, según un nuevo libro.
Los autores de Sustaining Life advirtieron que las especies perdidas por el cambio climático y la polución afectarían el futuro de la medicina y la industria farmacéutica, ya que los nuevos productos se desarrollarían a partir de sustancias químicas generadas por ranas, osos o pinos, entre otras.
Uno de los ejemplos recogidos en el libro es el de una rana que podía encontrarse en los bosques húmedos australianos en la década de los 80, de cuyas hembras podía extraerse una sustancia con la cual tratar las úlceras humanas. Pero el animal se extinguió.
“Los valiosos secretos médicos que guardaban están ahora perdidos para siempre”, dijeron Eric Chivian y Aaron Bernstein, los principales autores del libro del Centro de Salud y Medio Ambiente Global de la Escuela de Medicina de Harvard, en un comunicado publicado el miércoles por Naciones Unidas.
El libro escoge siete grupos que podrían ser especialmente valiosos para la medicina: anfibios, osos, conidae (una familia de caracolas marinas), tiburones, primates, cangrejos de herradura y gimnospermas, especie vegetal que incluye árboles como el pino y el ginkgo.
Así, algunos conidae producen un péptido que se cree que es mil veces más potente que la morfina y en pruebas clínicas ha aliviado el dolor a pacientes con cáncer y sida avanzado.
También un péptido, esta vez de los cangrejos de herradura, ha mostrado indicios prometedores en el tratamiento del cáncer de mama y próstata.
Las personas pierden masa ósea cuando están confinadas a una cama, pero los osos producen nuevos huesos al hibernar con una sustancia que podría emplearse en fracturas y en la osteoporosis.
En tanto, el ginkgo podría luchar contra el Alzheimer y el hígado del tiburón podría producir antibióticos.
Los cambios en el clima han provocado pérdidas de hábitats y mutaciones en las especies.
“Se puede invertir en la conservación, pueden hacerse negocios en favor de la naturaleza”, afirmó Achim Steiner, del Programa para el Medio Ambiente de la ONU, en una reunión llevada a cabo en Singapur.